Cuatro de cada diez casos diagnosticados de cáncer de cérvix en Euskadi son hallados gracias al Programa de Detección Precoz, y de éstos, más del 70% consigue identificarse en un estadio inicial, por lo que las posibilidades de supervivencia aumentan muy notablemente. El objetivo de este programa es detectar las personas que tienen mayor riesgo de poder tener una lesión en el cuello de útero y así poder prevenir que evolucione a cáncer.

“Durante los últimos años, se están produciendo muchos avances en la prevención de este cáncer como es la utilización de test de la detección del virus del papiloma humano de alto riesgo (VPH) como prueba de cribado, ya que este virus es la causa de prácticamente la totalidad de casos de cáncer de cérvix”, han asegurado desde Osakidetza.

El Servicio Vasco de Salud dispone de una unidad de cribado unificada en el Hospital Universitario Donostia, donde se analizan todas las muestras y además, ha sido la primera comunidad autónoma en implantar un programa poblacional de cribado de cáncer de cérvix que, desde 2018, comenzó a invitar a participar a las mujeres de Euskadi.

El programa envía una notificación a través de SMS o carta invitando a participar en él a las mujeres con edades comprendidas entre 25 y 65 años. A través del mensaje se puede coger una cita con la matrona que realizará la prueba de cribado, que consiste en tomar una muestra de las células que recubren el cuello de útero. Los resultados se reciben, igualmente, mediante SMS, menos cuando sea necesario repetir la prueba o se considere la derivación a Ginecología.

En este caso, la explicación se realiza a través de una llamada de teléfono. En este sentido, en el apartado Osasun Eskola de la página web de Osakidetza se han publicado unos vídeos que ayudan a las mujeres a entender qué es el VPH, qué significa tener un resultado alterado y cuáles son las pruebas complementarias que se podrían hacer en estos casos.

El programa se inició de forma escalonada en las diferentes zonas u OSIs y en 2019 se implantó completamente en toda la red de Osakidetza, si bien la invitación a participar en el cribado se fue haciendo de manera escalonada en función del rango de edad, empezando por las más jóvenes.

El objetivo era que todas las mujeres de entre 25 y 34 años que no tuvieran la prueba realizada recibieran la invitación en los tres años siguientes a la implantación completa, y de hecho, en 2022, el 100% de las mujeres en esta franja de edad había recibido una invitación. Además, en cinco años todas las mujeres hasta los 65 años debían recibir la carta, objetivo que se cumplirá en 2024, cuando Osakidetza espera alcanzar una cobertura del 100%.

En total, son más de 400.000 las mujeres que han recibido una invitación a participar en el programa desde 2018. Sólo en 2022 se han analizado 102.426 muestras. De las mujeres que se hacen la prueba, la gran mayoría de ellas tiene un resultado de bajo riesgo. En cambio, un 7% requiere un estudio más exhaustivo para la confirmación del diagnóstico.

 Este tipo de programa en los que se invita activamente a participar son muy importantes en el caso del cáncer de cérvix, ya que se sabe que el 60% de los cánceres de cérvix diagnosticados se da en personas que nunca se han realizado un cribado o éste está hecho de manera inadecuada. 

En Euskadi, desde 2018 a 2021 ha habido cerca de 400 casos de cáncer de cérvix, de los que en torno al 40% han sido detectados a través del Programa de Detección Precoz. Además, entre los detectados a través del cribado, el 72,06% estaban en estadios iniciales.

Ello tiene un impacto también en el índice de supervivencia, ya que la mortalidad es del 36,23% en el caso de las personas a las que se les detecta el cáncer de cérvix por sintomatología o hallazgo casual, mientras que entre las diagnosticadas a través del programa, la mortalidad es del 2,94%.