bilbao - Tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas, Antonio Hernando presentó su dimisión como portavoz en el Congreso de los Diputados porque sabía que no contaba con la confianza de su líder. Hernando había protagonizado uno de los virajes más sorprendentes en la trayectoria del PSOE: fue uno de los principales valedores de Sánchez antes de que fuera desalojado por la rebelión de los barones socialistas en el comité de octubre, y después pasó a alinearse con las tesis ganadoras y a defender la abstención en el pleno de investidura de Mariano Rajoy. Tras su dimisión, el puesto ha quedado vacante y todo apunta a que Sánchez lo cubrirá con alguien de su confianza para garantizar que exista coherencia entre la línea política del secretario general y el discurso parlamentario. Los próximos debates que abordará el Congreso son de alto calado y lo más previsible es que Sánchez quiera asegurarse de que se transmita un mensaje unívoco. El PSOE tiene por delante la votación definitiva de los Presupuestos a finales de junio, y la moción de censura de Unidos Podemos. Sin embargo, ayer volvió a emerger la figura de Patxi López como candidato de consenso.

Se especula con que Sánchez pueda escoger al exlehendakari para lanzar un guiño a favor de la unidad. López llevó ese mensaje por bandera en las primarias y, aunque quedó en tercer lugar por detrás de Pedro Sánchez y Susana Díaz con un 9,85% de votos, en el partido creen que pudo ser el vencedor moral de esta contienda porque su apuesta por cerrar heridas va a ser la clave para evitar una ruptura y una debacle en futuras elecciones. Además, escoger a un sanchista como portavoz podría provocar otro incendio en el PSOE, porque el grupo parlamentario es mayoritariamente partidario de la andaluza Susana Díaz.

Por lo tanto, apostar por una tercera vía podría ser más que un gesto cosmético y ser, en realidad, una necesidad por la difícil gestión de un grupo con 84 personas, de las cuales en torno a cincuenta son susanistas. Esta mayoría viene propiciada por la fuerte presencia andaluza en el grupo, con hasta veinte diputados de ese territorio. La situación es de emergencia, porque el deterioro en las relaciones ha llegado al ámbito de lo personal y hay diputados que no se dirigen la palabra.

La relación entre Sánchez y López es correcta, y el socialista vasco se mostró cómodo estrechándole la mano tras la victoria del domingo, frente a la rigidez de Díaz. El propio Sánchez intentó que se sumara a su candidatura durante las primarias, e incorporó varias de sus propuestas a su programa. Por lo tanto, la hipótesis de López como portavoz en el Congreso no sería inviable.

las quinielas El socialismo está sumido en un periodo de interinidad, porque en teoría la Gestora seguirá comandando la nave hasta que el congreso de mediados de junio ratifique a Sánchez como líder. Hasta entonces, todo apunta a que se elegirá un portavoz provisional en el Congreso. La solución más natural pasaría por aupar a Isabel Rodríguez, la portavoz adjunta. En la cita de junio se designaría al portavoz definitivo. En la quiniela figuran nombres que hicieron campaña por Sánchez, como el secretario general del PSOE en la provincia de Valencia, José Luis Ábalos; la diputada por Zaragoza Susana Sumelzo, o la asturiana Adriana Lastra.

Sin embargo, ayer comenzó a coger vuelo la opción de López. El exlehendakari se ha convertido en los últimos años en el eterno candidato para los puestos más diversos. Su aura como primer lehendakari no nacionalista vasco pesa mucho en los círculos de Madrid. También creen que trajo la paz, porque su mandato coincidió con el cese definitivo de ETA. Después de las elecciones generales de 2015, se convirtió en presidente del Congreso, aunque su desempeño fue fugaz porque no hubo investidura y se repitieron los comicios. Cuando estalló la crisis del PSOE, se especuló con que diera el paso al frente como tercera vía, y finalmente lo hizo.

La situación en el Senado es diferente. Su portavoz Vicente Álvarez Areces no ha dimitido y podrá continuar con su labor hasta el 39 Congreso de los días 16, 17 y 18 de junio. La marcha del secretario general del grupo del Congreso, Miguel Ángel Heredia, está cantada por su cercanía a Díaz y la polémica por sus palabras gruesas sobre Margarita Robles. Los sanchistas pidieron su dimisión.