A cápsula del tiempo se posa en el delta del Mississippi, donde el blues se adueñaba de las dos orillas. No en vano, las raíces musicales del rock son ese blues y la aparición de su versión urbana localizada en Chicago: el Rhythm & Blues, por un lado y el Country & Western tradicional americano por otro. El Rock & Roll bebió de estas fuentes y apareció por fin a mediados de los 50. El inventor del término Rock & Roll fue el disc jockey Allan Freed y como primeros mitos de aquella corriente emergieron Elvis Presley, Bill Halley and his Comets, Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis, Buddy Holly y Ritchie Valens entre otros. He ahí la tierra donde hunde sus raíces el rock, la cueva de sus orígenes.

Partiendo de los guateques y las fiestas matinales de la década de sesenta del pasado siglo hasta los festivales multitudinarios del siglo XXI, pasando por la explosión de las salas de fiestas de los años 70 del ayer y los bares y locales autogestionados de los 80 y 90, el rock tuvo su espacio en Bilbao, en Bizkaia entera.

"La música nunca puede ser mala, digan lo que digan del Rock & Roll", decía uno de aquellos dioses de los comienzos, el mismísimo Elvis Presley. El viento de ese mismo espíritu es el flotó sobre la faz de la tierra a partir de la segunda mitad del siglo XX, posándose en el alma canalla de un buen número de pueblos en la tierra. Lo han llevado en sus guitarras, en sus canciones y en su forma de vivir nombres legendarios cuya música sonó por bares y locales no menos míticos, casi mitológicos cuando una cierra los ojos y hace memoria.

Al protagonista de la historia de hoy le hubiese costado hacerla. No en vano se le escuchó decir aquello de que "el verano de 1973 fue fantástico. No me acuerdo de nada, pero nunca lo olvidaré". Fue Lemmy Kilmister, legendario bajista y frontman , una de las bandas que dejaron huella. Nació en la Nochebuena de 1945 y selló su último pasaporte el día de los Santos Inocentes de 2015 tras una vida trepidante, convertido en un Atila de la música. ¿Acaso no iba cargado de verdad cuando dijo que si Motörhead se muda a tu vecindario, no crecerá más hierba en tu jardín? Esa impresión da.

Iturribide lleva décadas siendo el centro de peregrinación de los devotos del rock y el heavy metal en Bilbao. Algunos de los bares y pubs más autóctonos de la ciudad están en una calle cuyo carácter perdura a pesar del paso del tiempo, en una calle donde la vida salvaje encuentra acomodo. Por simplificarlo todo un poco, Iturribide fue y es la puerta del infierno en Bilbao. Allí se ubicó el Metal attack, un local que ya no existe -le ha sustituido El Metal de Ramón-, uno de los primeros bares puramente heavies que hubo en Euskadi, sin ir más lejos. Y ha sido justo ahí, en esa calle tan audaz y desmelenada, donde ha resucitado Lemmy Kilmister. Para tocar la tecla de la precisión digamos que quienes hayan visitado Iturribide desde mediados de diciembre habrán podido ver una imagen de Lemmy Kilmister, el icónico líder de Motörhead, plasmado en un mural. Se trata de un mural homenaje, del que no ha trascendido su autoría. Algunas voces del barrio puntualizan que el fallecimiento de un vecino, también anónimo, fan acérrimo de Lemmy, puede estar en el porqué de esta obra de arte. Un adiós con clase rockera, por decirlo de alguna manera.

La imagen de Lemmy está ubicada en una pared cerca de donde termina el tramo peatonal de Iturribide, muy próxima a algunos de los bares más míticos para los amantes de este estilo de música, locales como Las Ruedas, El Metal, Zerua y La Espuela, un bar de rock donde se adora a Motörhead. O el nuevo Koven Rock Bar. Muchos de ellos impulsaron, con la llegada de la pandemia, la creación de la Asociación de Bares Rockeros Intentando Resurgir (A.B.R.I.R.) para apoyarse, unos a otros, en el complejo ejercicio de la supervivencia. Ahora cuentan con el apoyo de Lemmy en esa lucha. Vista de cerca y al detalle, la pintura mural parece plastificada para su supervivencia.

Desde aquel 2015 de su fallecimiento el centro de peregrinación mundial de los fans de Lemmy siempre ha sido el Rainbow Bar & Grill, ubicado en pleno Sunset Boulevard en West Hollywood. Quienes acudían a Los Ángeles podían incluso ver al propio Lemmy en el bar. Desde su muerte, el Rainbow Bar & Grill le ha honrado con una estatua y un mural. Ahora Bilbao se erige como otra de la ciudades que honran a un hombre cuyas cenizas, en el último y rocambolesco gesto, fueron encapsuladas en balas y repartidas entre viejos amigos del rock y de Lemmy.

Quien desee profundizar en el mundo del rock y el Heavy metal en Bizkaia tiene a su alcance 160 Metros: una historia del rock en Bizkaia, un proyecto que narra la transformación social que tuvo lugar en los años 90 160 Metros: una historia del rock en Bizkaia, en ambos márgenes de la ría de Bilbao desde el punto de vista del rock. El título hace referencia a la distancia que separa ambas márgenes de la ría del Nervión, remarcando las diferencias sociológicas y económicas que se materializaron en dos escenas de rock diferentes y hasta dos formas de ver la vida. La Margen Izquierda, con un corte más punk y social (Eskorbuto, Parabellum, Zarama, etc.) y la de la Derecha, con lo que se denominó Getxo Sound, con un carácter más hedonista y global (El Inquilino Comunista, Los Clavos, Lord Sickness, etc.). Es una forma más de recordarlo, de evocar ese rock que pisó con tanta fuerza.