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Safari en la sabana de Kenia

Safari en la sabana de Kenia

Cuando alguienpiensa en la sabanaafricana, la primeraimagen quese viene a la cabezaes una llanurainmensa salpicadacon alguna queotra acacia, un árbol que dibuja sobre elhorizonte bonitas siluetas. Y precisamenteesa es la primera imagen que se veal entrar en la reserva Masai Mara.

La reserva nacional más importante deKenia siempre ha sido la tierra de la tribumasai; de hecho, de momento no tienedenominación de parque porque su interiortodavía está habitado, aunque la realidades que apenas unos pocos poblados quedanen la zona este de la reserva y que cadavez es más frecuente ver a estos pastoresseminómadas con sus grandes rebaños decebúes por los alrededores.

Muchos poblados -denominados manyattas-se han establecido precisamente cercade la entrada de la reserva, ya que su visitase ha convertido en un reclamo turísticomuy rentable para los nativos. Porsupuesto, hay que pagar. Todas las guíasdesaconsejan estas visitas tan preparadas,pero también hay que decir que es la únicaforma de estar durante un rato en contactocon ellos, ver su forma de vida y captarfotografías de esta tribu. De hecho, aunquees muy fácil ver a auténticos masai apie de carretera con sus rebaños, es muydifícil conseguir una foto, ya que son muyreacios a las cámaras.

La situación ha llegadoal punto de que antes de sacar unaimagen hay que pedir permiso y llegar aun acuerdo económico.

En cualquier caso, no está de más conoceralgunas de las costumbres de estas tribus.

Entre los masai, el poder y la posiciónsocial de un hombre se mide por lacantidad de ganado e hijos que posee.

Cada hombre puede tener más de unamujer, tantas como pueda mantener. Laorganización es una de las claves en el funcionamientode estos poblados, y lastareas están claramente divididas. Si elhombre es el que se encarga junto conalguno de sus hijos de cuidar el ganado,la mujer es responsable de construir lascasas (pequeñas construcciones redondashechas con excrementos de animales yramas), de ir a buscar agua, recoger leña...

Cada uno de los poblados está muy bienprotegido. Siempre son recintos circularesy están rodeados por una valla elaboradacon ramas y setos espinosos. Por la noche,todo el rebaño duerme en el interior delrecinto para evitar que otros animales puedanatacarlo y cobrarse alguna pieza.

La tribu masai estámuyapegada a su cultura,y aunque durante las visitas de turistastodo puede parecer preparado, es la únicaforma de asistir a sus bailes, con grandessaltos, y por tanto de conocer algomássobreellos y sus tradiciones.

ENTRE ANIMALES

Pero además de los masai, que sin dudaconforman uno de los atractivos de estazona con sus vestimentas llenas de color, lareserva Masai Mara ofrece la posibilidadde ver a los denominados cinco grandes(león, rinoceronte, búfalo, elefante y leopardo),mezclados con una variada fauna.

Aunque se puede visitar por cuenta propia, sin chófer ni guía, pagando los correspondientespermisos, no es lo más recomendable.Cualquier imprevisto, como unpinchazo dentro del parque, puede causarmás de un susto. Resulta muy curioso,pero lo más habitual es ver furgonetas dediversas agencias preparadas para la ocasión(con techos abatibles) en lugar de 4x4,pero esto se debe a los grandes impuestosque deben pagar los propietarios de lostodoterrenos. Aún así, muy pocos caminosse resisten a estos vehículos.Además,con la compañía de un buen guía siemprees más fácil descubrir a los animales,especialmente a los más escurridizos quese camuflan entre el paisaje.

En el Mara, los coches pueden circularpor las pistas señalizadas y también salirsede ellas para ver más de cerca a los animales.

De esta manera, no hace falta unacámara profesional para observar contodo detalle a las diferentes especies.Hoyes el único parque que permite el fuera depistas. Sin duda, un gran privilegio.

Uno de los grandes acontecimientos quemuchas personas van buscando es lamigración de los ñúes, que se produce dosveces al año (ida y vuelta) entre el Serengeti(en Tanzania) y el Masai Mara. Enverano, los ñúes abandonan el parque tanzanoen busca de agua y de pastos más verdesy llegan hasta Kenia. El regreso lohacen en noviembre, cuando comienza laestación lluviosa en el Serengeti. Una delas cosas que llama la atención es que losñúes casi siempre se encuentran en compañíade cebras, ya que se complementana la hora de alertar del peligro y huir.

Ver grandes manadas de ñúes y cebrasno es nada difícil en la época estival. Tambiénson bastante comunes las gacelas,impalas, antílopes, oryx, facóqueros, elefantes,jirafas, hienas, avestruces, buitres...

Cada zona de la reserva tiene sussecretos, y no es necesario más que algode paciencia y un buen guía para ir descubriendola fauna y flora del lugar. Otrosanimales muy buscados son el león, el leopardo,el guepardo y el rinoceronte. Enestos casos hace falta además algo de suerte,pero también hay un truco: cuando enalguna zona se ve una llamativa concentraciónde furgonetas y 4x4 nunca está demás acercarse, porque es una señal de queun animal escurridizo anda cerca. Así sepueden descubrir espectaculares estampas,como la de un león descansando despuésde haberse pegado una buena cena,un grupo de buitres comiendo los restosde una cebra, dos leonas cazando, algúnrinoceronte -cada vez más escasos y difícilesde encontrar-...

Estas imágenes quedan grabadas y todasjuntas ayudan a que un safari -palabraque significa viaje, en swahili- se conviertaen una experiencia inolvidable.