bilbao - Es un director de cine muy premiado y ahora entrado vía plataforma en el universo de la televisión con la serie En el corredor de la muerte. Se ha estrenado con un proyecto arriesgado, es la adaptación de un libro de Nacho Carretero y habla de un hecho real. Tan real que mientras estaban rodando esta producción se estaba celebrando el juicio que sacó a Pablo Ibar del corredor de la muerte.

¿Qué le ha parecido el rodaje de ‘En el corredor de la muerte’? Da la sensación de que ha tenido que ser muy intenso y complicado.

-Pues no tanto. Sí es cierto que puede dar esa sensación, pero ha sido sorprendentemente fluido para la locura que podía haber sido. Hubo poco tiempo para la preproducción, el final estaba abierto, no sabíamos cómo iba a acabar. Mientras nosotros grabábamos se estaba celebrando el juicio de Pablo Ibar. La serie fue toda una proeza a nivel de producción con grabaciones en Panamá y Madrid. Se terminó en el plazo establecido y el estreno también se ha cumplido.

¿Qué es lo que más le preocupó cuando empezó la serie?

-El tiempo. Pensaba: ¿Qué vamos a hacer, si no tenemos tiempo? Hice un acto de fe y confié en la productora que estaba muy segura. Tenía razón, hemos llegado a todo, sigo creyendo que milagrosamente y por el buen hacer del equipo, un equipo maravilloso desde el minuto uno. No me puedo quejar de nada.

¿Le ha creado algún tipo de angustia el enfrentarse a un tema con tantas caras como el caso de Pablo Ibar?

-Todo lo contrario. Es cierto que el tema es duro, que te hace plantearte muchas cosas. Que habla sobre cómo se ejerce la justicia. Pero a nivel de trabajo, lo que es el rodaje, lo he disfrutado. Me ha dado tiempo para probar, para jugar, he gozado de total libertad. He trabajado estupendamente con Ramón Campos de Bambú. Estoy contento y eso se nota en el resultado.

Hablaba de tiempo, concretamente de falta de tiempo.

-Es evidente que en televisión no tienes el mismo tiempo que el que tienes en el cine. Ahora, ellos sabían que si habían contactado conmigo no era con un director que iba a hacer plano, contraplano y plano general. A mí me gusta mucho jugar y arriesgo en la puesta en escena. En la serie, es un hecho real, no había mucho espacio para la improvisación, pero sí se podían buscar diferentes maneras de hacerlo. Creo que se nota mucho en los resultados la compenetración de los equipos.

Así que ningún problema.

-Al principio el equipo técnico estaba un poco desconcertado porque no estaba acostumbrado a rodar con un director de mi estilo, pero no duró mucho, porque al final todo el mundo captó con rapidez cuál era mi estilo y lo que me proponía.

Supongo que, como el resto del equipo, es de los que cree en la inocencia de Pablo Ibar.

-Para mí hay un planteamiento moral más allá de si es culpable o no, que estoy convencido de que es inocente. Ese planteamiento me lleva a una pregunta: ¿Qué hace una persona 25 años en la cárcel? La cárcel tendría que ser un lugar para poder reinsertar a la gente, no es el caso en Estados Unidos y de ningún país. Además, todo tiene que ver con problemas de clase, de recursos económicos? Para mí el objetivo tendría que ser que toda la gente volviera a la sociedad una vez hubiera pasado por la cárcel.

Un proceso complejo, difícil y que parece que aún no está resuelto.

-Estoy convencido de la inocencia de Ibar; pero al margen de que lo sea, para mí y para muchos otros -habrá algunos piensen que no-, es que ha habido tantas irregularidades en el juicio, que demuestra que algo falla.

¿En la aplicación de la justicia en Estados Unidos?

-Con tantos fallos, tantas cosas que no coinciden, no concibo que a alguien se le pueda llevar al corredor de la muerte.

¿Pueden servir libros como el de Nacho Carretero y la película para que alguien tome conciencia de que Pablo Ibar es inocente?

-A todos nos gustaría que este trabajo sirva para aclarar situaciones, para entender lo que está viviendo este hombre. Ojalá consiga vivir libre, ha sufrido bastante.

Miguel Ángel Silvestre se ha implicado mucho en su personaje y en el trasfondo de la historia. ¿Un actor fácil para trabajar?

-Para mí ha sido una grata sorpresa trabajar con él.

¿Grata sorpresa? ¿No le había visto trabajar ya que es un actor muy conocido?

-No tenía muchas referencias de él, cierto que ha hecho otras cosas que no son televisión, pero donde más ha estado es en televisión y yo la miro poco. Cuando empezamos a rodar, me sorprendió. Me dejó con la boca abierta. Es increíble su profesionalidad, no deja nada al aire.

Pero él llegó a través de un ‘casting’, ¿no?

