Mostrar bajón o fragilidad en Sálvame se paga caro, muy caro. Son como esas jodidas alimañas que, cuando observan débil a su presa, se lanzan directas a la yugular. Una selvática ley del más fuerte que bien describió Terelu aquella histórica tarde de su marcha: "Siento no decir que ha sido un placer, porque no lo ha sido". Gran frase, sin duda, que ya pertenece a los archivos de la tele y que seguro está rememorando con dolor estos días la periodista rosa más famosa del Estado. Porque María Patiño, quien asegura sentirse "excesivamente sensible" en estos tiempos de pandemia, no pasa por su mejor momento. "Ahora más que nunca hay que decir te quiero a gritos, pero no me sobran los amigos", ha llegado a exclamar entre lágrimas. Mientras tanto, los zascas de sus compañeros se multiplican, y el rostro multioperado de la gallega ya refleja pena y pesar.
Porque a la bronca habitual con los colaboradores de Sálvame, marca habitual de la casa, se han sumado dos nuevas voces: Alba Carrillo y Alejandra Rubio. Sin oficio ni beneficio, pero con ganas de sueldo telecinquero, ambas la han tomado con la presentadora. ¿El motivo? Quieren ganarse una silla de cara a la nueva normalidad. Y para ello, la ex modelo ha revuelto entre la mierda para recordar las declaraciones más polémicas de Patiño: "Yo le caigo fatal desde que salí de GH Vip. Soy el tipo de mujer que detesta. Me dijo que mientras ella se había dedicado a trabajar yo lo que había hecho era tirarme a deportistas en los camerinos".
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