¿En algún momento has sentido que ya no recuerdas las cosas con mayor facilidad? ¿Hay veces que sientes que estás pasando por una mala racha y no consigues animarte o concentrarte?

No te preocupes, no estás solo. Históricamente, los problemas de salud mental han sido estigmatizados y ocultados, lo que ha impedido que muchas personas busquen ayuda. Sin embargo, en los últimos años ha habido un esfuerzo creciente por normalizar las conversaciones sobre salud mental y reducir la huella asociada.

En los últimos años ha habido un esfuerzo creciente por normalizar las conversaciones sobre salud mental

El Día Mundial de la Salud Mental se celebra cada año el 10 de octubre. Este día tiene como objetivo principal crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos para apoyar la salud mental. Esta celebración busca sensibilizar a la población y a los gobiernos sobre la importancia de la salud mental, promover la detección temprana y el tratamiento adecuado de los trastornos mentales, y reducir el estigma asociado a estos problemas.

La salud mental y su creciente importancia

En los últimos años, la salud mental ha ganado una relevancia sin precedentes, y con justa razón. Durante mucho tiempo, ha sido relegada a un segundo plano en comparación con la salud física, como si nuestra mente y cuerpo funcionaran de manera aislada. Sin embargo, hoy comprendemos que ambos aspectos están profundamente interrelacionados, y que el bienestar emocional es tan crucial como el físico para una vida plena. Para poder profundizar en lo que significa tener una buena salud mental, es fundamental primero entender qué es, en su esencia, este concepto.

La salud mental se refiere a nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Pixabay

En primer lugar, la salud mental no existe por sí sola. Como menciona Norman Sartorius, autor de “Luchando por la salud mental”, la salud mental es una parte esencial de la salud general, y puede definirse de diferentes formas. Puede entenderse como la ausencia de enfermedades mentales, como un estado que permite a la persona desempeñar plenamente sus funciones, o bien, como un estado de equilibrio entre el individuo y su entorno físico y social (Sartorius, 2002). Estas definiciones son interdependientes, y cuál se adopte dependerá del nivel de satisfacción de las necesidades básicas de salud de cada persona.

La salud mental también implica sentirse bien con uno mismo y con los demás, tener una visión positiva de la vida, y ser capaz de amar y sentir felicidad

Por otro lado, la Sociedad de Especialistas en Educación y Promoción de la Salud (SHEPS, 1997) amplía este concepto al sugerir que la salud mental también implica sentirse bien con uno mismo y con los demás, tener una visión positiva de la vida, y ser capaz de amar y sentir felicidad. En otras palabras, la salud mental es aquello que nos otorga una sensación de valía, control y comprensión sobre nuestra vida y nuestro entorno.

Impacto en la vida diaria y la relación con los trastornos mentales

La salud mental se refiere a nuestro bienestar emocional, psicológico y social. La salud mental afecta de manera directa la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Tiene un impacto crucial en cómo enfrentamos el estrés, en cómo nos relacionamos con los demás y en la toma de decisiones importantes. Un artículo de 2013 publicado en la revista International Journal of Social Psychiatry titulado "¿Qué es la salud mental?", resalta que tener una buena salud mental no significa estar feliz todo el tiempo, sino que implica la capacidad de enfrentar y gestionar de manera adaptativa las emociones negativas como la tristeza, el enojo o la ansiedad (Bhugra et al, 2013). Tener una buena salud mental no significa estar feliz todo el tiempo. Todos experimentamos emociones negativas como tristeza, ira o ansiedad, pero lo que define una buena salud mental es nuestra capacidad para enfrentar esos sentimientos de manera saludable y adaptativa.

Tener una buena salud mental no significa estar feliz todo el tiempo, sino tener la capacidad de enfrentar y gestionar de manera adaptativa las emociones negativas

Cuando este equilibrio emocional se rompe, es común que surjan trastornos mentales que impactan significativamente nuestra calidad de vida. Entre los más frecuentes están la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y el trastorno bipolar. Estos trastornos afectan el estado de ánimo, el pensamiento y el comportamiento, y aunque su complejidad es notable, es importante recordar que son tratables con el apoyo adecuado. Este apoyo puede incluir desde terapia psicológica y tratamiento farmacológico, hasta cambios en el estilo de vida.

