El PNV ha derribado el castillo de naipes que estaba construyendo el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. El popular trató de contactar este lunes por whatsapp con el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, quien le respondió que no podía hablar, y Feijóo terminó vendiendo por todo lo alto ese intento de contactar con Sabin Etxea como si se tratara del inicio de un diálogo. Ortuzar llamó finalmente a Feijóo a la noche y confirmó el jarro de agua fría: le trasladó la negativa del PNV a iniciar siquiera conversaciones de cara a facilitar su investidura como presidente del Gobierno español, una decisión acordada por el EBB en su reunión del mediodía y que deja sin recorrido la posibilidad de que se convierta en el próximo presidente español. 

El PNV ya había aclarado en la campaña de las elecciones generales que no podría participar en ninguna operación en la que interviniera la ultraderecha de Vox y que, incluso sin la participación de Abascal, el programa del PP plantea un retroceso en derechos como la eutanasia que no iba a aceptar, por no mencionar la recentralización o el intento de condicionar el modelo lingüístico en las escuelas. El PNV no podía acercarse a un PP que, además, ha dado entrada a Vox en gobiernos autonómicos, una línea roja para el PNV. Sabin Etxea apuesta por negociar con el socialista Pedro Sánchez, a quien exige “decisiones estratégicas” sobre Euskadi y Catalunya a cambio de darle el sí. Al PNV le han bastado 24 horas para dar el portazo a una especulación alimentada desde Euskadi por EH Bildu y que se ha visto que no tenía razón de ser. A un año de las elecciones autonómicas, cualquier acercamiento al PP resultaba descabellado.

Tras la primera valoración exprés que realizó el PNV en la noche del domingo, el Euzkadi Buru Batzar aprovechó este lunes su reunión semanal para analizar con mayor detenimiento los resultados de las elecciones generales, donde su principal hipótesis para explicar la pérdida de 100.000 votos y haber sido relegado a la segunda plaza sigue siendo el fenómeno del voto útil a los socialistas para frenar al PP y Vox. En cualquier caso, el partido de Sabin Etxea sigue poniendo el foco en que ha conseguido mantener su grupo propio en el Congreso en unas condiciones adversas. Como consuelo adicional, esta vez su respaldo es imprescindible para investir al socialista Pedro Sánchez y para dar estabilidad a la legislatura, al contrario de lo que sucedió en el último mandato, donde había mayor holgura, y el respaldo de EH Bildu, ERC y fuerzas minoritarias le permitieron salvar leyes como la de vivienda. 

El PNV quiere contribuir a evitar una repetición electoral, y además se le presenta la ocasión de apretar en el transcurso de la legislatura vendiendo caro su apoyo en cada ley y en los Presupuestos. Pero también de salida necesita un compromiso de Sánchez para apoyar de manera explícita con su voto afirmativo la investidura. Tiene en cuenta, además, que la abstención de Junts es necesaria para que prospere la operación, de manera que pensar en un respaldo a Sánchez sin condiciones es un ejercicio de buenismo político, y los jeltzales quieren que Ferraz se mueva. El PNV exige “decisiones estratégicas” para Euskadi y Catalunya.

"Por activa y por pasiva"

La presidenta de la Ejecutiva vizcaina del PNV, Itxaso Atutxa, repitió ese concepto en dos entrevistas concedidas a Onda Vasca y Radio Euskadi antes de la reunión del EBB. Atutxa comenzó descartando la opción de Feijóo, y a Sánchez le puso condiciones. Atutxa ya adelantó que a Feijóo solo le apoyarían Vox y UPN y que, “si Feijóo hace una llamada al PNV, sabe cuál es la respuesta”: “Lo hemos dicho por activa y por pasiva. Vox estaría sí o sí en esa opción, y dejando a Vox a un lado, el PP se ha situado en una posición muy difícil como para que el resto de partidos podamos apoyar por activa o por pasiva nada de lo que haga, viendo que ha legitimado a Vox con acuerdos de gobierno que rozan posturas poco democráticas y de retroceso absoluto en cuestiones sociales que el PNV ha apoyado”. Feijóo solo cuenta con sus 136 escaños, los 33 de Vox y el de UPN, y aspiraba a sumar el de Coalición Canaria y los 5 del PNV para la mayoría absoluta.

Condiciones para Sánchez

Sobre Sánchez, Atutxa recordó que necesita el voto afirmativo de todos sus socios habituales y la abstención de Junts. “Eso también determina que el PSOE va a tener que hacer alguna proposición seria a catalanes y vascos, y al PNV en particular, para conseguir un sí. Tendrá que ir pensando que hay decisiones estratégicas sobre Euskadi y Catalunya que tiene que plantear de manera seria y creíble. Sánchez nos conoce muy bien, sabe cuál es la agenda vasca, y cuál es la situación después de haberlo apoyado estos cuatro años. Junts podría no abstenerse y espero que no se dé una repetición electoral porque no es buena noticia pero, cuando la ciudadanía no da mayorías suficientes, está diciendo que toca hablar. Sánchez tiene que plantear decisiones más estratégicas que las puntuales que ha ido tomando sobre Euskadi y Catalunya. Ya era hora antes, pero ahora le va a ser indispensable para conseguir consensos que consoliden una opción de Gobierno real para que el rey lo proponga como candidato”, explicó.

El PNV se opone a una repetición electoral, y recuerda que en la primera legislatura de Sánchez fueron ERC y Bildu quienes hicieron caer sus Presupuestos y condujeron a unos comicios. Pero avisa de que el PSOE tendrá que moverse. El grupo de Aitor Esteban espera resolver el capítulo de las transferencias que recoge el Estatuto de Gernika en la primera mitad de la legislatura, empezando por los trenes e incluyendo la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. Quiere que Sánchez renuncie a leyes recentralizadoras como la de Cohesión Territorial, y que resuelva ya el blindaje de las cooperativas.

Sobre los resultados electorales, el PNV cree que se ha vivido una polarización muy similar a la de 2008 entre Zapatero y el PP duro de Aznar. El voto se le ha ido al PSE, y en las municipales se fue a la abstención.