SE llamaba Teresa Juliana Lucía Maraval Torres desde aquel 6 de junio de 1893, día en que nació en Plasencia. Pero el mundo del cuplé y la copla le conoció como Teresita Zazá, sobrenombre con el que entró en el imaginario de Bilbao pese a que una leyenda estuvo a un paso de robarle la gloria improvisada que le vino encima aquella Nochevieja de 1913 en la que Teresita se presentaba en el Salón Vizcaya ( La catedral del cuplé lo llamaban...) de la bilbaina calle San Francisco.

Una leyenda negra, decía. Esa que dice que el grito de ánimo al Athletic surgió de las minas de hierro en Ortuella, en las que los mineros cobraban en función de la pureza del hierro que extraían. Cuando el jefe inglés de la cuadrilla colgaba un cartel en la puerta de la mina que decía: all iron, esto quería decir que la paga era doble y los mineros gritaban al unísono lo que ponía en el cartel, y que en pronunciación castellana era “alirón”. Si non e vero, e ven trovatto, que diría un italiano. Y, en efecto, la historia de las minas non e vera.

Decía que Teresita estaba aquella Nochevieja en Bilbao. Era un fin de año en el que el Athletic arrollaba y se acababan de inaugurar las obras de San Mamés, bendecidas con una hoja de berza porque al sacerdote Manuel Ortuzar se le había olvidado el hisopo.

Sin desviarnos. El Salón Vizcaya, uno de los más alegres de la Villa, era frecuentado por los señoritos de alta alcurnia. La cupletista Teresita Zazá tenía entre su repertorio una pieza que destacaba: la Canción del Alirón, con letra de Álvaro Retana y música de Gaspar Aquino. La orquesta entonó los primeros compases y Teresita Zazá cantó: En Madrid se ha puesto en moda / la canción del ¡Alirón!, / y no hay nadie en los madriles / que no sepa la canción. / Y las niñas ya no entregan / a un galán su corazón, / si no sabe enamorarlas / al compás del ¡Alirón! / ¡Alirón! ¡Alirón! / Pom, pom, pom. Julián Echevarría Camarón, testigo presencial en el Salón Vizcaya, explica en su Cancionero bilbaíno: “(...) Grande fue la sorpresa de la Zazá cuando el público, levantándose, le rectificó el estribillo final, obligándola además, a cantarlo con él: ¡Alirón! ¡Alirón! / ¡el Athletic campeón!” El Athletic se había proclamado aquel día campeón de España en Irún frente al España de Barcelona. Teresita, que hizo carrera en Argentina, donde llegó a actuar con el inmortal Carlos Gardel, no fue consciente de que 106 años después de aquella noche su canción sigue apegada a la banda sonora de todo un pueblo que le coreó aquella noche.