Absueltos los miembros de un club cannabis al cumplir los requisitos para el consumo compartido

BILBAO. En una sentencia difundida hoy, se considera probado que los acusados -algunos de ellos con cargos directivos en la asociación- cultivaban cannabis en un local de Durango, en el que el 3 de diciembre de 2012 agentes del Cuerpo Nacional de Policía hallaron 1.001 plantas de esta sustancia.

Para poner en marcha esta plantación, primero se constituyó y se registró la asociación, en cuyos estatutos se establecía como objetivo "evitar el peligro para la salud derivado del mercado ilegal del cannabis y prevenir riesgos asociados a su consumo".

Para ser miembro de la asociación se exigía ser mayor de edad, ser consumidor de cannabis o haber sido diagnosticado de una enfermedad para la cual se haya probado la eficacia de esta droga como uso terapéutico o paliativo.

En la resolución se establece que no se ha probado que se facilitara esta sustancia a personas no consumidoras, ni que se consumiera la droga fuera de la sede de la asociación, ni que se dispensara más cantidad de cannabis que la establecida para el consumo diario.

Todos estos límites, impuestos por la doctrina jurisprudencial del consumo compartido entre adictos, "no se han rebasado ni desbordado".

Además, en el fallo se destaca que todos los encausados actuaron en la creencia de que su actividad era legal y estaba permitida.

"No hay nada en los estatutos ni en el código deontológico de la asociación que sugiera que la directiva o los socios supieran o dudaran de la potencial ilegalidad de su acción y así también se infiere de su actitud absolutamente colaboradora con los miembros del Cuerpo Nacional de Policía que se presentaron en la plantación", según se indica en la resolución.