CUANDO el 19 de junio de 2009 aparecía en la prensa el currículum de Patxi Arratibel, pocos sabían que él iba a ser el hombre fuerte de EITB. Alberto Surio, con los debidos parabienes de PSE y PP, le nombró director de Relaciones Exteriores y Estrategia del grupo. Desde entonces, el director general no se mueve sin que Arratibel esté a su lado. Es quien dirige en la sombra los consejos de administración. Dicen que también es el responsable máximo del Plan Estratégico que hoy se presenta y quien saca a Surio de más de un apuro cuando se le requiere información y "se pone nervioso". También es quien administra las entrevistas que los directivos de la casa conceden desde septiembre a los medios de comunicación. Algunas fuentes señalan que no se celebra ninguna reunión de importancia sin que él esté presente.
Quienes le conocieron en su etapa de estudiante de periodismo en la Universidad de Navarra, dirigida por el Opus Dei, aseguran que pisaba fuerte por los pasillos de este centro. "Allí pesaba más su segundo apellido, Suquía. Era el sobrino de monseñor y eso le daba cierto poderío", dice un compañero que coincidió con él en esa etapa. Terminada la carrera, su primer trabajo fue en Radio Euskadi. Pasó por la corresponsalía de El Diario Vasco en Iruñea y fue director de comunicación de José Ramón Recalde en la Consejería de Justicia. Hay quien atribuye a su amistad con Isabel Celaá su designación como jefe de servicio en el Gobierno vasco. Tras pedir una excedencia, montó una empresa de comunicación en Donostia, Signos de Identidad.
"Es una persona muy hábil para moverse en círculos de poder. Es listo, correcto y guarda las distancias. Se mueve muy sigilosamente. Allí donde está el poder está Arratibel, pero se le nota poco", aseguran las mismas fuentes. Mientras algunos le señalan como un individuo brillante pero discreto, ex compañeros le tachan de "mediocre habilidoso". "Tiene su puesto de trabajo tanto en la sede Bilbao como en Miramon. Entre las empresas de comunicación surgen dudas de su actual relación con sus antiguos clientes", dicen. Hoy, con mucha discreción y pisando fuerte, dicen que es quien manda en EITB. El amo y señor.