Tener una buena salud mental no significa estar feliz todo el tiempo. Pixabay

En una serie de artículos de The Lancet sobre la salud mental a nivel global, se resalta que los trastornos mentales son una de las principales causas de discapacidad y dependencia a largo plazo. Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2005, los cinco principales trastornos neuropsiquiátricos eran la depresión unipolar, el trastorno por consumo de alcohol, la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la demencia. Sin embargo, el artículo "No hay salud sin salud mental" señala que la interacción entre los trastornos mentales y la discapacidad es más compleja de lo que refleja el informe de la OMS, subrayando la necesidad de una comprensión más profunda de estas patologías (Prince et al, 2007).

La conexión entre la mente y el cuerpo

La mente y el cuerpo no son entidades separadas. Lo que afecta al cuerpo, afecta a la mente y viceversa. Por ejemplo, cuando una persona está estresada, su cuerpo produce hormonas como el cortisol, lo que puede generar tensión muscular, problemas digestivos e insomnio. A la inversa, cuidar el cuerpo a través de una buena alimentación, ejercicio físico regular y descanso adecuado, puede tener un impacto positivo directo en la salud mental.

Cuidar el cuerpo a través de una buena alimentación, ejercicio físico regular y descanso adecuado, puede tener un impacto positivo directo en la salud mental

Este vínculo ha sido respaldado por la investigación científica. Un estudio publicado en Neuropsychobiology titulado "Neurociencia del ejercicio: De los mecanismos neurobiológicos a la salud mental" demostró que el ejercicio físico regular puede reducir los síntomas de diversos trastornos mentales como la depresión, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson (Portugal et al, 2013). Los efectos del ejercicio van más allá de lo físico, ya que a nivel cerebral se desencadenan procesos neuroquímicos que influyen en el estado de ánimo y en la función cognitiva.

El ejercicio físico como herramienta para mejorar la salud mental

Cuando se habla de ejercicio, solemos centrarnos en los beneficios físicos, como la mejora de la resistencia o el fortalecimiento muscular. Sin embargo, detrás de cada movimiento también se producen complejos procesos neuroquímicos que afectan de manera significativa nuestra salud mental.

El ejercicio físico regular puede reducir los síntomas de diversos trastornos mentales como la depresión, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. Pixabay

Según el estudio mencionado anteriormente, en primer lugar, los efectos el ejercicio a corto plazo incluyen la mejora del estado de ánimo, ya que activa áreas corticales específicas e induce la liberación de neurotransmisores que contribuyen a la adherencia de actividad física regular. En segundo lugar, el ejercicio a largo plazo induce tanto la neurogénesis (creación de nuevas neuronas) como la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro), que son importantes para mejorar la función conductual y cognitiva y para mejorar la salud de los pacientes con trastornos mentales. Un estudio dirigido por Van Praag en 2009 destacó que una combinación de ejercicio y una dieta rica en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios genera resultados significativamente mejores en la función cerebral que solo la dieta o el ejercicio por separado (Van Praag et al, 2009).

Ejercicios cognitivos para mantener una mente ágil

Además de cuidar nuestro bienestar emocional, es crucial fortalecer nuestras capacidades cognitivas. Los ejercicios cognitivos son esenciales para estimular el cerebro, mejorar la memoria, la atención y la capacidad de resolución de problemas. Así como ejercitamos los músculos para mantenernos en forma, el cerebro también necesita entrenamiento regular para mantenerse activo, especialmente con el paso de los años.

Algunas funciones cognitivas, como la función ejecutiva, disminuyen gradualmente con la edad.

A medida que envejecemos, algunas funciones cognitivas, como el conocimiento semántico, tienden a mantenerse estables. Sin embargo, otras funciones, particularmente las que dependen del córtex prefrontal, como la función ejecutiva, disminuyen gradualmente con la edad. Un artículo publicado en Psychology and Aging en 2002 señaló esta disminución progresiva de las funciones cognitivas, destacando la importancia de los ejercicios que estimulan las áreas del cerebro responsables de estas capacidades (Park, 2002).

