1 Fetichista. Los calzoncillos son su fetiche. Para el actor y director, esta prenda se ha convertido en un punto de referencia, al menos por las veces que sale solo con ellos en fotografías y en redes sociales. Y no los tira, los colecciona.

2 Enredado. Tiene 1,7 millones de seguidores en redes sociales. Cuando llegó al millón hizo un desnudo integral que dejó con la boca abierta al personal que le sigue. Asegura que no tiene nada preparado para cuando llegue a los dos millones.

3 Agradecido. Dice no poder dar un paso por la calle sin que reciba un comentario o directamente le paren, le pidan una foto o un autógrafo. Él es sincero y reconoce lo contento que está con el reconocimiento de la gente, algo que no le molesta.

4 Estilo propio. Se siente cómodo con un vaquero, una camiseta y una chaqueta. Le gusta lo básico, salvo que esté en una alfombra roja y quiera divertirse viendo las caras del personal cuando descubre su look.

5 Inversión en vestuario. Cuando ganó su primer sueldo como actor se gastó 1.400 euros en una chaqueta de Dior, que hoy forma parte de su fondo de armario y que ha resultado una buena inversión por lo mucho que se la ha puesto.

6 Descansado. Duerme a pierna suelta y no utiliza pijama. Nada le desvela y siempre se levanta muy descansado. De pequeño tenía la pesadilla recurrente de ser devorado por un perro, sueño que ya ha desaparecido de sus noches.

7 Tareas pendientes. A veces por falta de tiempo, y en la mayoría de las ocasiones por simple pereza, dice tener los armarios siempre desordenados, con baldas llenas de ropa y cajones repletos de papeles que le esperan. Es algo que le gustaría cambiar.

8 Amo de casa. Comparte tareas domésticas puntualmente, aunque aborrece fregar, una tarea de la que pasa siempre que puede, pero no le importa nada planchar. Es más, asegura que le relaja.

9 Ese personaje... Hubiera matado por el papel que hizo Gael García Bernal en Tacones lejanos, una de sus películas preferidas. La ha visto muchas veces y siempre le parece que es la primera.

10 Sinceridad. No va de intelectual cuando se le pregunta por el libro de su vida o aquel que ocupa un lugar especial en su casa. Un simple "no tengo y no me lo voy a inventar" le hace más real y menos dado al postureo que otros.