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Deskarga: querer y no poder

La sociedad Aranzadi no encuentra los restos de siete posibles fusilados en 1936

Deskarga: querer y no poder

antzuola

LA última oportunidad para exhumar los restos de fusilados en la Guerra Civil en un paraje de Antzuola no ha dado frutos humanos. La Sociedad Aranzadi ha hallado en este tramo del puerto de Deskarga una medalla cristiana y una moneda en el lugar acotado por un testigo que recordaba la zona donde se dio tierra, se cree, a siete personas asesinadas con balas por requetés. Este hallazgo hace pensar que pudieran estar cerca, pero no queda tiempo.

La delimitación detallada por Juan Iturbe, de Antzuola, se ha visto empañada por dificultades añadidas, como son las máquinas metidas en su día por doble reforestación de pinos, el paso de un arroyo, y otros intentos particulares anteriores para dar con los cuerpos de unos fallecidos cuyas familias quieren enterrar, por fin, con dignidad.

A pie de la carretera de Deskarga, los restos humanos deben permanecer en algún lugar cercano, pero hay una cuenta atrás. La actuación de Aranzadi impulsada por familiares y la asociación Intxorta 1937 se ha justificado por las obras de ejecución del último tramo del corredor Beasain-Durango. La autovía echará más tierra sobre aquellos fusilamientos. Desde Aranzadi estiman "difícil" que con las obras aparezcan restos humanos. Sí han aparecido una medalla de una virgen con un niño y una moneda de Alfonso XIII, que técnicos y el presidente de la sociedad de ciencias personados en el lugar consideran en curso en 1936. A la prospección también se acercó Juan María Ormazabal. Este vecino de Urretxu aseguró que, cuando era niño, a diez metros de la carretera había una cruz oscura, como de madera, pintada de negro. Coincidía así con la memoria de Juan Iturbe. El último intento ha sido un querer y no poder.

"No existen los detectores de huesos humanos, como los de metales, pero seguro que los están estudiando", valoró a DEIA el técnico de Aranzadi, Jimi Jiménez. También lo lamentaron los incansables miembros de Intxorta 1937 Josuren Murgizu y Juan Ramón Garai, quienes transmiten a conciencia lo ocurrido. En Debagoiena, solo entre los meses de septiembre y noviembre de 1936, cientos de personas civiles fueron detenidas. De ellas 65 fueron fusiladas, entre las que se encontraban seis mujeres y cuatro curas. La mayoría eran empleados y baserritarras.

El 21 de septiembre, los afectos a los sublevados españoles tomaron An-tzuola. Al día siguiente, Bergara y Soraluze. Los asaltantes fueron dos grupos de la columna del Teniente Coronel Los Arcos: el grupo del Capitán Tejero, compuesto por seis compañías del Regimiento América, fue a Bergara, y el grupo del Comandante Perez Salas se encaminó a Soraluze, con cuatro compañías del Tercio Montejurra y dos del octavo Batallón de Montaña.

POSIBLES ENTERRADOS Al mediodía del día 22, un joven conductor de un taxi entró en Bergara portando una bandera roja cuando el pueblo estaba ya en manos rebeldes. Fue detenido en un control. Los requetés le trataron de fusilar en el frontón de Altos Hornos de la Unión Cerrajera, pero sobrevivió a las heridas y se arrastró hasta un caserío. Al día siguiente, avisados los sublevados, fueron a por él y le trasladaron en su propio coche ya confiscado a Deskarga, donde se cree fue enterrado.

El segundo desaparecido fue Gregorio Larrañaga Aranzabal, de Angiozar. Fue detenido y trasladado a la cárcel de Bergara. De allí le llevaron a un lugar desconocido. Gregorio avisó de que supuestamente sería la cárcel de Iruñea. Los encargados de su conducción pertenecían a las fuerzas voluntarias del Coronel Don José Los Arcos Fernández. Se pierde su rastro. El 20 de octubre, el Tercio Montejurra detuvo a siete civiles en Osintxu: Ambrosio Agirre, Jose Garaikoetxea, Ricardo Zangitu y Rufino Akizu, Tomás e Idelfonso Iñarra y Felipe Garmendia. Un cacique liberó a Garmendia y Ambrosio escapó del fusilamiento de los otros seis. Los familiares les sitúan en Deskarga.