Programas de intervención cognitiva, como aquellos que emplean ejercicios intensivos de la memoria de trabajo, han demostrado que es posible inducir cambios plásticos en el cerebro, mejorando el rendimiento en tareas entrenadas (Kawashima et al, 2013). Los resultados del estudio publicado en el artículo “Ejercicios mentales para la función cognitiva: Evidencia clínica” de la revista Journal of Preventive Medicine & Public Health, fueron una prueba convincente de que un programa de entrenamiento diario con problemas de lectura y aritmética tiene un efecto inmediato y beneficioso sobre la velocidad de procesamiento mental y la función ejecutiva. Además, estos efectos no están directamente relacionados con la intervención y los participantes del estudio mantuvieron sus mejoras seis meses después del programa de entrenamiento.

Problemas de lectura y aritmética tiene un efecto inmediato y beneficioso sobre la velocidad de procesamiento mental y la función ejecutiva

Los resultados de muchos estudios clínicos respaldan la idea de que la estimulación continua del cerebro provoca cambios en él. No cabe duda de que el cerebro tiene una capacidad modificación de la plasticidad cerebral de por vida, por lo que inducir cambios en las redes neuronales con un programa de intervención diaria es un método razonable de estimulación.

La estimulación continua del cerebro provoca cambios en él. Pexels

Hoy en día podemos aprovecharnos de los avances tecnológicos para poder ejercitar nuestra mente en cualquier lugar y en cualquier momento. Por ejemplo, NeuronUP es una plataforma web de neurorrehabilitación y estimulación cognitiva diseñada para profesionales de la salud y pacientes. Esta herramienta ofrece una amplia gama de materiales y recursos para la rehabilitación de personas con diversas condiciones. La plataforma permite personalizar las sesiones de terapia, adaptándolas a las necesidades específicas de cada paciente, y facilita el seguimiento de su progreso mediante un gestor de pacientes. Además, NeuronUP incluye herramientas para la telerrehabilitación, lo que permite a los pacientes continuar con sus ejercicios desde casa, asegurando una intervención continua y efectiva.

Técnicas innovadoras de estimulación cerebral

Además de los ejercicios cognitivos tradicionales, existen técnicas innovadoras para estimular el cerebro que están ganando popularidad en el tratamiento de trastornos mentales. Entre ellas se encuentran la estimulación magnética transcraneal (EMT) y la estimulación por corriente directa (tDCS). Estas técnicas consisten en la aplicación de impulsos eléctricos o magnéticos a áreas específicas del cerebro con el fin de modificar su actividad.

La estimulación magnética transcraneal (EMT), por ejemplo, ha sido particularmente eficaz en el tratamiento de la depresión resistente a los tratamientos convencionales. Al estimular ciertas áreas del cerebro, se puede restablecer el equilibrio neuroquímico, lo que lleva a una reducción de los síntomas depresivos en muchos pacientes.

La estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS) es otra de las técnicas no invasiva que aplica una corriente eléctrica de baja intensidad a través del cuero cabelludo para modular la actividad cerebral. Esta técnica ha demostrado ser prometedora en el campo de la salud mental y el entrenamiento cognitivo. Durante el entrenamiento cognitivo, la tDCS puede potenciar funciones como la memoria, la atención y el aprendizaje, facilitando una mayor plasticidad neuronal y mejorando el rendimiento cognitivo (Han et al, 2022).

La seguridad y la facilidad de uso de la EMT y la tDCS las convierten en herramientas valiosa tanto para profesionales de la salud como para investigadores. Estas técnicas están revolucionando el campo de la neurociencia y la psiquiatría, abriendo nuevas posibilidades para el tratamiento de trastornos mentales. Sin embargo, es fundamental combinarlas con estrategias más tradicionales, como la terapia y los cambios en el estilo de vida, para obtener los mejores resultados.

¿Crees que necesitas ayuda?

La salud mental es un componente vital de nuestro bienestar general, tan importante como nuestra salud física. Al igual que mantenemos nuestro cuerpo activo y saludable a través de la alimentación y el ejercicio, debemos hacer lo mismo con nuestra mente. La salud mental no solo implica la ausencia de trastornos, sino también la capacidad de enfrentar los desafíos emocionales y cognitivos que surgen en la vida diaria.

