madrid - La casa de papel ha servido de lanzadera mundial para sus protagonistas, pero en el caso de Úrsula Corberó se puede hablar de una verdadera revolución gracias a sus más de siete millones de seguidores en Instagram. “Ha sido un poquito difícil de gestionar”, ha admitido la actriz acerca de su meteórica ascensión, sin duda facilitada por las características del servicio global que ofrece Netflix.

“Es algo nuevo que está pasando fruto de las nuevas plataformas y tiene algo buenísimo: puedes conseguir visibilidad a través de tu trabajo”, reflexiona la actriz, que interpreta en la ficción a Tokio. “Puede llegar a un montón de gente y cruzar fronteras en todo el mundo. Eso es precioso”, agrega.

Pero esa realidad no siempre fue sencilla de manejar a nivel psicológico. “El éxito te llega de repente. No tomas la decisión como antes, aquello de irte a EE.UU., buscar una agencia, hacer pruebas y tener acceso. En este caso nos ha llegado todo repentinamente”, apunta la catalana, de 29 años, que nunca antes se había involucrado en una producción tan reconocida internacionalmente. La serie Física o química (2008) ya la había preparado para afrontar la fama, pero lo que ha generado La casa de papel es algo completamente diferente, muy alejado de la repercusión que pudo tener su paso por formatos como Gran Reserva, Isabel o La embajada.

“Es verdad que llevo mucho tiempo trabajando en España y estoy acostumbrada a que la gente me conozca y me pare por la calle”, reconoce Corberó. “Pero esto -agrega- ha sido un cambio muy grande. Al principio te sientes un poco desprotegida de repente. Sobre todo había algo de miedo a lo desconocido, evidentemente, como nos pasa a casi todos en cualquier tipo de situación nueva”. Corberó, que mantiene una relación sentimental con el Chino Darín, hijo de Ricardo Darín, recuerda que en aquella etapa, los actores de la serie se llamaban los unos a los otros y comentaban con asombro lo que iban leyendo en relación al boom de la serie. “Sabía que iba a necesitar un tiempo para procesar todo eso. Y el momento de superarlo llega. Ahora estamos mejor porque no es algo nuevo. Te vas acostumbrando y te vas asentando. Pero no fue maravilloso desde el principio”, manifiesta. - Antonio Martín Guirado