Con buena parte de las comunidades autónomas insertas en una carrera por las rebajas de impuestos, el Lehendakari, Iñigo Urkullu, reclamó ayer miércoles “ser muy responsables” en las decisiones sobre fiscalidad que adopten las distintas administraciones. En este sentido, y sin entrar a valorar las medidas de otros territorios, el Lehendakari pidió “medir muy bien las consecuencias de las decisiones, garantizando el valor de la estabilidad, el consenso, la certidumbre y la progresividad con que contamos”. Herramientas que, subrayó, contribuyen a “atenuar los efectos” de la inflación de precios, en especial en el ámbito energético, y asegurar “que nadie quede atrás” en el actual contexto de fragilidad que atraviesa la economía.
En la apertura de la jornada Forbes Summit Reinventing Euskadi en Bilbao, Urkullu defendió la realidad “propia” de Euskadi en este apartado, “basada en en el Concierto Económico”, y que, además, “es reconocida en las instituciones europeas como propia y diferenciada”. En este ámbito, Urkullu abogó por “evaluar con rigor los resultados de una reforma aprobada hace cuatro años”, de la que dijo que “está funcionando correctamente”. Para el Gobierno vasco, las medidas a tomar deben ir en la dirección de seguir dotando de “servicios públicos esenciales a la ciudadanía y ayudar a la generación de economía y también a la garantía de creación de empleo”, incidió Urkullu.
El Lehendakari repasó el estado de la economía vasca, marcada al igual que el resto por el impacto de la invasión “unilateral” de Rusia a Ucrania y la posterior guerra, que “está trastocando nuestro proceso de recuperación tras la pandemia”. “Euskadi no es ni un oasis, ni una isla”, advirtió Urkullu, que destacó los efectos que está teniendo sobre la actividad el conflicto entre Kiev y Moscú, como “las dificultades de aprovisionamiento de materias primas y productos estratégicos, así como una inflación que ha alcanzado cifras que no conocíamos desde hace décadas” y que, explicó, “afecta al poder adquisitivo de las familias y a la capacidad de competir de muchas empresas”. Además, recordó que la inflación también está dañando al sector público, que “cuenta con menos ingresos para atender unos gastos crecientes”. No obstante, recalcó que, en el caso de Euskadi, “la economía y el empleo se mantienen en crecimiento”, al tiempo que destacó que el nuevo escenario económico constata la “resiliencia” de Euskadi en 2022 y anticipa las “turbulencias” que llegarán en 2023.
FORTALEZAS
En este sentido, Urkullu remarcó que Euskadi “cuenta con activos que nos están permitiendo ofrecer respuestas”, entre los que figuran la “estabilidad institucional, la cultura de la colaboración”, la solvencia económica y una estrategia compartida por la administración pública y la iniciativa privada”.
El Lehendakari consideró que la respuesta a la inflación “pasa por actuaciones coordinadas de la UE y sus instituciones”, aunque Euskadi tenga “su propia responsabilidad y capacidad de respuesta”. En este aspecto, puso en valor los cinco pactos que ofreció la pasada semana en el pleno del Político General en el Parlamento Vasco, y que hacen mención a temas como la atención primaria, educación, reto demográfico, energía y Presupuestos de 2023.
Urkullu mostró su voluntad de seguir compartiendo “una visión de futuro y una estrategia a medio y largo plazo que garantice la solidaridad y el bienestar de la sociedad vasca y también en el mundo”. “Nuestro país está preparado para avanzar en esta dirección y hacerlo con responsabilidad y decisión, como siempre hemos hecho”, concluyó el Lehendakari.