Iruñea - Las elecciones del domingo han dejado a Geroa Bai como segunda fuerza política y a Uxue Barkos en las puertas del Palacio de Navarra. La candidata apuesta por garantizar una mayoría de 26 parlamentarios que incluya a EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra (I-E), pero no descarta incorporar también al PSN. “Depende de ellos; la puerta la van a tener abierta siempre”, explica la líder de Geroa Bai, que hoy comienza con I-E las conversaciones en busca de una alianza que aporte estabilidad del próximo gobierno.
¿Qué lectura hace de las elecciones?
-Ha habido una impulso claro de la sociedad navarra por otra forma de hacer las cosas. 200.000 personas votaron por un cambio, el doble de quienes lo hicieron por seguir como hasta ahora. Es evidente que el discurso del miedo no ha cuajado y se ha impuesto la realidad de la Navarra plural. Ahora nos toca hacer realidad ese cambio integral con un gobierno que sea para todos los navarros.
¿Cómo debe ser ese cambio?
-Tenemos un mandato claro. El cambio debe ser social, que refuerce y recupere el tejido que se ha perdido por culpa de las políticas de austeridad y solo austeridad. Y es también un mensaje que pide superar la fractura en las que hemos vivido durante todo este tiempo en Navarra, y que no han servido para nada.
UPN sigue siendo la primera fuerza en la comunidad.
-Es verdad, pero ya no representa la hegemonía de esta sociedad. Estamos ante un Parlamento muy plural que debemos saber gestionar. Ese es el reto que tenemos que encarar ahora.
¿Se marca usted plazos para la investidura?
-De momento, no. Debemos actuar sin prisa, dándonos tiempo para hacer las cosas bien. Pero sin perder el tiempo. Navarra necesita un gobierno estable y sereno lo antes posible. Ya hemos mantenido los primeros contactos y ahora nos vamos a empezar a reunir.
¿Cómo han sido esas primeras conversaciones?
-Gratas y normales. De lógica cordialidad, sin profundizar. Básicamente ha sido reconocer que el trabajo ha de ser muy ágil y que la base para el acuerdo ha de ser programática.
Los contactos comienzan con Izquierda-Ezkerra. ¿Qué planteará?
-De momento tenemos que establecer una agenda de trabajo. Recoger las impresiones del resto de grupos, en especial la de quienes comparten la necesidad de un cambio. Debe ser una primera toma de contacto personal, que creo que es importante. Y lo haremos con todos partidos, no solo con aquellos llamados al cambio.
¿También con UPN?
-Nuestra vocación es clara. Queremos construir un gobierno integrador. Por eso es importante una ronda de normalidad, de conversación, de palabra. También con UPN. En el futuro habrá temas en los que deberemos ponernos de acuerdo.
¿Por ejemplo?
-La defensa del autogobierno y otras cuestiones de especial interés social.
¿Es optimista de cara a este proceso negociador?
-Sí, aunque también soy prudente. Hay una amplia mayoría para hacer un cambio sólido y hacer las cosas bien. Pero hay que atarlo. Confío en que todos seremos inteligentes y responsables. La sociedad nos lo exige y no perdonaría que perdiéramos esta oportunidad.
¿Lo primero es el programa?
-Sí, sin duda. Además, creo que en eso estamos todos de acuerdo.
¿La base es el programa de Geroa Bai?
-Claro que no. Tendremos que confrontar los programas, enriquecerlos con aportaciones mutuas y buscar ese mínimo común asumible por todos. A eso luego habrá que darle forma legislativa en el Parlamento.
¿Es suficiente un acuerdo de mínimos que garantice la investidura?
-No, no. Mi ambición es la de un acuerdo programático para toda la legislatura, que sea lo más amplio posible, y que recoja el compromiso y la responsabilidad de todos los grupos. Sería un error apostar por salir del paso sin fijar un buen programa. Creo que estamos todos de acuerdo.
¿Cuáles deben ser las prioridades?
-Al menos deberá dibujar lo que serán los primeros presupuestos, fijar medidas urgentes para hacer frente al desempleo y ayudar a las empresas. También habrá que avanzar en la reforma fiscal, reforzar el músculo del bienestar social y dar respuesta a los problemas más urgentes de la sanidad y la educación; reequilibrar la pluralidad de la sociedad y desarrollar la última reforma de la ley del euskera, y habilitar mecanismos para contar con la Función Pública. Todo lo que seamos capaces de concretar.
No parece fácil.
-Hay trabajo que hacer, pero lo podemos hacer más o menos rápido si lo encaramos de manera ordenada y con un planteamiento riguroso en busca de ese mínimo común denominador. Eso nos permitirá echar a andar y fijar los acuerdos que doten de estabilidad al gobierno, sabiendo que hay una mayoría parlamentaria que nos permitirá seguir trabajando en el futuro.
¿Va a ser un gobierno de izquierdas?
-Lógicamente va a tener un marcado tono de izquierdas. Un gobierno que, desde un punto de vista progresista, mire a los intereses generales de todos los navarros pensando en el interés general, y que sea capaz de dar respuestas a los problemas ciudadanos.
¿Con qué partidos piensa gobernar?
-Lo principal es lograr una mayoría parlamentaria sólida y estable. Y que sea lo más amplia posible. Eso pasa por garantizar por lo menos los 26 escaños. Pero si logramos sumar 33, mejor.
