EN 1979 no solo subió al poder Margaret Thatcher, hubo revoluciones en Irán y Nicaragua, se celebraron las primeras elecciones municipales de la democracia o Sony sacó el primer walkman. Además unas docenas de estudiantes de Medicina, al principio más de cien, se encerraron en Basurto. Hace justo hoy cuarenta años, aquellos alumnos se atrincheraron dos meses. La asamblea decidió la paralización de la Facultad, con el apoyo del claustro de profesores, y el comienzo de un encierro indefinido que se prolongó hasta el 5 de abril. Ayer, varios nostálgicos se volvían a reunir en la Unidad Docente para recordar aquellos días de batas blancas y revueltas. “De manera permanente había unas 40 personas velando armas aunque hubo noches de ciento y pico concentrados. Nos autogestionábamos para cocinar, pasábamos las noches tocando el acordeón... Alguna vez nos veíamos obligados a salir y los fines de semana bajaba mucho la cantidad de concentrados, pero siempre quedaba algún retén”, explica Juan Gondra, actual vicepresidente del Colegio de Médicos de Bizkaia y entonces, ferviente combativo. En aquel crudo invierno, los alumnos de Medicina salieron a las calles a medir la tensión, a cambio de la voluntad “porque en aquellos tiempos del posfranquismo a nuestras familias no les hacía ni gota de gracia aquella protesta”, subraya Gondra.

El detonante de aquellas movilizaciones fue que los estudiantes se vieron impedidos a hacer sus prácticas en el hospital de Basurto. Por ello, centraron sus peticiones en la finalización de las obras y la entrada en servicio del Hospital de Leioa (entonces obviamente Lejona) que iba a ser clínico y universitario. El encierro fue acompañado de actividades para pregonar el conflicto. Consiguieron colocar una gran pancarta en la tribuna norte de San Mames en un partido de liga, subían carteles a los azulitos, ocuparon el Ayuntamiento y se encerraron una noche en Diputación. “Nunca oponíamos resistencia y no nos enfrentábamos con nadie”. Realizaron una inauguración simbólica del Hospital de Leioa, y una masiva Marcha Blanca el 24 de febrero de 1979 con 3.000 manifestantes.

Ayer, cuatro décadas más tarde, hicieron un revival y un tal como éramos, recordando batallitas en el barracón prefabricado de la calle Gurtubay. Rememoraron la asamblea en la que se votó dejar el encierro por un estrecho margen de votos porque ellos querían morir con las botas puestas. 469 votaron acabarlo, 422 continuarlo y hubo 168 abstenciones. “Algo habíamos conseguido pero poquito. Aunque con el tiempo comprobamos que aquella movida fue fundamental porque si no la Facultad habría ido por otros derroteros”. La reivindicación se hizo eterna. “Si no hubiera habido la presentación de la nueva facultad, esta vez nos hubiéramos encerrado una noche”. Pero la moderna facultad de Medicina de la UPV/EHU que se levantará junto al hospital de Basurto ya tiene fecha de apertura: el inicio del curso 2024-25. “Con 40 años de retraso lo hemos conseguido”, señala otro de aquellos alumnos, hoy ya talludito.