Los favoritos de Midas es una historia basada en el cuento homónimo de Jack London, aunque la adaptación que ha hecho Mateo Gil tiene variaciones frente al texto original, sobre todo por el final del protagonista. Luis Tosar da vida al personaje central, Víctor Genovés, un empresario que ha heredado un imperio y que se encuentra ante un dilema moral: pagar un chantaje de 50 millones de euros y evitar el asesinato de una persona desconocida elegida al azar.

Víctor, como se ve en la serie, es un personaje muy peculiar. ¿Cómo asumió su interpretación?

Nos planteamos comprender a ese personaje en todas sus facetas y en todos sus matices. Es un señor que produce sensaciones muy diferentes, tanto en su vida personal como en la profesional, y se mueve en un recorrido que puede parecer incomprensible.

¿Se sentía cómodo en la piel de este empresario?

Siempre tienes que sentirte cómodo en la piel de un personaje, por mucho que no lo comprendas o que tenga poco que ver contigo y con tu forma de pensar. Sea un ser digno o indigno tienes que defenderle para darle credibilidad, y defender a un personaje no significa que siempre comprendas sus actitudes, motivaciones y forma de vida.

Aunque sea víctima de un chantaje: si no paga alguien morirá.

Y también está la duda de que ese alguien pueda morir aunque pague. Víctor es un hombre que tiene mucho dinero, pero se niega a pagar. Intento ponerme en su piel. Es fácil, cuando el dinero es de los demás, pensar: Venga, que ponga el dinero ya y que salve una vida.

¿Y qué pasa cuando acercamos esa realidad a nuestras vidas?

Que al hacer un acercamiento más profundo, ponernos en el papel del otro y pensar qué haríamos nosotros, las dudas empiezan a aparecer.

¿Se fiaría Luis Tosar de una carta anónima?

Tendría muchas dudas. ¿Por qué te vas a fiar de una carta anónima? ¿Por qué vas a dar una cantidad indecente de dinero sin ninguna seguridad? ¿Por qué me están proponiendo a mí dar dinero para salvar una vida? ¿Por qué esta amenaza? Son muchas las preguntas que surgen. El que viene en la misiva es un lenguaje extraño y no sabes por qué te tienes que fiar de un grupo armado que utiliza unos argumentos casi románticos, por decirlo de alguna manera.

¿Era fácil convertir a Víctor Genovés en un tiburón de los negocios?

El personaje se empezó a construir a partir de desechar la idea de que Genovés fuera un tiburón al estilo Wall Street, pero algo de eso también había. Es un tipo tan hambriento de poder como de ego. Es interesante fijarse en el ego de este hombre. Muchas de las acciones que comete a lo largo de la historia tienen mucho más que ver con el orgullo que con su ansia de poder.

Un hombre que se pasea más bien cómodo por la delgada línea de la inmoralidad.

Eso va a depender de lo que tú creas que es inmoral o moral, que son conceptos muy subjetivos. Es un hombre más de dar un puñetazo encima de la mesa y decir: Aquí estoy yo. Hay algo más en él que el deseo del dinero, algo que le puede y que el espectador tiene que descubrir a lo largo de los capítulos.

Una amenaza es algo que nos hace sentirnos vulnerables a la mayoría, ¿también a Víctor?

Por supuesto, pero no es alguien que esté dispuesto a mostrar sus puntos débiles. Es ahí donde juegan un papel muy importante su ego, su orgullo, esa forma de decirle al mundo que nadie puede con él, pero todos tenemos fisuras.

¿Y cuáles son las de Víctor?

Él quiere restaurar una imagen que está muy dañada por haber sido un tipo que heredó todo lo que tiene. Esa herencia es algo que le perturba permanentemente.

¿Quería haber sido un hombre hecho a sí mismo?

Es de imaginar que sí. No deber nada a nadie es algo que Genovés hubiera deseado. Lo que desea es no estar atado a nada ni a nadie. Él tiene ganas de ganarse a pulso todo lo que tiene, poder romper con el pasado y no tener deudas de familia.

