Después de desnudarse públicamente y contar que en 2017 estuvo ingresado durante dos semanas en un psiquiátrico tras sufrir un brote psicótico en su libro Por si las voces vuelven, Ángel Martín (Barcelona, 1977) regresa a las librerías con Detrás del ruido: Todo lo que aprendí para rehacerme por completo y mantener la cordura. “Cuando empezaba a salir del fondo del pozo en el que estuve, lo único que me importaba era descubrir qué podía hacer para recuperarme y estar bien”, advierte. Pero cuando lo consiguió, se dio cuenta de que “el reto en realidad no terminaba con volver a estar de pie. El verdadero reto era no volver a caerme”. Y como desde que logró rehacerse no ha vuelto a tener ninguna caída que le haya hecho volver al hospital, ha decidido contar cómo afronta su día a día en esta nueva etapa. El cómico y presentador catalán sigue triunfando en las redes con su original informativo diario, en el que ofrece los titulares de la jornada, y ha prorrogado su gira de teatro para poder seguir girando en 2024 con su espectáculo de humor Punto para los locos.

Qué ambiente más navideño, ¿no?

-Uy, sí, con adornos por todas partes…

¿Qué tal vive las fiestas navideñas? ¿Es un poco grinch o disfruta de estos días? 

-Pues no estoy en ninguno de los dos bandos. O sea, no me parecen mal y no las odio y he conseguido que formen parte del año como un día más. Me parece muy bien que haya quienes las celebran y también quienes no las celebran, pero yo no hago nada especial. Me sigo rodeando de la gente con la que me apetece rodearme y fin de la historia.

No se posiciona ni a favor ni en contra, pero seguramente se reúne con sus amigos o familiares las fechas clave. ¿Es más de ir a casa de alguien o prefiere ejercer de anfitrión?

-No, qué va, ha habido muchas navidades en las que me he quedado solo en casa. Incluso hay fines de año que me he quedado en mi casa viendo una película y cenando tranquilo. O sea, si alguien tiene un plan o surge un plan y coincide que a todos los que nos apetece estar juntos estamos en la misma zona y sin planes, pues organizamos una cena y cenamos juntos, pero es algo que hago habitualmente, quiero decir. Yo ya solo me rodeo de gente con la que me gusta estar. Fin de la historia, quiero decir, no tienes por qué hacer cena del trabajo por ejemplo, no tienen por qué ser tus amigos.

¿Tampoco tiene el compromiso de tener que reunirse con esa parte de la familia a la que solo ve en estas fechas? 

-No, no. Solo tengo en mi entorno gente a la que quiero, entonces para mí es habitual cenar y comer con mi gente a lo largo de todo el año.

Eso es un chollo para los regalos, ¿no? Porque así tiene que hacer menos…

-Yo me bajé hace mucho de los peajes de Navidad hace muchos años ya. La gente con la que me rodeo y yo somos muy de hacer regalos porque sí. No esperamos a una fecha señalada, o sea, de repente somos muy de sí regalarnos cuando nos cruzamos con algo que nos da al ojo, de repente lo compramos, lo envolvemos y es un ‘regalico’. Entonces estamos todo el año teniendo detalles unos con otros.

Eso es muy bonito, porque de alguna manera es como si fuera Navidad todo el año… ¿Y no se enfada la familia si no va a verles?

-Mi familia la tengo en Barcelona y yo vivo en Madrid. Si cuadra me paso y los veo, y si no, pues no, pero es que no pasa nada. El primer año, la primera vez que decides hacer eso, a todo el mundo le parece raro, pero luego hay un momento en el que dices “no, me viene mal” y no pasa nada porque estamos en contacto a lo largo de todo el año. Si solo nos viéramos una vez al año, lo entendería, pero como no es el caso, pues no pasa nada.

Se juntan cualquier otro día y ya está… 

-Sí. Como decía, me bajé hace mucho de esos peajes de hacer las cosas porque sí.

Estas fechas son especiales para mucha gente. ¿Qué consejo le daría a quien no disfrute de estos días?

-Bueno… no sé. Yo cuando empecé a notar que no me apetecía nada hacer determinadas cosas, decir que sí a cosas que no me apetecía hacer, hice una especie de listado de esas cosas que estaba haciendo por inercia. Y si de repente la Navidad es una de esas cosas, pues la dejo fuera y ya está. Entonces, yo animaría muy fuerte a que cualquiera que tenga la sensación de que en navidades se está yendo a lugares a los que no le apetece ir, empiece a decir “no me apetece ir y no voy”.

¿Aunque a cambio le etiqueten como el rarito de la familia? 

-Sí. Lo importante es sobre todo que tú estarás bien. Te van a mirar raro el primer año, pero el segundo dará igual.

Ángel Martín. Jose Mari Martinez

También son unos días de mucha fiesta. ¿Cómo puede bajarse uno de ese carro como ha hecho usted y decir que no a los excesos? 

-Simplemente se trata de entender qué beneficio real te da hacer algo, pero independientemente de que sea una reunión, un paseo, un viaje, un libro… ¡da igual! Saber por qué lo estás haciendo. A mí, personalmente, si algo no me está llevando a un lugar que sea más inteligente a corto o largo plazo prefiero no hacerlo. Hay un momento en el que te paras a pensar fríamente y, al igual que entiendes que algunas cosas no va a haber nadie que las haga por ti, entiendes que no tienes que hacer una cosa porque todo el mundo la hace. Si la consecuencia de pegarte una fiesta en Nochevieja va a ser que el día 1 estés reventado y no te apetece estar reventado el día 1, no te pegues esa fiesta y ya está. 

Parece fácil pero a veces en la práctica cuesta más… 

-Si todo el mundo está bebiendo alcohol pero tú no quieres, pues pide agua. ¿Pero es que entonces no te animas tanto o qué? Pues qué quieres que te diga, que busques la forma de animarte, quiero decir… al final llega un momento donde igual debes juntarte con otra gente, pues a lo mejor estás buscando otro tipo de fiesta y otro tipo de ambiente. O sea, si quieres cambiar ciertas cosas y has creado un ambiente que te complica retirarte de esas cosas, pues vas a tener que crear otro ambiente, pero es posible. Y si construyes una vida pensando en eventos concretos vas a pasarlo fatal…

¿Y eso por qué?

-Bueno, igual te llevas sorpresas, porque a lo mejor hay mucha gente que pensabas que iba a estar ahí en un momento difícil y no está, o al contrario, sí que está, pero sobre todo tienes que empezar a construir de forma inteligente tu vida.