tODO apuntaba en negativo para Mark Zuckerberg después del escándalo de venta de datos por parte de Facebook a la compañía Cambridge Analytica. De momento el único afectado es esa compañía, que se disolvió en mayo del año pasado y, seguramente los votantes estadounidenses, que no tienen todavía muy claro hasta qué punto los resultados de las elecciones presidenciales se vieron afectados por la publicidad de esta red social. Todo apunta a que Facebook ha perdido un importante número de usuarios, pero sus ventas por publicidad siguen y siguen aumentando. Está claro que el objetivo de cualquier empresa es cuidar a sus accionistas y conseguir el mayor beneficio y cada vez que Facebook da un paso, lo hace siempre para ganar dinero. Hace años Mark Zuckerberg anunció que debido a la infoxicación de contenido que las empresas estaban generando en su red, habían decidido potenciar los mensajes que enviaban los usuarios particulares en detrimento de las organizaciones y marcas. Lo que no dijo era que cualquier empresa que pasara por caja podía hacer que todos sus contenidos llegaran a todos los usuarios de la red, pero siempre con el dinero por delante.

Ahora la última ocurrencia de Mark Zuckerberg es eliminar los Likes o Me gusta de su red social Instagram y están realizando la misma prueba con Facebook en Australia. Según ellos, las personas deben centrarse en compartir sus contenidos sin ningún complejo, sin esperar nada a cambio y por supuesto sin fijarnos en cuantos pulgares se han levantado en nuestro post. “A partir de hoy, ampliaremos nuestra prueba de recuentos de Me gusta privados a nivel mundial. Si está en la prueba, ya no verá el número total de Me gusta y vistas en fotos y videos publicados a menos que sean suyos”, nos dicen desde Instagram. Pero yo solo me fijo en tres palabras, los Me gusta privados. El negocio de esta red también está en los anuncios y los Likes que consiguen las compañías y las marcas, a los que no les va a afectar esta medida. De momento tienes que ser parte de los usuarios seleccionados en nuestro país para formar parte del experimento y, además, tendrás que responder a una serie de encuestas donde reflejar tu satisfacción con esta medida.

Pero detrás de Instagram hay otro negocio, el de los influencers, del que no se beneficia directamente la red social. La rapera Nicki Minaj, que tiene 108.000 seguidores en la red, ha dejado de subir sus historias a la plataforma como medida de presión ante la desaparición de los likes. Tanto los artistas como los influencers reciben contratos publicitarios gracias a tener un gran número de seguidores. Publicar un post donde esta cantante diga lo bien que le ha sentado el desayuno con los cereales de una determinada marca o escribir las maravillosas vistas que tiene su habitación de un determinado hotel, le puede hacer ganar más de 6.000 euros. Los precios dependen del tipo de seguidores que tengas, la respuestas que se hayan producido por anteriores mensajes y por supuesto del número de likes obtenidos. En estos casos la red social no recibe o gana nada ya que se trata de contratos entre particulares en las que no son más que un intermediario sin derecho a su trozo del pastel. A partir de ahora los influencers tendrán que ponerse a trabajar. Muchos de ellos vivían de los Me gusta y no realizaban ninguna interacción respondiendo a los mensajes que recibían. A partir de ahora deberán potenciar el número de comentarios, única medida de referencia que tendrán las compañías para contratarlos.

@juandelaherran