en todos los divorcios siempre hay "víctimas colaterales": los hijos, la familia, las amistades... aquellos con los que se compartía el día a día en casa, en la calle o en el Alkartetxe. Los 25 miembros de la asociación cultural Urtxalle, cuya sede social está desde su fundación hace nueve años en el Alkartetxe de Oiartzun, lo saben muy bien. Algunos de éstos siguen siendo afiliados de EA, otros se dieron de baja y se pasaron a Hamaikabat (H1!), y otros dijeron adiós hace tiempo a las siglas o están todavía deshojando la margarita. Lo cierto es que todos compartían la sede de EA en Oiartzun hasta que llegó la escisión y la Ejecutiva Nacional ha comenzado a reservarse el derecho de admisión en sus 80 alkartetxes, la mitad ubicados en Gipuzkoa, permitiendo únicamente el uso de los locales a sus afiliados.
Esta decisión ha generado los primeros conflictos hasta el punto de que EA ha interpuesto dos denuncias, una en la Ertzaintza y otra en el Juzgado de Bergara, contra los "desconocidos que asaltaron", en palabras de la secretaria de Comunicación de EA, Ikerne Badiola, las sedes de Oiartzun y Legazpi.
En el caso de Oiartzun, donde se vivieron incluso momentos de tensión el pasado viernes, día 13, los "desconocidos" que entraron "por la fuerza" en el Alkartetxe eran una docena de usuarios, los mismos miembros de la citada asociación cultural. Inaxio Oyarzabal -antiguo afiliado de EA que se dio de baja antes de la escisión- era uno de ellos y aseguró ayer a este periódico que entraron "pacíficamente" en el local después de que un cerrajero les abriera la puerta.
El pasado 20 de agosto la Ejecutiva Nacional de EA cambió la cerradura de su sede de Oiartzun y entregó la nueva llave a los afiliados de EA, en tanto que se trata de locales de su titularidad, un hecho que no niegan ni afiliados, ni ex afiliados. Pero las "víctimas colaterales" de este divorcio político sí reclaman su derecho a utilizar, en este caso, el Alkartetxe de Oiartzun tras pagar durante nueve años los gastos de luz, teléfono y todos los impuestos municipales. "No tenemos un contrato firmado con la Ejecutiva de EA; se trata de un compromiso verbal de muchos años que el propietario pone fin de forma unilateral y echa a la calle a los inquilinos", denuncia Oyarzabal.
Según defendió Badiola, en el caso concreto de Oiartzun, existe un documento firmado por el propio ex secretario general de EA Joseba Azkarraga, en el que se expresa la negativa del partido a ceder el uso del local a cualquier sociedad.
Oyarzabal relató que la Ejecutiva de EA cambió la cerradura del local sin previo aviso y tras intentar sin éxito ponerse en contacto con el partido, "hemos intentado durante tres meses negociar y nos han dado largas", decidieron llamar a un cerrajero. Ya en el interior del alkartetxe, recogieron sus objetos personales y no dudaron en sentarse a jugar una partida de cartas y cenar.
Badiola explicó a este diario que la dirección del partido, al tener constancia de estos hechos, llamó a la Er-tzaintza y varios agentes se personaron en el alkartetxe de Oiartzun para desalojarlo e identificaron a lospresentes. Hacia las tres de la madrugada el alkartetxe se cerró, pero con otra nueva cerradura que cambiaron los representantes de la Ejecutiva Nacional de EA.
Oyarzabal insinuó ayer que esta "injusta" situación responde a los deseos de "venganza" de EA tras la escisión. En este sentido, recordó que la mayoría de los afiliados de EA en Oiartzun se dieron de baja y se sumaron al proyecto de Hamaikabat, saliendo además elegido como portavoz de esa formación el que fuera alcalde de la localidad, Martin Beramendi.
Una situación similar a la de Oiartzun se ha producido también en el alkartetxe de Legazpi. Hace una semana, varios usuarios entraron y cambiaron la nueva cerradura que había colocado la Ejecutiva de EA. Ante esta nueva "usurpación" no dudó en interponer una demanda en el Juzgado de Bergara, explicó Badiola.