El ejercicio físico, los ejercicios cognitivos y las técnicas innovadoras de estimulación cerebral son herramientas poderosas para mejorar y mantener una buena salud mental. Al cuidar de nuestra mente y cuerpo de manera integral, podemos prevenir trastornos mentales, mejorar nuestro bienestar emocional y mantener una función cognitiva óptima a lo largo de la vida.

Al igual que mantenemos nuestro cuerpo activo y saludable a través de la alimentación y el ejercicio, debemos hacer lo mismo con nuestra mente. Pexels

En España, la salud mental ha cobrado una importancia creciente en los últimos años, y esto se refleja en la proliferación de asociaciones y clínicas especializadas que ofrecen apoyo y tratamiento a quienes lo necesitan. Existen numerosas asociaciones dedicadas a la salud mental, como la Confederación Salud Mental España, que agrupa a más de 340 asociaciones en todo el país. Estas organizaciones trabajan incansablemente para proporcionar apoyo emocional, asesoramiento y recursos a personas que enfrentan diversos trastornos mentales, así como a sus familias. A través de programas de sensibilización, talleres y grupos de apoyo, estas asociaciones buscan reducir el estigma asociado a los problemas de salud mental y fomentar una mayor comprensión y aceptación en la sociedad.

Además de las asociaciones, España cuenta con clínicas especializadas que ofrecen tratamientos avanzados para patologías como la depresión y la ansiedad. Un ejemplo destacado es MHS, una clínica que se ha posicionado como líder en el uso de tecnología innovadora para el tratamiento de trastornos mentales. En MHS, los pacientes tienen acceso a las últimas herramientas (como la plataforma NeuronUp) y técnicas terapéuticas (EMT y tDCS), incluyendo la inteligencia artificial y otras tecnologías de vanguardia que facilitan el diagnóstico y seguimiento de los pacientes. Estas innovaciones permiten personalizar los tratamientos y ofrecer una atención más efectiva y adaptada a las necesidades individuales de cada paciente.

La combinación de asociaciones comprometidas y clínicas avanzadas crea un entorno de apoyo integral para quienes buscan ayuda con su salud mental en España. Las asociaciones proporcionan un espacio seguro y de apoyo donde las personas pueden compartir sus experiencias y recibir orientación, mientras que las clínicas como MHS ofrecen tratamientos especializados y tecnología de punta para abordar los problemas de salud mental de manera efectiva. Este enfoque dual no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también contribuye a una sociedad más consciente y solidaria con respecto a la salud mental.

 

Referencias:

  • Sartorius, N. (2002). Fighting for mental health: a personal view. Cambridge University Press.
  • Bhugra, D., Till, A., & Sartorius, N. (2013). What is mental health?. International Journal of Social Psychiatry, 59(1), 3-4.
  • Prince, M., Patel, V., Saxena, S., Maj, M., Maselko, J., Phillips, M. R., & Rahman, A. (2007). No health without mental health. The lancet, 370(9590), 859-877.
  • Matta Mello Portugal, E., Cevada, T., Sobral Monteiro-Junior, R., Teixeira Guimarães, T., da Cruz Rubini, E., Lattari, E., ... & Camaz Deslandes, A. (2013). Neuroscience of exercise: from neurobiology mechanisms to mental health. Neuropsychobiology, 68(1), 1-14.
  • Van Praag, H. (2009). Exercise and the brain: something to chew on. Trends in neurosciences, 32(5), 283-290.
  • Kawashima, R. (2013). Mental exercises for cognitive function: clinical evidence. Journal of Preventive Medicine and Public Health, 46(Suppl 1), S22.
  • Park, D. C., Lautenschlager, G., Hedden, T., Davidson, N. S., Smith, A. D., & Smith, P. K. (2002). Models of visuospatial and verbal memory across the adult life span. Psychology and aging, 17(2), 299.
  • Han, Y. M., Chan, M. M., Shea, C. K., Lai, O. L. H., Krishnamurthy, K., Cheung, M. C., & Chan, A. S. (2022). Neurophysiological and behavioral effects of multisession prefrontal tDCS and concurrent cognitive remediation training in patients with autism spectrum disorder (ASD): A double-blind, randomized controlled fNIRS study. Brain Stimulation, 15(2), 414-425.