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Las personas que no deberían comer brócoli

Aunque para la mayoría es una opción excelente, existen ciertas condiciones de salud en las que su ingesta debe limitarse, moderarse o, en algunos casos, evitarse por completo

Las personas que no deberían comer brócoliFreepik

El brócoli es uno de los alimentos más recomendados por nutricionistas y médicos en todo el mundo. Su riqueza en fibra, antioxidantes, vitaminas del grupo B, vitamina K, calcio y compuestos con propiedades anticancerígenas lo convierten en un pilar de muchas dietas saludables. Sin embargo, como ocurre con casi cualquier alimento, no todas las personas pueden beneficiarse por igual de su consumo.

Aunque para la mayoría el brócoli es una opción excelente, existen ciertas condiciones de salud en las que su ingesta debe limitarse, moderarse o, en algunos casos, evitarse por completo. A continuación, se detalla qué grupos deben tener especial cuidado con este vegetal, según expertos en nutrición y salud.

1. Personas con hipotiroidismo

Uno de los grupos que debe prestar atención especial al consumo de brócoli es el de las personas con hipotiroidismo o con alteraciones en el funcionamiento de la glándula tiroides. El motivo es la presencia de goitrógenos, sustancias naturales presentes en el brócoli y en otras verduras de la familia de las crucíferas (como la col, el repollo o la coliflor).

Estos compuestos pueden interferir en la absorción de yodo, un mineral esencial para la síntesis de hormonas tiroideas. En personas sanas, esta interferencia suele ser insignificante, pero en aquellas que ya presentan un desequilibrio hormonal, el efecto puede ser suficiente para alterar el tratamiento o empeorar los síntomas.

Los especialistas no suelen recomendar una eliminación completa del brócoli en estos casos, pero sí una reducción de su consumo y preferiblemente en su forma cocida, ya que el calor reduce la actividad de los goitrógenos.

Uno de los grupos que debe prestar atención especial al consumo de brócoli es el de las personas con hipotiroidismo

2. Personas en tratamiento con anticoagulantes

El brócoli contiene una alta concentración de vitamina K, una vitamina clave en los procesos de coagulación sanguínea. Esta propiedad, beneficiosa en general, puede convertirse en un problema para quienes toman anticoagulantes orales, como la warfarina.

Una ingesta elevada e irregular de vitamina K puede interferir en la eficacia del medicamento, provocando un efecto anticoagulante inestable. Lo más preocupante no es tanto consumir vitamina K, sino hacerlo en cantidades variables que impidan ajustar correctamente la dosis del fármaco.

Por esta razón, las personas en tratamiento con anticoagulantes no deben eliminar el brócoli, pero sí mantener una ingesta constante y controlada, y comunicarlo a su médico o nutricionista para ajustar la medicación si es necesario.

Las personas en tratamiento con anticoagulantes deben mantener una ingesta controlada de brócoli.

3. Pacientes con síndrome del intestino irritable

El brócoli es una verdura rica en FODMAPs, un grupo de carbohidratos de difícil digestión para algunas personas, especialmente aquellas que padecen síndrome del intestino irritable (SII).

Al ser fermentados en el intestino, estos compuestos pueden causar hinchazón, gases, dolor abdominal y alteraciones en el tránsito intestinal, como diarrea o estreñimiento. Por este motivo, muchos pacientes con SII experimentan molestias tras consumir brócoli, especialmente si está crudo o poco cocido.

En estos casos, los expertos recomiendan limitar su consumo, optar por versiones cocidas al vapor, y evaluar la tolerancia individual bajo supervisión profesional.

Al ser fermentados en el intestino, estos compuestos pueden causar hinchazón, gases, dolor abdominal y alteraciones en el tránsito intestinal

4. Personas propensas a cálculos renales

El brócoli contiene oxalatos, compuestos que en ciertos casos pueden favorecer la formación de cálculos renales, especialmente aquellos formados por oxalato cálcico, que son los más comunes.

Quienes tienen antecedentes de litiasis renal o predisposición a formar piedras en los riñones deberían moderar la ingesta de alimentos ricos en oxalatos, entre los que se encuentran, además del brócoli, las espinacas, la remolacha y las acelgas.

Aunque no es necesario eliminar completamente el brócoli de la dieta, sí conviene consumirlo con moderación, sobre todo si se combina con una ingesta elevada de calcio o una hidratación insuficiente.

5. Personas con intolerancia o sensibilidad digestiva

En algunos casos, el brócoli puede causar problemas digestivos incluso en personas sin un diagnóstico médico concreto. Esto se debe a su alto contenido en fibra y azúcares no digeribles que pueden provocar flatulencias o malestar abdominal, especialmente en personas con digestiones lentas o con microbiota intestinal desequilibrada.

Aunque no supone una contraindicación médica, sí se recomienda en estos casos moderar el consumo y observar la respuesta del organismo.

El brócoli es, sin duda, uno de los alimentos más completos y beneficiosos para la salud general. Sin embargo, no es adecuado para todas las personas en todas las circunstancias. Quienes padecen hipotiroidismo, están bajo tratamiento con anticoagulantes, sufren de colon irritable, tienen propensión a los cálculos renales o presentan sensibilidad digestiva deben ser especialmente cuidadosos.