lA industria del automóvil tiene muchas dudas y pocas certezas. Una de estas últimas es que su supervivencia pasa, sí o sí, por la electrificación. Aunque su desarrollo va más lento de lo profetizado, los fabricantes pisan el acelerador en busca de soluciones transitorias aplicables mientras los coches 100% eléctricos no sean eficaces, asequibles y de consumo masivo. Una de las marcas más implicadas en ese desafío es Mercedes-Benz, promotora de una tecnología EQ Power de hibridación enchufable que vuelve más eficiente y sostenible su gama de turismos compactos. El GLA y las variantes Coupé y Shooting Brake del CLA disfrutan ya de la motorización 250e, cuya combinación de bloques gasolina y eléctrico (218 CV) depara alto rendimiento y mínimas secuelas contaminantes. Se pueden adquirir desembolsando de 44.850 euros en adelante.

Estos tres productos comparten con el Clase A y el Clase B esta factura motriz híbrida, que compatibiliza elevadas prestaciones con un impacto económico y medioambiental comedido. La prometedora fórmula de impulsión acompasa el motor de gasolina M282, unidad de cuatro cilindros y 1.332 centímetros cúbicos (160 CV) que anima en solitario a varios modelos de la gama, con un módulo eléctrico (102 CV). Alimenta a este último una batería de ion de litio con 15,6 kWh de capacidad, que se reabastece conectada a la red; la operación requiere 105 minutos en una toma wallbox de 7,4 kW y 25 en una de corriente continua a 24 kW. Mercedes-Benz e Iberdrola ofrecen la instalación gratuita de un punto de recarga en el domicilio de las primeras personas que adquieran uno de estos modelos EQ Power.

Esta tecnología, que sintetiza las cualidades de los motores térmicos y las de los eléctricos, genera un rendimiento máximo de 218 CV y un par motor de 450 Nm. Dicha energía se remite a las ruedas delanteras; emplea caja de cambios es automática, de ocho relaciones. El elevado valor de par que brinda esta motorización mixta garantiza una respuesta inmediata al acelerador y una buena capacidad de recuperación. El dato de potencia sugiere una considerable agilidad de movimientos en cualquiera de los formatos de carrocería disponibles.

Las diferencias entre ellos las determina la aerodinámica, que condiciona un poco las prestaciones de velocidad y aceleración. El CLA Coupé 250e homologa los mejores registros, estableciendo una punta de 240 km/h y progresando de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. Pese a ser más voluminoso, el GLA no se aleja demasiado de tales cifras, al acreditar 220 km/h de máxima y parar el cronómetro a los 7,1 segundos.

Además, este sistema híbrido permite circular con impulsión exclusivamente eléctrica, a un máximo de 140 km/h. Ahora bien, rodar asiduamente a ese ritmo comporta la disminución de la autonomía, que en condiciones óptimas ronda los 60 km (ciclo WLTP). Esta circunstancia propicia que los EQ Power obtengan la etiqueta medioambiental ‘0 Emisiones’ de la DGT.

Un alcance de sesenta kilómetros puede parecer insuficiente. De hecho, para gran parte de usuarios, lo es. Sin embargo, los estudios de la marca alemana revelan que ese rango de autonomía cubre holgadamente las necesidades de locomoción diarias de muchas “de las personas interesadas en la movilidad eléctrica”. Mercedes-Benz constata que el 90% de los desplazamientos cotidianos de esa clientela potencial no alcanza los 50 km. Pone como ejemplo a los Países Bajos, zona con un interés particularmente alto por la electromovilidad, donde el recorrido diario medio real de un eléctrico no pasa de 27 km. La marca de la estrella considera, por tanto, que su sistema de hibridación enchufable es una solución idónea para este tipo de público.