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El rey deja de ser árbitro y censura las "quimeras" independentistas

Dice que no son tiempos "para perseguir quimeras" y "alentar disensiones"

El rey deja de ser árbitro y censura las "quimeras" independentistasefe

Bilbao. Según el artículo 56.1 de la Constitución española, el monarca "arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones" y "asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales". Precisamente porque la Carta Magna atribuye al rey esa condición de árbitro, se terminó asumiendo que su papel en el debate político estatal había de ser siempre neutral. Sin embargo, esa convención pudo saltar ayer por los aires después de que Juan Carlos I publicara una carta en la nueva página de internet de la Casa Real que fue interpretada como un aviso en toda regla para los independentistas catalanes o el propio Govern. La catarata de reacciones no se hizo esperar. El monarca español, que limita sus comunicaciones institucionales a actos protocolarios o a sus mensajes navideños, sorprendió al descolgarse con una carta publicada ex profeso para pedir unidad a la clase política, aunque sin referirse en ningún momento a Catalunya.

La polémica estalló cuando Juan Carlos I colgó una misiva en la que mostraba su preocupación por la crisis, y apostaba por remar todos en la misma dirección: "En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas. No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia". Fuentes de la Casa Real rechazaron interpretar el texto solo en relación a Catalunya sino también, y a partes iguales, como un llamamiento a la paz social.

El portavoz del Govern Francesc Homs no tardó en salir al paso para asegurar que la Generalitat no se da por "aludida" porque aporta "soluciones" y no quimeras, y avisó de que el territorio "no renunciará a su condición de nación ni a su derecho a decidir". ERC bautizó al rey como Juan Carlos No Doy Una, y lamentó que "dispare una vez más a diestro y siniestro"; el diputado de IU Gaspar Llamazares dijo que "tenemos más de una neurona y podemos solucionar también otros problemas" además de la crisis; y el portavoz del PNV en el Congreso Josu Erkoreka lamentó que Juan Carlos I no tuviera en cuenta el pluralismo. El PP vio "muy acertada" la reflexión del monarca.