En el valle de Arana se abre paso este río, que crea un profundo tajo en la roca, pasión de los más intrépidos amantes de los barrancos. Desde las alturas el desfiladero sólo deja ver las crestas calizas contra el verde tupido de la vegetación que lo oculta. En el sudoeste alavés, este valle y el barranco de Istora, ponen un magnífico broche al occidente de la sierra de Lokiz. Se abre paso en vecindad del parque natural de Izki y es territorio poblado desde la Edad del Bronce. No así su barranco, donde la fuerza del río y el bosque ponen un marco natural de excepción por el que discurre esta ruta.

Vamos a San Vicente de Arana, cuyo origen se remonta al siglo XIII, cuando los habitantes del desaparecido Berberiego, situado a mitad de camino hacia Oteo, se trasladaron para escapar de los abusos señoriales del pago de tributos y servidumbre. Su nuevo asentamiento fue alrededor de una ermita, la de San Vicente. No obstante, la villa de Kontrasta reclamó que fuera aldea dependiente al instalarse en territorio de su jurisdicción. Así fue hasta el año 1326 cuando San Vicente fue reconocida finalmente villa independiente y sometida al fuero de Vitoria.

Iniciamos la ruta desde la iglesia de San Vicente de Arana, descendemos al encuentro de la ermita de la Virgen de Uralde, ubicada a las afueras del pueblo. En la primera bifurcación, siguiendo por la senda hacia la derecha, accedemos hasta el comienzo de la foz de Istora. Su cauce pedregoso se puede recorrer hasta la primera de sus cascadas, con unos ocho metros de caída. Esta será la vista más cercana del interior del barranco que vamos a disfrutar en el itinerario.

San Vicente de Arana rodeada de girasoles. JUAN CARLOS MUÑOZ

Regresamos de nuevo al cruce y seguimos de frente por el camino traído desde la ermita. En breve inicia el ascenso, ya que estamos en la vertiente norte de Somorredondo(1.078 m), que promete unas vistas del barranco inmejorables. Así, una extraordinaria panorámica se divisa desde la cumbre del Somorredondo y su vértice, mientras que el sendero lo contornea para llegar a El Raso (1.061 m) cuya cima, en una suave loma, se prolonga hacia la izquierda por los cordales que enlazan el Somorredondo con el Txintxularri y Cruz de Alda, las cumbres más destacadas de la sierra siguiendo para ello la senda Marquillano, balizada como sendero de corto recorrido PR A-71.

El itinerario prosigue sin embargo siguiendo las señales del sendero balizado en dirección a Orbiso, del que nos separan casi cinco kilómetros. Una bajada de apenas doscientos metros atraviesa un cruce de caminos para seguir hacia la izquierda entre los pastos de montaña.

Quejigos y bojes empiezan a orlar el sendero a medida que descendemos en altitud y siempre con la vista puesta hacia el sur. Un poco más adelante serán las encinas y el carrascal los que compartirán el verdor con los tupidos arbustos de boj, entre los que se asoma una gran charca utilizada como abrevadero.

Las noches estrelladas y las viejas encinas componen un escenario de vértigo. JUAN CARLOS MUÑOZ

A partir de este punto llaneamos un buen tramo con vistas hacia el valle y la sierra de Kodes, muga natural con territorio navarro, hasta que a medida que la senda se introduce en el encinar se hace estrecha y pedregosa. Al paso van surgiendo grandes ejemplares de encinas centenarias que muestran las rugosas y curvadas texturas de sus troncos. El descenso continuado hace que el encinar vaya haciéndose más ralo a medida que avanzamos obviando los caminos que se derivan de este principal.

Finalmente, el sendero desemboca en una pista pedregosa más ancha que lleva hasta un redil de ganado. Estamos apenas a trescientos cincuenta metros del pueblo después de salir de esta senda y tomar la carretera hacia la derecha que lleva hasta Orbiso en apenas doscientos cincuenta metros.

Ficha práctica

  • Tipo de recorrido. Lineal, de dificultad media.
  • Punto de partida. San Vicente de Arana y llegada a Orbiso. Conviene disponer de dos coches para realizar el recorrido.
  • Distancia. 9,6 km.
  • Tiempo. 6 h.

No te puedes perder. Hay que fijarse en la imponente torre barroca de la iglesia de San Andrés en Orbiso, así como el trazado originario urbano del siglo XVI. Desde Orbiso podemos realizar una sencilla ruta hasta el convento franciscano de San Juan de Piérola. Son apenas dos kilómetros y medio que se recorren en hora y media. Tomamos la carretera hacia Santa Cruz de Campezo y nos desviamos en dos ocasiones a la derecha para adentrarnos en el valle de Arana. Un camino asciende suavemente hacia las faldas del monte Hornillo, muy frecuentado por escaladores. Bajo la roca se distingue la espadaña barroca de la iglesia conventual, lo único en pie del conjunto monástico junto a restos de muros maestros. Fue, en origen, una poderosa casa-torre que en el siglo XV fue donada a la comunidad franciscana que fundó Santa María de Piérola. 

También es recomendable visitar la villa medieval de Santa Cruz de Campezo, con recinto amurallado desde el siglo XII cuyos restos aún pueden verse en la plaza, así como en la toponimia de sus calles. Arcos de medio punto y blasones distinguen las fachadas de sus casas.

RUTAS POR EUSKAL HERRIA

ÁLAVA Istora

Del libro Rutas a foces, gargantas y desfiladeros de Juan Carlos Muñoz y Mar Ramírez

Editorial: Sua Edizioak