Condenados e indultados en la causa del procés, exconsellers de Esquerra y Junts, muestran sus diferencias también en lo que respecta a una posible investidura de Pedro Sánchez. Así lo evidencian la republicana Dolors Bassa y el posconvergente Joaquim Forn: mientras que para la primera la amnistía sería “una buena justificación” para respaldar al líder socialista, el segundo lo ve “insuficiente” porque no resuelve el conflicto político de fondo. No es más que una prueba más de la disensión interna en el mundo independentista, cuyas principales siglas pugnan no solamente por hacerse valer en este contexto sino de cara a unas próximas elecciones al Parlament de Catalunya.

Interpelados en un articulo en Vilaweb sobre si una amnistía de las causas judiciales que propició el 1-O justifica la luz verde a a Sánchez, la exconsellera de Trabajo, condenada a 12 años de prisión y 12 de inhabilitación absoluta en el juicio del procés, considera que con la concesión de los indultos y las modificaciones en el Código Penal, derogando el delito de sedición, se procedió la pasada legislatura a reconocer la existencia en sí misma del conflicto. “Hemos comenzado el camino de la amnistía”, proclama. A su juicio, en la negociación hay que derivar hacia “desjudicialización del conflicto” al margen de poner la lupa en “mejorar la vida de la ciudadanía”, así como en dar protección y reconocimiento al catalán y a la cultura catalana. Por su lado, el exconseller de Interior en la era de Carles Puigdemont entiende que no puede haber un acuerdo sin que se traten asuntos como el derecho de autodeterminación, la protección del modelo de enseñanza, la presencia de la lengua catalana en Europa y la revisión del modelo de financiación. “Sin un compromiso claro en estas cuestiones no veo posible plantear un pacto con Pedro Sánchez”, suscribe Forn, que fue a 10 años y seis meses de prisión y 10 años y medio de inhabilitación absoluta.

“Es evidente que la fuerte represión que recibe el movimiento independentista nos ha debilitado. La prisión, el exilio y las causas judiciales pendientes han frenado la fuerza conjunta del soberanismo y nos han dividido”, valora Bassa. Y añade: “A nosotros nos toca recuperar fuerzas y a ellos tener la valentía de demostrar que la capacidad y las ganas de negociación son sinceras. Evidentemente, nuestro objetivo es la amnistía y la autodeterminación y por el camino queremos reforzar el país, el reconocimiento nacional y cultural. En una negociación hay que acercar posiciones y saber la fuerza que uno tiene sin desperdiciar ninguna oportunidad”. Con todo, para Bassa la posición de fuerza no puede colocarse “en el todo o nada, ni en el cuanto peor, mejor”. Es decir, “necesitamos aprovechar todas las oportunidades para ganar y, a menudo, avanzar siguiendo el camino es ir ganando para llegar al objetivo final: la independencia”.

Por contra, el exconseller Forn insiste: “La amnistía es un paso necesario, pero insuficiente. Cuando hay cuatro mil personas encausadas es evidente que es necesario poner la amnistía sobre la mesa, pero eso solo no resuelve el conflicto político entre Catalunya y España”.

Sus posiciones plasman las almas que abanderan sus respectivos partidos aunque dentro de ellos también hay divergencias.