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Santuario de Belate Hito religioso en la naturaleza

LOS BOSQUES DE BELATE ARROPAN EL PASO ANCESTRAL DE LOS CAMINOS DEL ‘SALTUS BASCONUM’,EL TRÁNSITODESDE LA VIEJA POMPAELOHACIA EL MAR POR LA CUENCA DEL BIDASOA. ELALTO DE BELATE ES ADEMÁS DIVISORIA DE AGUAS CANTÁBRICO-MEDITERRÁNEAS Y ES ESCENARIONATURAL DE PAISAJES EXCEPCIONALES.

Las sensaciones, allí, crecencada vez que las nievesinvaden laderas yumbrías. Pero ocurreademás que entre tantaexcelencia visual permaneceun vestigio histórico,un caminoimportante con un hito valioso: el santuariode Andra Mari de Belate acompañadopor los hitos enigmáticos de una singularcalzada.

Vamos en busca de estos rincones viajandodesde las tierras de Ultzama, siempreverdes en sus praderíos infinitos, pararemontar pronto a las alturas en las curvasdel puerto de Belate. Las ventas, la deArraitz y la deUlzama, dan testimonio dela importancia del tránsito que este lugarha tenido en todos los tiempos. Y en sulugar el verde campestre deja paso al espaciocerrado del bosque.

Será en este escenario, unos metros másarriba de la Venta de Ultzama, dondetomaremos al costado derecho de la rutauna pista forestal que se adentra en elhayedo. El camino, sencillo y abierto, afloraenseguida a las lomas montañosas quecabalgan desde el inmediato Gartzaga hastael alto Saioa.

La pista faldea sin ganar altura apreciabley se encamina hacia el barranco queriega el arroyo de Aratxuri. Sobre él seaprecian pronto inconfundibles los edificiosdel santuario de Andra Mari. La ermita, al lado izquierdo, adorna su rusticidadcon una hermosa y primitiva portadarománica; enfrente, el edificio quefue utilizado para hospital de peregrinosen el histórico camino. Corría elsiglo XII cuando fueron levantados elsantuario y hospital para dar servicioal parecer a los caminantes que circulabanpor la calzada que unía Iruña conel valle de Baztán para encaminarsedespués hacia los puertos del Atturrien Baiona.

La calzada se puede alcanzar remontandohacia la izquierda desde el caminopor el que hemos llegado hasta laermita. Desdibujado entre retazos dehierba, si no caminamos sobre la nieve,se puede apreciar el pavimentoempedrado que lleva hacia la ladera deGartzaga. En el collado un gran monolitode piedra, acaso un mugarri, unsimple mojón, sirve de vigía a los caminantesextraviados. Luego otro, y otro;se suceden casi una docena en una laderaespecialmente venteada, azotada porlas nieves de invierno que son capacesde borrar en un instante las huellas delcaminante.

El historiador Altadill identificó estecamino con un ramal de la vía romana34 de Antonino, desde lo alto del vallede Erro a la cuenca del Bidasoa; pudieraser el llamado Saltus Basconum, aunquemás parece que su trazado sea posteriory se corresponda con la dataciónde la ermita de Andra Mari.Se puede proseguir aún por el caminohasta abordar las proximidades delpuerto y descender hasta laVenta Quemada,bajo el Castillo de Belate, oremontar por toda la cresta que quedaa la derecha hasta la cúspide de Gartzagay aún continuar hasta el crónlechde Irumugeta.

Desde la explanada de Venta Quemadase puede llegar en un corto paseoentre magníficos bosques de hayas alotro lado del puerto hasta las ruinas delCastillo de Belate. En aquel alto tuvolugar entre el3y4dediciembrede 1512un importante episodio de las guerrasde los reinos de Castilla y Navarra,conocido como Batalla de Belate.Si viajas a Belate, bajo el sol o entre laventisca invernal, no dejará de sorprenderteque allí sobreviva el viejocamino, el santuario, los hitos para elviajero. Esa es la mejor memoria de unpaís vivo.