¿Cree posible unir a EH Bildu y el PSN en torno a un mismo proyecto de gobierno?
-El domingo 200.000 ciudadanos votaron por un cambio y eso han sido 33 escaños. Sentémonos todos a hablar. Por parte de Geroa Bai la puerta para el acuerdo va a estar abierta para todos los partidos. Estamos dispuestos a hablar con todas las siglas que quieran escuchar a sus votantes. Sin excluir a nadie, sería un error.
¿Y ve al PSN en ese escenario?
-Es verdad que la historia reciente nos hace ser muy exigentes con la dirección del PSN. Pero tengo un respeto muy profundo a sus votantes, que también quieren un cambio. Así que la puerta estará abierta siempre. Será responsabilidad del PSN decidir si suma por el cambio o no.
El problema es que el PSN exige la exclusión de EH Bildu.
-Lo que no podemos hacer es fiar el cambio a los vetos mutuos entre el PSN y EH Bildu. Nosotros vamos a intentar ponerlos de acuerdo a todos, también a Podemos e Izquierda-Ezkerra, en torno a un programa común. Luego que cada uno tome sus propias decisiones.
El PSN se mostró el lunes dispuesto a participar en el cambio, pero criticó que este pueda estar “hegemonizado” por partidos nacionalistas. ¿Qué le parece?
-El gobierno será el de todos los navarros. Lo hemos dicho en campaña y lo subrayamos ahora. Hay que superar de una vez esa Navarra fracturada en dos. Esa va a ser una prioridad del gobierno y es además un compromiso personal. Que nadie tenga duda. Invocaciones como la del PSN son un error y no haber entendido nada de lo que han dicho los ciudadanos.
¿Está dispuesta a integrar a EH Bildu en el Gobierno, como reclamó Adolfo Araiz?
-Vamos a hablar y vamos a ver cuál es la mejor de las fórmulas. Todo está abierto. Pero primero debemos tejer un acuerdo programático, lo más amplio posible, que garantice una mayoría parlamentaria sólida. Es lo prioritario. Luego, miraremos cómo hacemos el gobierno.
¿Usted qué fórmula prefiere?
-Creo que es fundamental que el gobierno sea estable y para eso no debe verse afectado por las legítimas diferencias y vaivenes partidistas. Es normal que cada partido reivindique su propia personalidad política. Lo debe hacer además en defensa de las posiciones de quienes les votaron. Pero eso no puede afectar a las estabilidad interna del gobierno.
¿Descarta entonces un gobierno de coalición?
-No lo descarto. Pero tampoco veo un gobierno repartido por cuotas en el que cada consejero tiene su primera obligación con el partido que lo ha nombrado. Ese no puede ser el gobierno que traiga el cambio a Navarra.
¿Cómo lo va a plantear entonces?
-Prefiero hablarlo primero con cada partido. Pero las fórmulas no se agotan en las formas de la vieja política, con reparto de consejerías a modo de porcentaje, en la que cada consejero termina buscando su propio perfil enmarañando la acción de gobierno. Eso no puede ser. Hay otras maneras de hacer un gobierno de cambio fortalecido y muy capaz.
Pero es normal que cada partido quiera sentirse reflejado dentro del gobierno.
-No digo que Geroa Bai vaya a asumir todo el protagonismo, pero sí evitar un reparto de sillones. A partir de ahí, vamos a explorar fórmulas que garanticen la estabilidad interna y que permitan que cada partido se sienta reflejado, de una forma u otra, en la composición de ese gobierno. Pero un reparto de sillones no puede poner en peligro la posibilidad de un gobierno de cambio. Eso debe quedar claro.
¿No hay riesgo de que sea un gobierno débil?
-Un gobierno débil es aquel que no puede articular acuerdos mayoritarios en el Parlamento. Por eso la urgencia es un pacto programático que aporte estabilidad. El problema de UPN no es que se quedara en minoría, sino que ha sido incapaz tejer acuerdos y de lograr una mayoría parlamentaria.
Es un equilibrio difícil.
-Sí, por eso es importante fijar ahora una fórmula de trabajo que nos permita hacer posible el cambio, que facilite el funcionamiento del gobierno y a la vez respete la pluralidad política de quienes lo apoyan. Tenemos que actuar con responsabilidad, con generosidad y con mucha inteligencia. Ese es nuestro reto y obligación. Hacer realidad el cambio y hacerlo duradero para más de cuatro años. Si no lo conseguimos, habremos fracasado.
¿Qué van a hacer en Iruñea?
-Es a Joseba Asirón a quien le corresponde definir su propuesta, y vamos a hablar con EH Bildu. Pero no vamos a obstaculizar el cambio, de ninguna manera.
¿Van a poner condiciones?
-De entrada, ninguna. Escucharemos cuál es su propuesta de gobierno municipal y buscaremos los mínimos denominadores. No puede ser un gobierno de imposiciones, que haga lo mismo que UPN pero de otro color. Confío en que Asirón planteará un cambio que sea integrador y mire al interés general. Ahí nos encontrarán.
¿Y en el resto de ayuntamientos?
-No vamos a obstaculizar el cambio en ningún sitio. Apoyaremos la primera lista que apueste por un cambio en los lugares donde sea posible. Pero tampoco será un cheque en blanco.