Modernidad y tradición concurren en la gama motriz del DS 4. El estreno de la firma con pretensiones del grupo Stellantis cultiva la corrección política, proponiendo un sistema de impulsión híbrido enchufable, y el sentido práctico, ofertando una candidatura diésel y tres de gasolina. Estas cuatro últimas son desarrollos actuales de motorizaciones térmicas de toda la vida, de esas que los profetas de la movilidad sostenible denostan, pero que nunca te dejan tirado. La primera aplica la ya conocida fórmula mixta recargable utilizada en algunos modelos de Peugeot y Opel. Resulta interesante por su compromiso entre prestaciones y emisiones, no tanto por su coste, salvo para quienes residan en comunidades autónomas en las que conducir un híbrido reporte ventajas económicas y administrativas adicionales.

La versión E-Tense, que es como se denominan los DS con propulsión mestiza, pone a cooperar el motor gasolina de 180 CV con un bloque eléctrico de 110 y una batería de 9,9 kWh útiles, reabastecible conectada a la red eléctrica. Depara una potencia conjunta de 225 CV y permite cubrir hasta 55 km en modo exclusivamente eléctrico a una velocidad máxima de 135 km/h.

En la otra vertiente del catálogo figuran los contrastados motores de explosión: el BlueHDi de 130 CV y los Pure Tech de gasolina con 130, 180 y 225 CV. Tanto esta como la motorización híbrida enchufable transmiten su energía a las ruedas delanteras empleando la caja de cambios automática de ocho relaciones EAT8.