¿Alguien complejo que no es el típico malvado de libro?

Todas las personas somos complejas, y lo de ser de libro solo ocurre a veces, muy pocas veces. A partir de todo eso se empezó a construir el personaje de Víctor, dejándonos guiar por la trama, una trama en la que no dejan de suceder cosas. Lo que más me sedujo de este proyecto fue la acción que presenta todo el argumento.

Resulta raro verle a usted en televisión...

No suelo hacer mucha tele, pero tampoco es que haya andado sobrado de tiempo, sobre todo en los últimos años. He estado muy volcado en el cine.

De hecho, es uno de los actores españoles que más se prodiga en la gran pantalla.

He tenido esa suerte. Me gusta mucho hacer cine, lo que no quiere decir que no me interese la televisión.

¿El cine es lo único que le apartó de la televisión?

En parte, sí, porque no me dejaba mucho tiempo para hacer televisión. Uno también tiene una vida personal y debe vivirla plenamente.

¿Qué ha ocurrido para que cambie de opinión y haya aceptado hacer Los favoritos de Midas

Que hoy en día los formatos televisivos han cambiado y son muy diferentes. Antes, la única opción era meterte en una serie de larga duración y hacer como mínimo trece capítulos. El estilo tradicional de televisión ataba mucho a un actor o una actriz, pero ahora cambiado, Este ha sido un rodaje de cuatro meses para hacer seis episodios, lo que está más cerca del concepto logístico de un largometraje que de una serie de televisión a la antigua usanza.

Fíjese que parecía que peleaban por una estabilidad y que la encontraban haciendo series largas...

Ja, ja, ja€ A mí me gusta cambiar de personajes y meterme en muchas pieles, en todas las que pueda. Lo de querer hacer o no hacer una serie larga va a depender de cada cual. A mí me produce inseguridad una serie larga, no saber qué va a pasar a con mi personaje en el futuro. Ya he vivido esa situación y me he llevado sorpresas que no han sido muy agradables. Había momentos en los que a tu personaje le pasaban determinadas cosas y ya estabas metido y sin capacidad para decidir. Siempre he trabajado más a gusto sabiendo lo que tengo que hacer de principio a fin.

Como esta serie, donde a través de un periódico se enfrenta al juego de la verdad y la mentira.

O de la omisión, ¿no te parece? Es un juego de intereses: si dices la verdad muchas veces es una condena, y si te vas por otros caminos te apuntas a lo que hoy está tan de moda€

¿Las fake news

Cierto. Él ha creado a golpe de tuit su propia verdad, una verdad de 70 millones de votantes, 70 millones de personas que no es poco. Esa es la realidad, nos guste o no. Es la ventaja de nuestro tiempo, que ahora tenemos la verdad a la carta y cada uno puede elegir un estado ideal. Se puede elegir que otros te den la razón permanentemente y es muy fácil lograrlo. Agarras el móvil y puedes estar dando y dándote la razón todo el día. Es una maravilla poder hacerlo. Es un desastre de mundo, pero tú te puedes sentir satisfecho y todos tus egos están complacidos. Vivimos un desastre de sociedad, pero es una maravilla a nivel personal.

Personal

Edad: 49 años.

Lugar de nacimiento: Cospeito (Lugo).

Familia: Está casado con la actriz María Luisa Mayol y tiene dos hijos de cuatro y dos años.

Trayectoria: Se ha dedicado sobre todo al cine. Tiene tres premios Goya por Los lunes al sol, Te doy mis ojos y Celda 211. Su catálogo es impresionante, muy largo para reproducir en su totalidad. Ha participado en películas como El lápiz del carpintero, La flaqueza del bolchevique, Casual day, Cien años de perdón, Los últimos de Filipinas o Quien a hierro mata, entre otras. No es muy televisivo y su serie de mayor recorrido fue Mareas vivas en TV3.