Balcón sobre la bahía de Txingudi
SOBRE IRUN HAY UN BALCÓN PRIVILEGIADO QUE DOMINA MAGNÍFICAMENTE LA BAHÍA DE TXINGUDI.ES UN LUGAR TRANQUILO, AGRADABLE PARA ESPERAR LA CAÍDA DE LA TARDE, CAMPESTRE YFAMILIAR. ES EL ALTO DE SAN MARCIAL, CONOCIDO ASÍ POR LA ERMITA QUE OCUPA SU CÚSPIDE,AUNQUE SU NOMBRE GEOGRÁFICO ES EL DE ALDABE.
Este lugar de Aldabe asomasu mirada sobreuna notable extensióndel estuario de Txingudi,escenario de tierrasdisputadas, de batallasy juegos guerreros. Enesta atalaya se levantaademás una ermita, como ya es tradiciónen muchos lugares de nuestra geografía,esta dedicada a San Marcial.
La historia nos trae al recuerdo que en1522 los guipuzcoanos lanzaron en estasladeras batalla contra un ejército denavarros, franceses y tudescos que servíanal rey de Navarra, Enrique deAlbret, quien se había apoderado del castillode Behobia y también de Fuenterrabía.
Sería aquella la primera batallade San Marcial y, habiéndola vencido, losirundarras hicieron voto de subir hastaaquel alto en procesión el día del santo,es decir cada 30 de junio. Y así se vinohaciendo hasta que el 11 de agosto de 1796un rayo destruyó completamente la ermitay esto hizo desaparecer la históricaprocesión a la peña de Aldabe.
La reconstrucción del templo en 1804permitió restaurar también el alarde queahora se sigue haciendo sin faltar un añoy combina en una sola dos celebraciones:la religiosa y la militar. La procesión sedesarrolla el mismo día que en Irun se festejael alarde, conmemoración que antañose hacía por San Juan para recordar lavictoria militar sobre los franceses. Hoy,San Marcial es un remanso de paz, un parquevisual y un paseo de tranquilidad alque hay que subir desde Irun, en cochepero también puede hacerse a pie.
En Irun el viajero tiene casi obligaciónde visitar Santa Elena, la ermita de orígenesromanos que se ubica bajo la colinade San Marcial. A sus pies, al paso tambiénpor la fuente del mismo nombre, pasa el camino que lleva hasta la colina. Es unaestrecha ruta local que se puede caminarbuscando algunos atajos. Se sube enrevueltas, no muchas, en tiempo tambiénbreve y poco a poco la línea del horizontese hace más extensa.
Rápidamente se domina la atalaya deAldabe y la ermita de San Marcial estáallá arriba, encaramada en su alto, preciosamenteencalada, austera y con suretablito barroco en el interior.
El derredor de San Marcial es campestre,invita a tomar la sombra bajo suarbolado cuando el sol aprieta y ahoracuenta incluso con merendero dondepedir un refresco y un pintxo.
Pero lo que vale sobre todo de este balcónprivilegiado es su larga miradasobre las últimas aguas del Bidasoaantes de que este se haga al mar, la apretadaurbe de Irun que fue nudo fronterizo,las tranquilas aguas del estuario deTxingudi junto a las que se asoma Hondarribia.Hacia el interior, hacia los confinesde Gipuzkoa en Nafarroa, se recortacon su negra silueta el relieve de AiakoHarria, cerrando el horizonte. Todoesto hace de San Marcial un punto demira inigualable, un objetivo de entusiastasde los panoramas.
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