Bilbao - El rey español, Felipe VI, anunció hace semanas que activaría una ronda de contactos con los presidentes autonómicos para darse a conocer tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I, pero desde distintos ámbitos se ha puntualizado que podría ir para largo por las dificultades para cuadrar agendas. De momento, se ha entrevistado con el presidente madrileño, Ignacio González. Sin embargo, no hay fecha para su encuentro con el lehendakari, Iñigo Urkullu, tal y como reconocen fuentes del Gobierno vasco a DEIA. El PNV ha lamentado la falta de transparencia y los escándalos que han salpicado a la Casa Real, y toma distancias con esta institución y con el debate entre monarquía y república porque le preocupa bastante más la discusión del autogobierno vasco, pero ha considerado que, ya que existe la realeza, al menos debería cumplir la función que le otorga la Constitución española en su artículo 56.1: arbitrar y moderar el funcionamiento de las instituciones. Para el Gobierno vasco, resulta evidente que el modelo autonómico ha entrado en crisis, y reclama al rey español un compromiso con el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado y la singularidad vasca. Aunque aún no tengan cita, el rey español viajará a Euskadi pasado mañana, si bien no podrá ver a Urkullu, de viaje institucional en México.

El rey Felipe VI se encargará de clausurar el viernes en Bilbao el III Congreso Nacional de Directivos, un acto organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección. Las jornadas de celebrarán en el Palacio Euskalduna y arrancarán mañana. El encuentro tendrá un marcado carácter económico, y en él se abordarán los retos de la industria y la innovación. Fuentes del Gobierno vasco explican que al acto acudirá su portavoz, Josu Erkoreka, porque también ha sido invitado por la organización del evento, y no porque pretenda aprovechar la visita del rey para trasladarle los planteamientos del Ejecutivo. Las mismas fuentes aseguran no tener constancia de si el monarca permanecerá más días en Euskadi para abrir contactos, así que todo apunta a que su primer viaje a suelo vasco tras su proclamación no tendrá demasiado impacto.

Desde que fuera coronado, Felipe VI ha acudido a Catalunya -pronunció parte de su discurso en catalán, pero pasó de puntillas por el proceso soberanista apostando por encauzar las “legítimas aspiraciones” en un ambiente de lealtad y colaboración-, y a Nafarroa, donde levantó ampollas en algunos círculos al referirse a la comunidad foral como “uno de los solares originarios de nuestra patria española”. En su discurso de proclamación, no apostó por abrir el debate del modelo territorial, solo se refirió desde un punto de vista folclórico a la diversidad, y dejó en agua de borrajas las expectativas de quienes pensaban que abriría una segunda transición.