En plena celebración del 90 aniversario de su fundación, el IMQ se encuentra en fase de ampliación de su clínica de Zorro - tzaurre, que ganará cerca de siete mil metros cuadrados. Y ultima la apertura de un innovador centro médico y residencia en Bilbao, IMQ Alhóndiga, tras haber abierto un nuevo centro en Castro Urdiales e incorporado otro en Algorta. “Además del crecimiento en instalaciones, trabajamos para la permanente mejora de nuestros servicios incorporando nuevos profesionales, equipamientos y tecnologías”, apunta su director general, Javier Aguirregabiria. “Estamos avanzando mucho en digitalización, en la mejora de la omnicanalidad, la experiencia de cliente, la suma de nuevas coberturas y tratamientos diferenciales, etc. El objetivo es estar a la vanguardia para mejorar de forma continua la atención que prestamos”.
En 1934 no se contemplaba la salud como un derecho universal ni existía la Seguridad Social, por lo que sólo un número limitado de personas tenían acceso a asistencia sanitaria. “Para paliar esta situación, un grupo de médicos vizcainos dieron un paso al frente para poner en marcha una mutua quirúrgica a la que, mediante una modesta aportación mensual, la iguala, podían acogerse personas de toda condición para recibir atención médica de calidad”, recuerda Javier Aguirregabiria. De este modo surgió el primer sistema sanitario del Estado. En 1942, el proyecto se reforzó con la incorporación del Igualatorio Médico Bilbaíno, dando lugar al Igualatorio Médico Quirúrgico y de Especialidades, actual IMQ. “Desde entonces la compañía aseguradora no ha dejado de crecer contando a día de hoy con más de 385.000 clientes, además de la red asistencial y de profesionales más extensa de Euskadi. En conjunto el grupo, líder en su segmento, está estructurado en 6 divisiones empresariales que aglutinan servicios asistenciales y hospitalarios, sociosanitarios, clínicos, de prevención laboral y de seguros, entre otros” detalla su director general.
El impacto de la corporación resulta indudable. “El grupo genera, por ejemplo, empleo directo para más 2.800 personas, pero de forma inducida alcanzamos casi las 6.000. Por otro lado, la actividad que realizamos, además de aportar crecimiento al PIB del País Vasco y a sus arcas públicas contribuye también al sostenimiento del sistema sanitario público por los importantes ahorros que produce, en torno a 240 millones de euros anuales”, desgrana Aguirregabiria. Un dinamismo acelerado durante los cinco años que ha estado al frente de la compañía. “Por efecto de los cambios regulatorios, de mercado, tecnológicos y sociales, en estos cinco años no hemos dejado de reinventarnos, crecer y avanzar de forma continua para no solo dar respuesta al presente, sino preparar al futuro. Hemos abierto nuevos centros, crecido en servicios avanzados, apostado por las nuevas tecnologías y por la digitalización, por automatizar procesos y favorecer la accesibilidad del cliente a la prestación asistencial, por hacer crecer nuestra red de profesionales, atraer y formar nuevo talento a través de convenios con las universidades, intensificar nuestro compromiso social y un largo etcétera”
Desde luego, uno de los hitos del último lustro no solo en el sector sanitario, fue la pandemia. “Puso en situación difícil a toda la sociedad en general, pero muy en particular a los diferentes agentes del ámbito sanitario y sociosanitario. Lo construido previamente en digitalización, junto con los esfuerzos en certificación de calidad y seguridad y, sobre todo, el intenso compromiso que evidenciaron nuestros profesionales sanitarios y no sanitarios nos permitieron dar la respuesta que las circunstancias exigían y adaptarnos con una agilidad difícil de imaginar. Herramientas que ya teníamos implantadas como la vídeoconsulta y el chat médico, la prescripción digital, el proyecto residencias transparentes, las auditorías a las que se someten habitualmente las clínicas para dar cumplimiento a la Joint Commision Internacional nos ayudaron mucho. Más allá de ello, lo importante es lo que aprendimos y, aunque, no estamos exentos de enfrentarnos a nuevas pandemias lo vivido nos ayudará sin duda a un mejor manejo”, señala Aguirregabiria.
Superada la pandemia, asoman en el horizonte retos importantes. “Tanto el sector sanitario en general como IMQ se enfrentan a desafíos relevantes como la falta de profesionales médicos en algunas especialidades, el envejecimiento poblacional y las nuevas necesidades de salud emergentes, el cada vez mayor coste de las prestaciones, la necesidad de estar continuamente innovando en un mercado muy competido donde es difícil diferenciarse o un nuevo perfil de cliente más exigente, digitalizado y que, entre otras cosas, requiere inmediatez”, analiza el experto antes de añadir que “todo ello nos aboca a ofrecer una atención más holística, personalizada y coordinada con enfoque en la prevención y la gestión proactiva de la salud, además de a la adopción de nuevas tecnologías y modelos de negocio innovadores que se adecúen a las necesidades cambiantes de los pacientes manteniendo también con ello la competitividad y el liderazgo”. El director general del IMQ concluye “agradeciendo mucho a DEIA este premio, que nos anima a seguir trabajando con redoblada ilusión”