lA película nos sitúa en el momento en el que Judd Altman (Jason Bateman), un exitoso productor de radio felizmente casado que vive en Nueva York en un lujoso apartamento, descubre que su mujer le engaña con el jefe de su compañía. Sin reponerse del batacazo, le llega la noticia de la muerte de su padre y acude a su hogar familiar atendiendo a la convocatoria de su madre, que quiere tener a sus cuatros hijos, no muy bien avenidos, una semana en casa atendiendo la última voluntad del padre, es decir, “castigados sin salir”. El reencuentro va a dar lugar a acontecimientos trascendentales en las vidas de los hermanos, aunque también a momentos cómicos y diálogos hilarantes que convierten a la película en una gran comedia dramática.
La hermana mayor de Judd, Wendy (Tina Fey), es muy comprensiva con la situación de Judd, pero no puede reprimir sus modales dictatoriales. Su hermano mayor, Paul Altman (Corey Stoll), es frío e impasible. Y su hermano pequeño, Phillip (Adam Driver), es el eterno niño de la familia. Encabezando el clan, Hilary (Jane Fonda), una madre muy poco convencional, afamada escritora y psicóloga infantil. En su situación, Judd puede hallar en la familia el bálsamo reparador que necesita, pero, ¡ay!, también puede ser fuente de conflictos que agudizan el dolor.
En los enredos románticos de los protagonistas durante la semana de convivencia forzosa a la que se ven sometidos participan varios personajes que pululan alrededor de la casa familiar. Penny (Rose Byrne) es una chica de ciudad que ha estado enamorada de Judd desde la época del instituto; Annie (Kathryn Hahn) es la esposa de Paul, cuya antigua historia de amor con Judd sigue generando discordia entre los hermanos; Tracy (Connie Britton) es la inesperada prometida de Phillip, de la que nadie antes había oído hablar; Horry (Timothy Olyphant) es un entrañable amor perdido de Wendy; Quiin (Abigail Spencer) es la exesposa de Judd; Wade Beaufort (Dax Shepard) es la estrella de programas de entrevistas y arrogante jefe de Judd en la radio; y Linda (Debra Monk) es una amiga de toda la vida del barrio.
Los espectadores encontrarán fácilmente con quién identificarse en esta historia coral en la que se reproducen los problemas y visicitudes de personajes que resultan familiares y cercanos, aunque las peripecias nos resulten más o menos extrañas, más o menos cómicas y más o menos conmovedoras. Y es que las tensiones, rivalidades, celos y malentendidos son la esencia de las relaciones familiares, de las de ficción y de las de verdad.
Ahí os quedáis está dirigida por Shawn Levy, y basada en el hilarante y conmovedor best seller de Jonathan Tropper, quien firma el guion. No es la historia que mejor cuadra en la trayectoria del director (que venía de firmar la exitosa Noche en el museo), pero ha reconocido que esta historia sobre el amor, la pérdida, la familia, la madurez y todo aquello que nos hace continuar con nuestras vidas le atrapó desde el principio. También es una película que hace reír, pero con risas que nacen de un lugar más íntimo y personal.