Bilbao - “El rayo impactó en el ala y todos nos quedamos helados cuando vimos las chispas y el fuego”, relata Iñaki Goikoetxea, pasajero del vuelo de Iberia IB-440 que llegaba de Madrid el jueves por la noche y que aterrizó finalmente sin problemas en el aeropuerto de Bilbao tras una aproximación de infarto al aeropuerto.
Fue uno de los incidentes más graves ocurrido en la noche del jueves al viernes a causa de la fuerte tormenta de lluvia, viento, rayos y truenos que afectó prácticamente a toda Bizkaia. Balsas de agua, arboles caídos, cortes de carretera y de servicio ferroviario fueron otras consecuencias del temporal que pilló de improviso a más de uno.
Lo mismo le ocurrió a Iñaki, su mujer, Saioa y sus dos hijos, Anakin, de cinco años y Dabhe, de un año. La familia venía de pasar unas vacaciones en Tenerife y tras hacer escala en Madrid tomaron el enlace a Bilbao para aterrizar pasadas las diez de la noche. “Ya salimos con retraso porque hubo que arreglar una rueda del avión pero no esperábamos lo que nos ocurrió después”, comenta Iñaki. Relata cómo “cuando íbamos llegando nos metimos de pleno en la tormenta y de repente un rayo impacto en el ala”. El susto de todos los pasajeros que iban a la derecha del avión Airbus 320 fue morrocotudo y más cuando después “empezaron a salir chispas y algo de fuego por debajo del ala”, indica Iñaki que no estaba seguro de cuánto tiempo se prolongaron las llamas.
“Dos o tres minutos” Su mujer, Saioa, recuerda que “fueron unos dos o tres minutos”, un tiempo que una portavoz de la compañía aérea ayer relativizaba “por la tensión del momento, que entendemos, de los pasajeros”. Sí confirmó que la aeronave protagonizó el incidente y que “un rayo impactó en el avión, pero fue un fogonazo que entró y salió”.
La versión de los pasajeros es distinta. Iñaki asegura que “mi hijo que iba en la ventanilla nos preguntó: aita ¿son fuegos artificiales?”. Otra prueba más de que las llamas permanecieron un tiempo en la estructura del ala es que, según indica el testigo “las azafatas, al ver las llamas por las ventanillas, fueron a avisar rápidamente a la cabina”.
Con la tensión y el miedo encima, los efectos del rayo desaparecieron “no sé si por efecto de la fuerte lluvia que caía o porque el capitán activó algún dispositivo”, destaca Iñaki. Lo cierto es que el comandante de la aeronave informó al pasaje del impacto “y nos dijo que no era preocupante porque los aviones están preparados, pero el miedo de ver las llamas en el ala, eso no nos lo quitó nadie”. Además, el temporal impidió un aterrizaje inmediato y estuvieron sobrevolando el aeropuerto de Bilbao “dando varias vueltas” hasta que llegó a la pista a las 22.30 horas. “Fue un alivio una vez en tierra”, resume Iñaki su fuerte experiencia. Fuentes de Iberia indicaron ayer que tras el incidente y “siguiendo el protocolo de seguridad”, el avión quedó en tierra para su inspección “hasta asegurar que puede volar de nuevo sin riesgo alguno”. Ello supuso que la aerolínea fletara un nuevo avión para cubrir el primer vuelo de la mañana de ayer a Madrid que tenía que cubrir la aeronave afectada.
Cortes y afecciones El viento y la lluvia de la madrugada y la mañana de ayer causaron también varias incidencias con varios árboles caídos en distintos puntos como Getxo, Busturia y Lemoa. Hasta las dos de la tarde de ayer, no se reanudó el servicio ferroviario de Euskotren entre Gernika y Bermeo tras estar suspendido desde las seis de la mañana cuando un árbol cayó sobre un tren a su paso por Busturia, cerca del apeadero de San Cristóbal. Las pocos pasajeros no sufrieron daño alguno, según indicaron fuentes ferroviarias. El árbol en su caída rompió un pantógrafo del tren y un poste de catenaria, que fueron reparados durante la mañana, mientras el transporte entre ambos municipios se llevó a cabo en autobús. También estuvo cerrada al tráfico la BI-635 a la altura de Lemoa como consecuencia del temporal. Según informó la Ertzain-tza, sobre la una de la madrugada la caída de un árbol sobre el tendido eléctrico supuso la clausura de la vía. Después desde primera hora de la mañana brigadas forales procedieron a la limpieza de la calzada.