BILBAO - Huérfana de contenido la propuesta, puesto que todavía responde solamente a un planteamiento del Ejecutivo español, dispuesto eso sí a hacerla efectiva transcurrido el verano; Mikel Badiola González, letrado y profesor en Derecho Administrativo de la Universidad de Deusto, advierte de las consecuencias que tendría su plasmación, dado que se ocasionaría un déficit en el actual juego democrático de mayorías sustentado en el pluralismo.
¿Se respetaría la proporcionalidad recogida en la Constitución?
-La reforma se halla en la órbita del llamado sistema mayoritario, que solo tiene en cuenta la lista más votada, sin ninguna referencia a la proporcionalidad derivada de las diferentes opciones políticas. Este anuncio viene a decir que lo más democrático es que la alcaldía pertenezca a la alcaldía más votada, pero ello no es cierto, pues el resto de los grupos pueden conformar la mayoría, lo que supone una mayor representatividad ciudadana.
¿Fractura la cultura del consenso?
-Esta modificación se situaría en contra del pluralismo político, que es uno de los valores superiores del ordenamiento jurídico, según el artículo 1.1 de la Constitución. Este precepto no es una norma cualquiera, ni siquiera dentro de la Carta Magna, sino uno de los pilares esenciales del actual sistema constitucional, que inspira y vertebra todo el escenario público de nuestra sociedad. Impediría el juego democrático de las diferentes formaciones políticas en la elección de alcaldías y, de este modo, eliminaría esa cultura del consenso, que es un elemento inherente a dicho juego democrático.
¿Con qué intenciones cree que se ha puesto sobre la mesa?
-Habría que preguntarle al autor de ese anuncio de reforma acerca de cuáles han sido sus verdaderas intenciones. No obstante, teniendo en cuenta que en el mundo político no se da puntada sin hilo, probablemente estarán muy presentes los intereses electorales. Lo que parece evidente es que se ha realizado ese anuncio de un modo totalmente frívolo, dado que un tema tan importante, que afecta a una parte relevante del sector público, como es la administración municipal, debería haber venido acompañado o precedido de un estudio riguroso sobre todos los aspectos implicados en esa pretendida reforma, y no consta.
¿Distorsionaría el modelo representativo español?
-El presidente del Gobierno español es elegido por mayoría en el Congreso de los Diputados y no por pertenecer a la lista más votada. Y los presidentes de los gobiernos de las comunidades autónomas también lo son por sus respectivos parlamentos. Por eso, la pretendida atribución de las alcaldías a quien directamente haya sido más votado es una excepción en el sistema público vigente y, por lo tanto, constituye un elemento de distorsión en el mismo.
Resulta evidente que garantizaría el gobierno, pero no la gobernabilidad. Por ejemplo, en una aprobación presupuestaria.
-Hoy en día las relaciones entre las alcaldías y los plenos de los ayuntamientos, compuestos por el alcalde y todos los concejales, están basadas en el principio democrático de las mayorías. La introducción de esa modificación trastoca completamente ese principio, sin que el anuncio de la reforma haya dicho nada sobre ello.
Se introduce un elemento presidencialista en un sistema parlamentarista. ¿No conduciría esto más que a un bloqueo?
-En un sistema parlamentario, los gobiernos y su presidente responden políticamente frente a las respectivas instituciones parlamentarias representativas de la ciudadanía y sus relaciones se basan en el principio de las mayorías. El presidente es elegido por mayoría parlamentaria. En un sistema presidencialista la elección del presidente queda fuera de la mayoría parlamentaria, pero ésta es necesaria para la adopción de muchas decisiones que se adoptan en el día a día. La entrega de las alcaldías a la lista más votada supone adaptar para ellas el sistema presidencialista, lo que implica un cambio sustancial. Sin embargo, nada se ha dicho sobre cuál sería el sistema de relaciones con los órganos plenarios en los que están todos los concejales, que son los representantes de la ciudadanía. Y tampoco se ha hecho mención alguna a cuál puede ser la situación en el supuesto de una discrepancia entre las alcaldías y los plenos.
Sin una propuesta concreta más allá de la formulación del presidente Rajoy; de germinar un sistema de elección a dos vueltas, ¿no estaríamos favoreciendo más la abstención?
-En muchos municipios se podría prever de antemano cuál sería la lista más votada, lo que conduciría a una falta de interés por parte del ciudadano en la votación, es decir, el motor de la abstención.
Uno de los argumentos esgrimidos por el Ejecutivo del PP para sacarla adelante es que esta medida serviría para luchar contra la lacra de la corrupción.
-La corrupción municipal es un aspecto independiente de cuál sea el sistema de elección de alcaldías.