-Sí, siempre me gusta hacer un casting para ver cómo trabajan los actores. Me ha convencido. Te puedo decir que es, con diferencia, el actor más trabajador que he visto nunca, y he visto unos cuantos. No había visto nunca a alguien que llegara tan preparado en todos los sentidos, tanto a los ensayos como al rodaje. Ve enseguida los fallos y no hay problemas. A él le gusta tenerlo todo controlado, sabe lo que quiere hacer.

¿Perfeccionista?

-Mucho. Había cosas que habían quedado bien y él decía: Vamos a tirarlo a la basura, vamos a empezar de nuevo, vamos a encontrar la fórmula para llegar a lo que queremos, para improvisar y llegar hasta el final. Él entendió a la primera mi manera de jugar, de rodar y no tuve que darle muchas explicaciones.

Parece que se ha encontrado con la joya de la corona.

-La verdad que sí y no lo digo porque sí. Hemos trabajado con mucho entendimiento. Tiene un corazón muy grande, mucho amor, y eso es importante en el actor que hace un papel protagonista. Es un compañero muy generoso tanto para el director como para el resto del elenco. Hay muy buenos actores y que he trabajado con buena gente, pero Miguel Ángel Silvestre me ha superado en expectativas a todos los niveles. Es un ser maravilloso.

Es su primer trabajo para televisión, ¿no?

-Tal y como se entiende la televisión sí. Antes hice una película, pero nunca había hecho una serie.

¿Por qué no había hecho televisión hasta ahora?

-Simplemente, no había surgido la ocasión. Ha llegado ahora y la he disfrutado con ganas.

¿Tiene ganas de continuar la experiencia o le ha superado la tensión y la presión?

-Claro que me gustaría hacer más cosas. Hay una tensión a nivel de producción, para mí no es mucha presión, tiene un punto de juego. La televisión me permite unas licencias que no me da el cine. Una película está tensada, es más rigurosa. De alguna manera, en televisión me siento menos presionado y eso me libera. Es un medio que te deja probar ciertas cosas que en otros no te atreverías. La televisión es un medio más desenfadado, incluso más divertido podría decirte. Creo que lo bueno, tanto para un actor como para un director, es combinar. Pero quién sabe, a lo mejor me encariño mucho con la tele y me dedico siempre a ella.

Sin embargo, usted es un hombre de cine.

-Se podría decir que sí, pero siempre se puede dar un paso adelante y abrir nuevos caminos, no hay porque cerrarse a nada.

Es un director muy joven pero fascina su palmarés de premios.

-No sé qué decir. ¿Que he tenido suerte? Es que no lo sé. Puedo decir que estoy contento. Pero hay otros que tienen más?

Pero no son tan jóvenes.

-No creas. Partimos de una nueva generación de realizadores. Es una generación en la que hay mucha gente y también mucho talento. Aprendemos mucho de los contemporáneos y también nos ayudamos mucho entre nosotros. Yo creo que el cine en ese momento en el que se están haciendo proyectos muy bonitos.

Hace un cine muy personal, sobre todo la última película, ‘Los días que vendrán’. Tiene mucho de usted y de su vida en pareja, ¿no?

-Sí, me gustan que sean personales, eso no quiere decir que vayan sobre mí directamente o que los personajes sean idénticos a mí o a la gente de mi entorno. Para mí, el cine es una forma de vida, es una forma de adaptarme a ella, de pensar, de obsesiones sobre lo que nos pasa? Para mí todo lo que hago es muy íntimo, muy mío. Estoy encantado, imagínate lo que significa que confíen en ti sin saber lo que la película va a ser o va contar; que me dejen investigar y hacer un guion semana por semana. Esta película que me comentas me está dando muchas alegrías, se va a pasar en el festival de San Sebastián. Hay mucha gente que nos ha escrito y nos ha dicho que ha sido una película importante para ellos, que se han sentido identificados.

Dos Biznagras, la de oro y la de plata suponen más que un simple aval para ‘Los días que vendrán’.

-Málaga es un lugar al que le tengo mucho cariño y tiene un festival de cine maravilloso y muy importante.

Las ayudas son parte importante a la hora de hacer cine. ¿Dejan libertad de acción?

-Sin las ayudas, otros sectores no culturales también las tienen, es imposible que el cine funcione. Es cierto que no te puedes dejar comer la oreja porque eso no ayuda a la autoexigencia y al proceso creativo.

¿Hay posibilidad de segunda temporada de ‘En el corredor de la muerte’?

-No dependen de mí esa decisión. De momento, lo que hay es lo que se ha estrenado.

¿Qué tiene entre manos una vez finalizada esta serie?

-Hay alguna cosa, pero es muy pronto hablar de ese nuevo proyecto. Tengo una película para la televisión valenciana sobre el caso de Guillén Agulló, un chaval al que mataron los nazis en los 90. Es un tema que toca mucho, tengo toda mi familia valenciana, yo era un chaval cuando ocurrió aquello y siempre he tenido ganas de hacer algo al respecto. Supongo que va a ser una película muy dura de hacer, pero hay que hacerla.