Cuidar de la salud visual durante las diferentes épocas del año es esencial. Así, los ojos estarán sanos y fuertes para hacer frente a cualquier adversidad climatológica. 

El invierno es una estación que no debe pasarse por alto. El uso de la calefacción, los rayos ultravioleta, el viento y la humedad son aspectos a los que se les deben prestar especial atención. Por ello, el oftalmólogo y director médico del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) de Bilbao, Juan Durán de la Colina, ofrece algunos consejos para proteger los ojos durante la época más fría del año. 

Calefacción y ojo seco

Durante el invierno es inevitable no usar la calefacción en los hogares, pero el uso prolongado de la misma puede traer consecuencias para la salud visual. Es común que dada la sequedad que se crea en el ambiente, se genere en los ojos una sensación de quemazón e incluso de picor. Con el frío se tiende a pasar más tiempo en espacios interiores, así que para evitar lo que se conoce como síndrome del ojo seco, se aconseja parpadear con frecuencia. “Así estimularemos la producción de lágrimas de manera natural, y en el caso de no conseguirlo se recomienda usar gotas artificiales para mantener los ojos hidratados en todo momento. Las calefacciones hacen que el aire sea más seco de lo normal y que los ojos sufran más”, explica el doctor Durán de la Colina. Asimismo, se recuerda también evitar pasar demasiadas horas frente a las pantallas para no cargar los ojos, evitar el escozor, la sequedad ocular y el enrojecimiento de los ojos. Por todo ello, los especialistas aconsejan disponer de humidificadores en las zonas de estancia más frecuente y disfrutar del aire libre y de la luz solar, siempre que el tiempo lo permita. 

Gafas de sol y conjuntivitis actínica

Las gafas de sol son sinónimo de verano, de buen tiempo. Pero lo cierto es que es un elemento importante para proteger nuestros ojos también en invierno. El frío, el viento y los cambios bruscos de temperatura provocan alteraciones medioambientales que influyen en la salud ocular y pueden provocar alteraciones en la secreción lagrimal, manifestándose como sensación de sequedad o como lagrimeo. 

Relacionado con lo anterior, se indica también extremar las precauciones al realizar deportes de invierno: snowboard y ski, entre otros. La protección ocular en estos casos también es imprescindible para evitar la conjuntivitis actínica o lo conocidos episodios como “ceguera de la nieve”. No olvidar nunca que las gafas son un elemento de defensa del ojo a tener en cuenta en los deportes.

Ácidos grasos para el malestar visual

Los expertos que nos rodean apuntan a que la zanahoria es uno de los alimentos que ayudan a mejorar la visión, sobre todo a aquellos que padecen miopía o hipermetropía, ya que contienen grandes cantidades de betacaroteno y vitamina A. En esta línea, se ha demostrado también que los ácidos grasos como el Omega-3 son esenciales para prevenir enfermedades de la retina y paliar el malestar visual como el picazón, la visión borrosa, el enrojecimiento o la sensación de arenilla, síntomas muy comunes que se producen durante el invierno sobre todo al pasar demasiado tiempo en espacios cerrados sin luz natural. 

Asimismo, se recomienda también no abusar de la luz artificial y dirigir la mirada hacia un punto lejano de donde se esté, al menos cada 20 minutos, para no cansar la vista. Esto relajará los músculos que ayudan a enfocar de cerca. De manera complementaria, los alimentos ricos en ácidos grasos ayudarán a sobrellevar el malestar y la pesadez visual. Los cítricos, aceites vegetales, las nueces, los cereales integrales, las verduras de color oscuro y los pescados de agua fría son también excelentes para los ojos.

Algunas recomendaciones básicas: 

• No pasar demasiadas horas frente a las pantallas. Disfruta del aire libre y de la luz solar siempre que puedas. 

• El ambiente húmedo es siempre bien recibido por los ojos

• Cuida tu alimentación.

• Mantener una correcta higiene de los ojos. 

• Utiliza gafas de sol homologadas también en invierno.