Abadiño - Dolor, rabia, consternación y desconcierto. Esto es lo que se respiraba en la jornada de ayer en el barrio abadiñarra de Matiena tras el trágico suceso. Eran numerosos los vecinos que se agolpaban en las inmediaciones del domicilio de las víctimas para informarse de lo ocurrido. “Es terrible. Parece que esto solo pasa en las películas y nos ha tocado. Yo vivo en el segundo, es gente muy buena y llevaba 29 años compartiendo escalera con ellos. Ella se acababa de prejubilar y estaba encantada de la vida”, explicó una de las vecinas, mientras cerraba los ojos queriendo no ver lo ocurrido.
La conmoción era patente entre los vecinos de Trañabarren. Caracterizada por ser una comunidad tranquila, la noticia dejó consternados a los presentes mientras intentaban digerir la noticia. “Estamos todos consternados y sorprendidos porque no sabemos lo que ha podido pasar. Es una comunidad súper tranquila y no hemos oído ningún tipo de ruido”, explicó Eneko Etxebarria, presidente de la comunidad, quien fue interrogado por la Ertzaintza en sus labores de investigación.
Al tratarse de un barrio pequeño, todos conocían a la familia en Matiena. La noticia rápidamente se propagó entre los vecinos que no daban crédito a lo que había pasado. “Es de no creer. Lleva cincuenta años aquí y nunca ha pasado semejante barbaridad. Recuerdo que él me puso las ventanas en casa y parecía un hombre muy majo”, apuntó una vecina, mientras paseaba con su hija por la calle Juan Antonio Unzueta, muy cerca de lugar de los hechos.
Los que conocían a Benito y Mariluz los definían como “un matrimonio muy normal” a los que se les veía siempre juntos. A ella le gustaba salir a pasear todas las tardes en compañía de su hermana, mientras que él solía bajar al bar a jugar la partida y tomarse algún vino con los amigos. Muy querida en el barrio por su cercanía y bondad, Mariluz trabajó toda su vida en la empresa Cie Inyectametal y eran muchas las personas que la recordaban por su constancia y ser una gran compañera. “Estuve cuarenta años trabajando con ella y era una persona increíble. Hemos pasado muchas horas juntas y para mí era como de la familia. No hay derecho que ocurran estas cosas”, explicó afectada una vecina, habitante del mismo portal de las mujeres asesinadas.
“Todos nos preguntamos qué es lo que ha podido pasar. Él era un hombre sociable con el que he jugado al mus bastantes veces. Ayer le vimos tomando un vino en el bar de abajo y ahora que haya pasado todo esto...”, explicó Antonio de Castro, mientras charlaba con un grupo de jubilados en Trañabarren.
También el alcalde, José Luis Navarro, estaba consternado: “Todo el mundo se echa las manos a la cabeza. Ha sido una verdadera sorpresa, no sabemos qué ha podido pasar. Son situaciones que no te imaginas y no hay una explicación lógica”. La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Abadiño declaró ayer dos jornadas de luto (miércoles y jueves). Además, las banderas del Consistorio ondearán, hasta el próximo 12 de diciembre, a media asta.
Una multitudinaria concentración cerca del domicilio donde tuvo lugar el doble crimen denunció ayer lo ocurrido.