El Tribunal Supremo ha confirmado un año y medio de prisión para un subteniente del Ejército de Tierra que cogió varios envases de un fármaco equivalente a la viagra "sin estar autorizado para ello" y después presentó una receta "manipulada" para acreditar que tenía prescrito el medicamento.

La Sala de lo Militar del alto tribunal ha avalado el criterio del Tribunal Militar Territorial Cuarto, que impuso dicha pena de prisión al subteniente por un delito de "deslealtad", y ha desestimado el recurso del condenado, que alegaba vulneración de su derecho a la presunción de inocencia.

El militar estaba destinado en la farmacia de la Unidad de Servicios de Base El Empecinado, en Santovenia de Pisuerga (Valladolid) como jefe de habilitación, secretaría y prevención de riesgos laborales, según recogen los hechos probados de la sentencia ahora confirmada.

El 18 de octubre de 2019 retiró "personalmente" tres envases de un fármaco contra la impotencia, sujeto a prescripción médica, "sin estar autorizado para ello" por la capitán al mando de la farmacia, que le instó a abonarlo y a presentar la correspondiente receta.

Así lo hizo el subteniente, que presentó una receta firmada por un comandante médico, quien, sin embargo, entonces se encontraba en otro destino del que figuraba en el membrete de la receta.

La capitán detectó además que la receta aportada era "sustancialmente idéntica a otra de la misma fecha" que el condenado había presentado días después en la que figuraba otro fármaco para la disfunción eréctil, pero no el que cogió el subteniente.

Al ponerse en contacto con el comandante médico, éste le dijo que no recordaba haber prescrito dicho fármaco "y que pudiera ser que alguien hubiese modificado la fecha", relata la sentencia.

Ambas recetas fueron sometidas a informe de grafística, que determinó que la primera -la que el subteniente había presentado para justificar la retirada del medicamento- tenía una "serie de alteraciones" respecto a la otra y que se había añadido la referencia al fármaco que se llevó.

El Supremo no pone en duda el relato de hechos probados de la sentencia y considera que "nada puede reprocharse" a la valoración realizada por el tribunal que le condenó.

Sostiene que el subteniente "presentó la receta manipulada de forma que la misma no se ajustaba a la realidad" y que "él sabía que el médico no se lo había recetado", de modo que "es sencillo concluir que conocía la falsedad contenida en la receta".