Gernika-Lumo se asoma a que la legislatura sea bastante más compleja de lo esperado. Ayer, y en el transcurso del primer pleno municipal –de carácter extraordinario– en el que se determinaban diversas cuestiones de importancia para el normal discurrir de los próximos cuatro años, tales como la composición de las comisiones informativas o el nombramiento de los responsables en las entidades supramunicipales –Eudel, Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, etcétera–, se pudo ver bien a las claras que el bloqueo político amenaza con paralizar la actividad del Ayuntamiento. Guztiontzako Herria, la plataforma promovida por el alcalde José María Gorroño, vio cómo las abstenciones o las negativas de EH Bildu y el PNV tumbaron varias de las cuestiones planteadas.
El estrecho margen que separa a las tres formaciones –Guztiontzako Herria tiene seis ediles, EH Bildu otros tantos y el PNV cinco– obliga a que sea necesario hacer encaje de bolillos para sacar adelante cualquier decisión municipal. Además, y aunque la investidura a favor de Gorroño se solventó con los votos favorables del PNV –siempre que el alcalde ceda su puesto antes de que arranque la legislatura–, el puesto del primer edil está abocado a la dimisión, un trámite que todavía no ha cumplido. Pues bien, con este panorama, el pleno de ayer puede ser un anticipo a lo que acontecerá en el resto de la legislatura. Ya desde el comienzo, la portavoz ayer de EH Bildu Leire González –en lugar de Buli Bilbao– adelantó que la abstención sería la respuesta de la coalición a las decisiones adoptadas por Guztiontzako Herria.
Por su parte, Xabier Irazabal (PNV) lamentó que para la confección de las comisiones informativas –un total de cinco– no se respete la “proporcionalidad de los resultados electorales”. No en vano, Guztiontzako Herria y EH Bildu pretendían hacerse con dos puestos cada uno mientras los jeltzales se quedaban solo con uno. Gorroño afirmó que las decisiones a tomar eran “provisionales, tal y como se hace en otro ayuntamientos” y que esta era la propuesta presentada por la Secretaría municipal. Finalmente, pudieron llegar a un entendimiento y acordaron disponer de un representante cada uno.
En cuanto a los representantes en las instituciones supramunicipales –Eudel, Consorcio de Aguas, Urremendi o la Mancomunidad de Servicios Sociales de Busturialdea, entre otros–, la medida fue tumbada por PNV y EH Bildu. Los seis ediles de Guztiontzako Herria –que pretendían hacer suyos todos esos nombramientos– no fueron suficientes para alcanzar la mayoría necesaria, aunque finalmente Gorroño sí que pudo sacar adelante el nombramiento de dos de sus puestos de confianza en Alcaldía –su secretaria y el responsable de comunicación, ambos puestos por un valor de 42.000 euros brutos anuales–, si bien en el último de los casos tanto la coalición como los jeltzales censuraron que “este empleado no cumpla con los perfiles lingüísticos” de un municipio “euskaldun en el que manejarse en euskera no es solo una opción, sino que debe de ser una obligación para un trabajador público contratado por este Ayuntamiento”.
El apunte
- Ni en tiempo ni en forma. Una de las principales razones para que el PNV votara en contra de las medidas planteadas por Guztiontzako Herria es que las propuesta del partido de Gorroño “no se han presentado en tiempo. No hemos podido conocer su alcance hasta poco antes del pleno”, lamentó Xabier Irazabal.