EL agua es un bien necesario que se puede convertir en una herramienta empoderante para quien gestiona su flujo en un lugar donde escasea como el desierto del Sahara. Por eso, el profesor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Carlos Vilches Plaza y el doctorando en Sociología de la misma institución Natxo Esparza Fernández concluyeron recientemente un proyecto que forma a las mujeres de los campamentos de Tinduf (Argelia). En estas tierras se refugió la población que hasta 1976 fue colonia española tras la invasión de su territorio por parte de Marruecos, y allí permanece desplazada hasta el día de hoy.

La iniciativa partió de un análisis de la situación y las necesidades de las personas refugiadas en los campamentos del Sahara con respecto al agua de uso doméstico y ha supuesto la entrega, a 4.605 mujeres cabezas de familia, de otros tantos depósitos nuevos para almacenar el agua.

El proceso formativo que Vilches y Esparza han empleado en su iniciativa se denomina Investigación Acción Participativa (IAP). Se trata de un método que implica a los sujetos de la propia investigación en el objetivo que se pretende lograr. Por este motivo, el trabajo de los profesores de la UPNA ha contemplado una formación teórica y práctica, en la que han participado 35 mujeres de los comités saharauis del agua a través de un proceso de Investigación Acción Participativa (IAP), con el objetivo de conseguir un mejor aprovechamiento de este recurso y lograr el empoderamiento de la población saharaui en su gestión de forma más autónoma.

Tal y como explica el profesor Carlos Vilches, “el disfrute del derecho al agua es fundamental para alcanzar un nivel de vida adecuado, más aun en un contexto tan inhóspito como supone el desierto del Sahara. Las familias almacenan este recurso en depósitos de acero galvanizado que, con el tiempo, se han ido oxidando y afectando a la salubridad del agua, y la gran mayoría de ellas no disponen de los medios necesarios para renovarlos”.

Los nuevos depósitos son de plástico de doble capa con base de soporte metalizado y también se ha dotado al Ministerio del Agua y del Medio Ambiente de camiones cisterna para el reparto de agua.

El proyecto desde su inicio tenía definida una clara perspectiva de género, al tener como objetivo principal la formación de las mujeres en metodología de investigación social. La cantidad disponible de agua potable clorada es de un promedio de 15 litros por persona al día.

El cronograma de trabajo contempló, en diciembre de 2018, una presentación del trabajo y los objetivos, así como el proceso de fijar las fechas de las sesiones de formación, que cursaron 35 mujeres de las cinco wilayas, que fueron posteriormente las activadoras de los cambios en sus respectivos lugares. Los talleres prácticos fueron realizados por 630 mujeres en 38 grupos de trabajo, y se completaron con la realización de cerca de 600 encuestas. “Con la formación recibida las alumnas pueden encarar a futuro y de forma autónoma, nuevos trabajos de diagnóstico aplicados a su vida cotidiana sin dependencia de técnicos, cerrando el ciclo de empoderamiento base de la IAP”, señaló. - DEIA