pRIMERO fueron los zombies, ahora llegan los poseídos. El guionista de cómics y creador de The Walking Dead Robert Kirkman lanza Outcast, una serie con la que este maestro de las pesadillas pretende renovar el género de los exorcismos como hizo con el de los muertos vivientes. Se estrenó en Estados Unidos el viernes a través de Cinemax y FOX la estrena hoy entre nosotros a las 22.20.

“Para mí, el género de los poseídos es muy similar al de los zombies. Puedes contar muy bien historias del mundo real perfectamente ancladas y con un listón sobrenatural”, argumenta. “Pero también pienso que, como en los zombies, hay muchos aspectos de la posesión demoníaca y los exorcismos que no han sido explorados, y creo que tenemos una gran oportunidad para sumergirnos en ellos”, añade sobre Outcast. Para ser un tipo con una mente experta en crear universos tenebrosos y al filo de la destrucción, Kirkman (Richmond, 1978) es una persona simpática, bromista y que habla y piensa con una velocidad endiablada, como si de verdad se fuera a acabar el mundo en diez minutos. Quien comenzó como un autor de cómics de éxito, ahora es una figura prominente de la televisión con tres series en antena: la popularísima The Walking Dead (todavía se escuchan los ecos del capítulo final de su sexta temporada), su hermana pequeña Fear The Walking Dead y, ahora, Outcast.

Como The Walking Dead, su última criatura televisiva también adapta uno de sus cómics y su historia se centra en un joven cuya vida en un entorno rural ha estado rodeada siempre por posesiones diabólicas y un reverendo convencido de que forma parte de una guerra contra las fuerzas del mal. Acerca de Outcast, que protagoniza Patrick Fugit, Kirkman explica que, pese a que hay muchas películas sobre exorcismos, todas siguen un patrón similar. “Alguien es poseído, hacen un par de llamadas, alguien les escucha, alguien aparece y trata de lidiar con ello”, resume. Sin embargo, Outcast plantea el exorcismo como un problema con una solución global en un universo completo, no de casos individuales. “Es como: Espera, ¿sólo vamos a esperar a la próxima llamada? ¿Cómo hacemos para que otro no sea poseído? ¿Por qué son poseídos? ¿Por qué esto ha estado sucediendo durante tanto tiempo? ¿Hay algo que se pueda hacer para que nunca suceda de nuevo?”, describe.

La serie no aspira a ser sólo una producción de terror sino que incorpora elementos de misterio, con algo inexplicable como las posesiones que se deben resolver, y una estructura dramática y realista en la que el miedo asuste todavía más. Kirkman, quien admite que su infancia en un entorno rural y religioso en Kentucky fue algo útil para construir Outcast, añade que no se preocupa demasiado por los premios o la crítica. “Las películas que ganan los Oscar no son normalmente las de más éxito del año. Me contento con ser un tipo que hace shows televisivos pop. No necesito una estatua: prefiero contar una historia al mayor número de gente posible”, afirmó.