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En el mar de Durango

Jon Ruigómez, director del Museo Marítimo, se acercó hasta Durango en busca de las novedades infantiles Se decantó por libros y CDs clásicos en euskera

En el mar de DurangoFoto: josé mari martínez

DURANGO. En el ecuador de la Azoka, centenares de personas volvieron a desfilar por las puertas de entrada para buscar algún libro, disco o juego especial. La proximidad de las fiestas navideñas volvió a repercutir positivamente en la afluencia ya que muchos aprovecharon la visita para ir ayudando al Olentzero a cumplir con la carta de regalos de los más pequeños.

Unos días después de la inauguración de la exposición Amundsen: memoria helada, Jon Ruigómez, el director del Museo Marítimo de Bilbao, se desplazó hasta Durango para "conocer las novedades culturales infantiles en euskera". Para evitar aglomeraciones de las horas punta, decidió acudir a la hora de comer cuando las ikastolas ya habían regresado a sus centros y los visitantes mañaneros se habían marchado a casa.

Sus tres hijas de 5, 6 y 7 años marcaron la pauta de las compras. "Suelo venir todos los años con ellas para que fichen y miren qué es lo que les interesa, pero como ya son un poco más mayores, he preferido que se quedaran en casa", explicó el director, quien también se interesó por títulos relacionados con las pinacotecas debido al cargo que ocupa en una de las instituciones de referencia en Bilbao. "Alguna vez sí que cojo algún libro para mí", reconoció Ruigómez, que cargó un ejemplar del stand de Bizkaiko Museoak.

Sin pasar el frío que evoca la muestra del Museo Marítimo -que estará abierta al público hasta el próximo 11 de marzo de 2012-, Ruigómez recorrió los diferentes stands teniendo en cuenta la edad de las pequeñas. "Todavía mantienen la ilusión por los regalos", afirmó el director, quien añadió que para las más mayores intentaba encontrar "cuentos con algo más de texto", mientras que para la pequeña el objetivo se cumplía con más ilustraciones. Y una vez más, los clásicos de la literatura infantil fueron los elegidos. Relatos que coparon las lecturas de varias generaciones vuelven a las estanterías y se convierten en los favoritos de los más pequeños de cada casa, como por ejemplo las aventuras del pelirrojo Teo.

La visita a la Azoka es casi como un ritual donde la importancia no está en las ofertas sino en la variedad que prestan los editores. Ruigómez no se fijó en el precio de los libros o los DVDs ya que "si vienes, es para comprar. Es más apetecible ver aquí las novedades que hay". "Me interesan las cosas nuevas que cada vez son más interactivas y con las que podemos jugar en familia", agregó el máximo responsable del Museo Marítimo.

Bajo la premisa de que el euskera fuera el hilo conductor de las compras seminavideñas, Jon Ruigómez también prestó atención a las novedades musicales. "Me gusta que escuchen temas en euskera y me decanto por las canciones de toda la vida", señaló Ruigómez. Eso sí, tanto la música como la literatura se multiplicarán por tres el día de Navidad.