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Arkaitz Carracedo: “La investigación que se hace es con vista, pero no con visión de futuro”

Carracedo, fichado por Ikerbasque en CIC BioGune, fue receptor de una beca que le acredita como un investigador de referencia en Europa para el cáncer

Arkaitz Carracedo: “La investigación que se hace es con vista, pero no con visión de futuro”Jose Mari Martínez

Una entrevista de Concha Lago

Fotografía de José Mari Martínez

Bilbao - Estuvo diez años fuera y regresó a Euskadi a investigar.

-Sí, estuve seis años en Madrid y luego cuatro en Estados Unidos. Volví a Euskadi con una oferta para crear mi propio grupo en CIC BioGune que luego vino acompañado por un contrato Ramón y Cajal, y a los seis meses un contrato de profesor Ikerbasque.

¿A qué nivel sitúa la investigación en la CAV?

-Tenemos algunas características genuinas. Una es el programa Ikerbasque, una estrategia de financiación del Gobierno vasco que ha sido independiente de los colores políticos. Eso es un sello de calidad. También el desarrollo de los CIC, de los BIO... ha habido iniciativas para alimentar una investigación que era casi inexistente hace 25 años. Aquí, hoy en día, la investigación tiene nombre y apellido y esa es la buena dirección.

Suele decir que en España también existe investigación de primer nivel, a pesar del sistema.

-Sí, hay investigación de excelencia, puntera a nivel internacional, a pesar del sistema. Hay gente que despunta porque es brillante, pero el sistema no lo favorece. El sistema es conservador y cortoplacista. A mí me gusta decir que no es una investigación con visión, sino con vista.

¿A qué se refiere?

-Quien propuso poner el Guggenheim en Bilbao no fue una persona con vista, fue una persona con visión. Una persona con vista decía entonces que no era oportuno. En la investigación ahora hay vista, pero hay pocas actividades con visión de futuro. Ikerbasque hace un programa que dice este año nos va a costar equis, el año que viene tanto, el siguiente cuanto... pero ese dinero prepara el terreno para que la investigación en Euskadi sea de excelencia.

¿Hay que buscarse mucho la vida para conseguir financiación y poder investigar?

-Hay que buscarse la vida totalmente. Los modelos de financiación a nivel estatal son muy limitados y fluctuantes. Y para hacer investigación competitiva no sirve con lo que podamos conseguir con las convocatorias clásicas a nivel estatal o regional. Tenemos que ir a convocatorias internacionales, a fundaciones y a empresas. La búsqueda de dinero es continua y mantenernos a flote absorbe mucho tiempo.

En 2013, la UE le concedió una beca de 1,5 millones de euros para un estudio que analizaba la relación entre el cáncer y la nutrición.

-Sí, ese fue el punto de inflexión en el laboratorio. El conseguir una financiación europea de excelencia que nos permitía tener una tranquilidad para desarrollar proyectos ambiciosos para un periodo que es más largo que lo que se suele financiar a nivel internacional, ya que son cinco años. Nos permitió cambiar la manera en que hacíamos la investigación y nos dio tranquilidad, pero hemos seguido buscando dinero porque siempre hay otros proyectos que necesitan cobertura.

¿Han llegado ya a alguna conclusión en ese estudio de la relación entre alimentación y cáncer?

-Sí. Hemos descubierto cómo la nutrición de las células del cáncer es fundamental para que las células puedan crear metástasis. Queremos hacer un desarrollo mayor para ver si podemos usar fármacos que alteren estas vías de alimentación que tienen, o si podemos predecir qué tipos de cáncer van a ser más agresivos en base a ese condicionante de la nutrición. Estamos hablando siempre de la alimentación de las células.

Eso de que la obesidad es un factor de riego para la aparición del cáncer, ¿está demostrado?

-Sí, es algo ya contrastado. Eso se sabe y nosotros en el laboratorio estamos trabajando en el por qué. Y lo estamos trabajando a nivel sistémico, a nivel de nuestro organismo, y también a nivel de cómo se alimenta esa célula que tiene cáncer. Corremos el riesgo de que la gente tenga sentimiento de culpa cuando padece un cáncer y crea que ha hecho algo mal. El desencadenante del cáncer es la acumulación de errores en nuestras células y esos errores suceden al azar y son más probables cuanto más vivamos porque las células se tienen que dividir más veces. Y luego están los factores de riesgo, es decir tenemos un número de papeletas para padecer un tumor.

Que aumentan si...

-Esas probabilidades pueden aumentar si estamos expuestos a sustancias como el tabaco y al alcohol, a las carnes procesadas, aunque ese riesgo es muy pequeño, a los alimentos fritos a altas temperaturas, o a elementos nocivos como el amianto. Y luego en un porcentaje pequeño de casos el cáncer es hereditario, es decir, tenemos alguna alteración heredada de nuestros padres, que nos hace más vulnerables.

¿Qué opina de las alarmas de la OMS que vinculan el consumo de carne procesada a la posibilidad de padecer cáncer de colon?

-Es que la comunicación en investigación y cómo informamos al respecto es un sistema de picos en el que se cuenta algo en un momento dado, se sobredimensiona y luego eso desaparece. A la gente solo le queda un pulso de información, algo momentáneo y un titular que debe generar impacto. Nos falta una divulgación en investigación que sea continua y que la gente entienda de lo que hablamos.

En agosto leíamos una noticia que decía que se vislumbra una cura para el cáncer de mama más agresivo.

-A eso me refiero. Y es que no hay nada más peligroso que generar esperanza y luego frustración. En realidad esa noticia hablaba de que tenemos más información para entender mejor el cáncer de mama más agresivo, para entender, en definitiva, mejor al enemigo. Lo que hacemos es ordenar las piezas del puzle sin poder aún completarlo. Yo suelo decir que los científicos estamos fracasando constantemente porque para la sociedad el cáncer se ha curado 35 veces este año ya que eso es lo que han oído o lo que han leído. Pero tenemos que ser muy divulgativos y que la comunicación a la sociedad sea una constante.