Netflix, HBO o Amazon Prime Video grandes ganadores de la pandemiaempresas donde el dato les ayuda a definir su oferta.

Sin embargo, bastante menos se ha hablado del dispositivo de acceso a esas series. Porque sí, otro de los productos estrella del nefasto 2020 que tanto hablamos fueron las televisiones inteligentes (también llamadas popularmente smart TV). Evidentemente, toda tecnología avanzada viene provista de enormes prestaciones para capturar datos. Y estas televisiones no los esquivan, faltaría más. Qué series ves, qué anuncios dejas que se reproduzcan o tus patrones de visionado (hora, compañía, etc.), son solo algunos de los datos que sabemos son captados por estas empresas. Pueden reconocer cualquier programa que se esté viendo o cualquier juego al que se esté jugando desde cualquier dispositivo conectado al televisor. Es decir, aunque parezca un mero dispositivo de proyección, se convierte en una autopista por la que pasan datos, que evidentemente son empleados para otros menesteres posteriormente.

Las televisiones inteligentes se apoyan en una tecnología llamada Reconocimiento Automático de Contenido (Automatic Content Recognition en inglés, por si queréis indagar). Muchas empresas de fabricación de televisión lo hacen con el apoyo de una empresa llamada Samba TV. Su objetivo es proporcionar anuncios y recomendaciones relevantes en función de lo que visualizas. A algunos, a algunas, les puede resultar útil. A otros, aterrador. Por ello, es importante saber que si prefieres no compartir todo lo que ves con los fabricantes de televisores, desactives esta función. Veamos cómo.

Imagínate que la televisión inteligente te la regaló alguien por navidades. Te han regalado un Ferrari, cuando preferías un Renault Clio. Es decir, no usas las funciones inteligentes. En este caso, lo mejor será que bloquees este seguimiento simplemente desconectando el televisor de Internet. Desenchufe el cable Ethernet o desconéctelo de su red Wi-Fi en la configuración del televisor. Sin acceso a Internet, el televisor no puede enviar información a nadie, lo que significa que sus datos se quedan en casa (nunca mejor dicho). Sin embargo, también significa que las aplicaciones integradas de su televisor no podrán transmitir ninguna película o programa. Si la conexión a Internet es necesaria porque usas el Ferrari a pleno rendimiento, lo mejor será desactivar el reconocimiento automático de contenido. Las instrucciones son un poco diferentes según el modelo de TV que tengas, pero con una rápida búsqueda en Google, seguro que lo encuentras.

Hecho esto, os debo confesar que quizás ni aún así estéis libres de todo lo que pudiera suceder. Por supuesto, no hay forma de escapar de todo seguimiento, especialmente si estás consumiendo sobre una plataforma de terceros. Esta configuración puede limitar parte de la recopilación de datos por parte del fabricante de TV. Pero no sabemos si la totalidad. No podrás hacer nada para que las aplicaciones que te proveen el contenido como Netflix rastreen lo que miras para brindarte recomendaciones. Supongo que dentro de un tiempo, se estudiarán estas empresas como ahora entendemos Facebook y Google. Estas, con movimientos similares, construyeron un imperio de datos para luego darnos productos y servicios gratuitos a cambio de más datos. ¿Pudieran las TV inteligentes llegar a diversificar su negocio? Quizás para cuando lo lleguemos a entender queramos darle la vuelta. Y quizás ya no podamos hacer nada. La historia de nunca acabar en esta era digital y de datos.

Si desea una verdadera privacidad, deberá divorciarse por completo de los servicios de transmisión. Solo tendrá que decidir cuánto le importa realmente su intimidad televisiva.