El rey Juan Carlos vuelve a regatear pese a los numerosos achaques de salud que le obligaron a apartarse de la competición de vela en el año 2010. Para ello, se ha hecho con una pieza de coleccionista, una embarcación construida en 1929 que ha adquirido en Finlandia. Se desconoce el precio que ha pagado por el barco, pero en un anuncio de Internet en el que se alababan sus virtudes (las del velero) se hablaba de que la restauración del Ian, que así se llama, costó 96.000 euros.
El Ian es un velero de seis metros de eslora fabricado en 1929 siguiendo los diseños de Gustaf Estlander. Fue, precisamente, el último que este hombre ordenó construir para su colección particular y está considerado como una obra maestra. Juan Carlos I viajó la semana pasada hasta Finlandia, en un avión privado, para ver varios modelos de embarcación, y se decidió finalmente por el pequeño velero de corte clásico y fabricado enteramente en madera. El miembro de la familia borbónica daba satisfacción así al gusanillo que le había entrado durante una regata que lleva su nombre y que se celebró hace unas semanas en aguas de Sanxenxo, en Pontevedra, en la que formó parte de la tripulación de la embarcación Acacia, otra reliquia de 1929. En esa competición, su equipo logró la victoria, y esto parece que animó al monarca emérito a volver a tomar el timón, pues en este tipo de veleros tanto el patrón como la tripulación pueden estar sentados y casi no hay que hacer movimientos, lo que su cuerpo agradecerá sobremanera. Según el diario finlandés Ilta-Sanomat, Juan Carlos I viajó la semana pasada al país nórdico para adquirir el Ian, de seis metros de manga y 1,90 de manga, de clase 6mR, de competición. Al parecer, el barco ya se encuentra de camino a Sanxenxo, donde llegará en las próximas semanas. Se desconoce la cantidad exacta que el rey ha pagado por él. El anterior dueño del Ian era el empresario Michael Cedercreutz, que lo restauró usando materiales nobles como la caoba, el olmo americano, el pino de Oregón y el cedro amarillo.
Hardware y mástil En el anuncio colgado en un portal de Internet para su venta, se especificaba que el velero ganó en 1930 la prestigiosa Copa de Oro escandinava. Se añade que para restaurarlo se siguieron y usaron los planos y materiales originales, a excepción de un sofisticado hardware para ayudar en la navegación y un moderno mástil de aluminio.
Fue en 2010 cuando el padre de Felipe VI anunció que dejaba las regatas, ya que había sido operado meses antes de un nódulo en el pulmón y su estado de forma le impedía volver a patronear como antes. Luego vendrían las sucesivas lesiones de cadera y los escándalos cinegéticos varios que darían con sus huesos en la abdicación. Ahora, una vez recuperado en gran medida de sus problemas de salud, y tal vez también aburrido de una vida lejos de las obligaciones monárquicas, Juan Carlos I vuelve de nuevo al mar y a la competición náutica, su gran afición, lleno de orgullo y satisfacción.