Tras el importante salto adelante que ha dado el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika como consecuencia del acuerdo alcanzado por el PNV en el contexto de la investidura de Pedro Sánchez como presidente español, toca pensar en las siguientes fases: completar las competencias pendientes de transferir a Euskadi y, una vez superada esta pantalla después de más de 40 años, centrarse en mejorar el autogobierno. Así lo expuso ayer el candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales, que citó la hoja de ruta establecida por su partido para señalar que ahora toca “cerrar la carpeta de las transferencias” para, a continuación, “abrir la de más y mejor autogobierno”.

En este primer trimestre, el Gobierno español ha traspasado a Euskadi tres materias: trenes de Cercanías, homologación de títulos universitario y acogida de migrantes, en virtud del acuerdo de investidura suscrito con el PNV. En una entrevista en Radio Vitoria, Pradales avanzó que, dentro de unos seis meses, se hará efectiva la transferencia de Cercanías para “pensar en más y mejores frecuencias” y en cómo mejorar este servicio a la ciudadanía.

Respecto a las materias que siguen pendientes, destacó el traspaso de puertos y aeropuertos, las materias de carácter sociolaboral que tienen que ver con convenios colectivos o la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. “Reivindico la importancia que tiene que gestionemos directamente el aeropuerto de Foronda, que tiene que aspirar a ser el aeropuerto de referencia de este país en viajes transoceánicos”, dijo, ya que “es el que mejor preparado está y el que mejores condiciones tiene, además de que es una referencia para las mercancías”.

En esta negociación con el Estado, reivindicó la necesidad de establecer “un sistema de garantías” para que, cuando se produzca “una disputa competencial entre el Estado y Euskadi” y no se llegue a un acuerdo, el asunto no acabe “en manos de un Tribunal Constitucional en el que el árbitro está comprado”. “El árbitro tiene que ser ecuánime y, por lo tanto, tenemos que ir a un sistema bilateral, a un sistema de garantías” porque “la foralidad es muy importante y es signo de identidad”.

Incluyó aquí también el nuevo estatus que sigue pendiente de regresar al Parlamento Vasco para su debate y posible acuerdo, y consideró que “es importante que se reconozca Euskadi como nación” en un nuevo Estatuto que incorpore “los nuevos derechos sociales, la capacidad de estar en Europa, etc.”.

Dos modelos

Pradales aseguró que de las encuestas electorales conocidas en las últimas semanas se desprende que hay “dos grandes modelos de gobernabilidad” en Euskadi, que son una potencial coalición PNV-EH Bildu y la del PNV-PSE. “Nosotros hoy tenemos una coalición de gobierno con el PSE. Estamos en los ayuntamientos, en las diputaciones y en Madrid, con un pacto de investidura que permitió que Sánchez fuera el presidente. Y estamos satisfechos con cómo están funcionando las cosas”, opinó. En referencia a los posibles pactos postelectorales, dijo que “hay que ver cuál es la foto del día 21 para tomar la decisión que corresponda en términos de gobernar este país”.

“Yo confío plenamente que vamos a ganar las elecciones, que vamos a revalidar la mayoría de la confianza de la sociedad vasca, pero tenemos que conseguir que las personas entiendan cuáles son las diferencias de modelo”, apostilló respecto a la particular pugna que mantienen el PNV y EH Bildu en la cuenta atrás hacia las autonómicas.

Una de las cuestiones en la que chocan ambas formaciones es en el diagnóstico sobre la situación de la Ertzaintza, y Pradales emplazó a la izquierda abertzale a “cambiar su modelo político de ensuciar a la Ertzaintza” en lugar de exigir otro modelo policial. Añadió que el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, no es la persona “más legitimada, desde el punto de vista ético, para poner en cuestión el modelo de la Ertzaintza”, cuando “hace 40 años militaba en una organización política que puso en la diana” a la Policía vasca.

Así, recordó que la Ertzaintza nació con un modelo policial de cercanía y de proximidad al ciudadano, pero que cuando “desgraciadamente ETA le pone la diana, tiene que modificar el modelo”.