bilbao - La declaración de una agente de la Ertzaintza ratificó ayer la acusación contra Alfredo de Miguel realizada por Ainhoa Alberdi, la abogada que en 2009 destapó el presunto caso de cobro de mordidas por parte de una trama liderada por el exdirigente del PNV alavés cuando era diputado foral de Administración Local. La ertzaina afirmó ante el tribunal que el imputado guardó en su ordenador de su despacho de la Diputación de Araba el correo electrónico donde reclamó la supuesta comisión a Alberdi.

En el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Araba declaró una agente de la Unidad de Investigación Criminal que elaboró un informe tras estudiar los e-mails de los ordenadores incautados en marzo de 2010 por la Ertzaintza en el despacho de De Miguel. La ertzaina explicó al tribunal que en un ordenador decomisado en esa estancia se localizó una carpeta con el título de Urbanorma, la asesoría urbanística de Ainhoa Alberdi.

La abogada denunció hace ocho años ante la Fiscalía de Araba que estaba siendo coaccionada y presionada para abonar una comisión ilícita de 100.000 euros tras haber sido adjudicado en 2006 a su empresa un contrato para la ampliación del Parque Tecnológico de Araba.

Según el relato de la ertzaina, dentro de la carpeta del ordenador del investigado había tres archivos: uno con el nombre de Ainhoa Alberdi, otro que incluía el contrato que el 13 de noviembre de 2006 firmó Urbanorma con el entonces presidente de la Red de Parques Tecnológicos vascos, Julián Sánchez Alegría, -también imputado- para acometer la ampliación del parque de empresas, y finalmente un tercero referido a los honorarios de la asesoría urbanística.

En el primero de esos archivos estaban guardados los correos electrónicos que De Miguel se intercambió con Alberdi los días 4, 9 y 15 de diciembre de 2008 y que la denunciante presentó también en Fiscalía al presentar su denuncia. Entre ellos está el que, tal y como declaró la pasada semana Alberdi, De Miguel le envió a ella desde su correo oficial en el que presuntamente le reclamaba la mordida.

Durante su testifical, Alberdi precisó que entendió “claramente” que De Miguel le estaba pidiendo dinero por el contrato de Urbanorma, ya que días antes el procesado le había dicho en su despacho oficial en la Diputación de Araba que tenía que “pasar por caja” porque ese contrato “no era gratis”.

También declararon otros dos er-tzainas de la Policía Científica que en su día volcaron el audio de la grabación aportada por Alberdi con las conversaciones con De Miguel. Los dos señalaron que en lo que está grabado no se observa ninguna manipulación en el contenido. - DEIA