El Tour de Francia es una prueba que exige precisión máxima. Cada detalle cuenta, tanto dentro como fuera de la carretera. En las 21 jornadas de carrera pueden acontecer todo tipo de vicisitudes y tener la capacidad para poder solucionar problemas o sacar ventaja de los momentos positivos puede marcar la diferencia en un deporte en el que las rondas de tres semanas se convierten en muchas ocasiones en carreras de eliminación. Son los corredores los que tienen en sus piernas prácticamente la totalidad del porcentaje de éxito y fracaso a la hora de alcanzar la gloria, pero a su alrededor existen estructuras físicas y humanas que tratan de cuidarles, facilitarles la existencia en esa vida itinerante que tendrán que llevar hasta el próximo 23 de julio, fecha en la que el pelotón desembarcará en París.
Las infraestructuras, tanto humanas como de medios, que arrastran los equipos en cada cita son enormes, pero es en la ronda gala cuando alcanzan su mayor despliegue. Es la carrera de carreras, el punto central de la temporada en el que se focalizan los objetivos. Cumplir las metas planteadas en ella engalana la campaña de cualquier equipo o corredor mientras que rendir por debajo de lo previsto puede emborronar sus hojas de servicios, por lo que nadie se guarda absolutamente nada de lo que tiene. Evidentemente, los 22 conjuntos que partirán este sábado desde Bilbao no movilizan estructuras idénticas. Depende de las necesidades y, sobre todo, del presupuesto económico de cada uno de ellos. Existen unos estándares mínimos para el transporte y el cuidado de los ciclistas y sus herramientas de trabajo, pero a partir de ahí se abre un importante abanico de posibilidades.
Un enorme despliegue
En el caso del UAE Team Emirates, una de las escuadras más potentes que conforman el WorldTour, su despliegue de cara a la ronda gala, en la que sus aspiraciones para ganarla por tercera vez de la mano de Tadej Pogacar –subió a lo más alto del podio en las ediciones de 2020 y 2021, mientras que el año pasado fue segundo por detrás de Jonas Vingegaard– son máximas, es mastodóntico. Un total de 34 personas y 17 vehículos orbitarán alrededor del líder esloveno y sus siete escuderos (Rafal Majka, Mikkel Berg, Felix Grosschartner, Marc Soler, Matteo Trentin, Vegard Stake Laengen y Adam Yates) para tratar de maximizar e impulsar sus posibilidades de éxito. Encabezan la comitiva, cuya avanzadilla llegó ya a territorio vizcaino el pasado lunes, los mánagers Mauro Gianetti, Andrea Agostini y Joxean Fernández Matxin, con el basauritarra liderando las funciones de director deportivo acompañado por Andrej Hauptman, Simone Pedrazzini y Marco Marcato.
A partir de ahí, los medios humanos y técnicos utilizados para el seguimiento de las etapas, cuidar la salud de los corredores, llevar a cabo sus traslados y facilitar su descanso una vez que terminan de competir son enormes. El UAE Team Emirates utilizará durante este Tour de Francia un total de nueve coches, dos furgonetas en carrera para ejercer funciones de apoyo logístico tanto en meta como en la zona de avituallamiento, un camión para trasladar todo el material deportivo (bicicletas, componentes, respuestas, equipamiento deportivo...), un camión con cocina, una autocaravana, un furgón grande para poder transportar de hotel en hotel todo el material necesario para el cuidado de los cuerpos de los ciclistas (camillas para masajes…) y otra furgoneta más en la que dos auxiliares tienen una función que puede pasar desapercibida a primera vista pero es fundamental para el correcto descanso de los grandes protagonistas: se encargan de transportar cada día a cada hotel en el que el equipo pasará la noche los colchones y las almohadas de cada corredor para maximizar las horas de descanso y sueño de las que disponen. En una carrera en la que la recuperación de los esfuerzos diarios puede marcar una enorme diferencia, este aspecto alcanza una importancia de primerísimo orden.
Al servicio del corredor
El personal humano con el que contará en carrera la formación de Pogacar –la estructura global del equipo, incluyendo a la totalidad de los corredores en nómina, asciende a 108 personas– es también amplia y muy variada. Además de los mánagers y directores deportivos, un total de nueve masajistas, dos doctores y un osteópata contarán con la vital misión de tener en perfecto estado de revista los cuerpos de los corredores y poder tratar cualquier adversidad que se cruce en su camino. Cinco mecánicos trabajarán en carrera para que ninguna avería frustre el rendimiento deportivo. Además, cuatro miembros del Departamento de Prensa se encargarán de las relaciones con los medios de comunicación y los comunicados diarios y no hay que olvidar al chófer del autobús.
El conjunto UAE Team Emirates tampoco descuida otro aspecto fundamental para el rendimiento deportivo, más todavía durante un periodo tan prolongado y con tantos desplazamientos: la alimentación. Por ello, moviliza durante toda la carrera a dos cocineros, responsables de los alimentos que los corredores ingieren antes, durante y después de cada una de las etapas. Tampoco dejan al margen un problema de salud que parecía ya no olvidado aunque sí minimizado pero que en el pasado Giro de Italia volvió a tener incidencia, afectando incluso a un corredor que marchaba líder de la clasificación general como Remco Evenepoel: el covid. Para minimizar el riesgo de contagio, el conjunto de Joxean Fernández Matxin viaja con dos personas cuya función es la de higienizar y desinfectar los distintos vehículos que utiliza el equipo y también las habitaciones de los hoteles. Llegan a las mismas antes de que el resto de miembros lleven a cabo el check-in y utilizan una máquina que desprende ozono para eliminar los virus, insectos y ácaros que pueda haber en los recintos.