Araíz de la tragedia ocurrida en Zorrotza, un incendio que ha costado la vida a cuatro seres humanos, apareció “en las televisiones” Piru, un individuo representante, según él, del barrio sembrando la duda (o la culpa) en una de ellas en el PNV y el Guggenheim? Bildu y las dos marcas de Podemos en el Ayuntamiento de Bilbao, como no podía ser de otra forma, han visto carroña para alimentar la demagogia. Seguramente, los más que convincentes argumentos (y gestiones realizadas) por la alcaldía bilbaina no importaban: Piru y los demagogos ya saben que el responsable de la muerte de cuatro personas en Zorrotza es el PNV. Y punto.
Y lo del urbanismo en zonas degradadas no es solo cuestión de Bilbao. Ahí estaban los okupas de Errekaleor (“estudiantes” y “familias”) que viven “de gorra a costa” de los gasteiztarrak. Quieren poner en práctica nuevas experiencias, eso sí, a costa de todos. Además, ahí está la amuma Juanita que, ahora, con los okupas cerca, está más arropada. Mientras tanto, el alcalde quiere, con el derribo de estos edificios en mal estado e instalaciones peligrosas, ampliar el cinturón verde de Gasteiz, siguiendo el ejemplo de Azkuna en el caso de Bilbao. Los del apartado anterior que han visto que, aquí, bueno en Errekaleor, “hay tema” y han decidido que el Ayuntamiento no quiere hacer zonas verdes, sino “especular”. Esas cosas.
Las agresiones de tipo nazi (¡cómo recordaban a las de los años 30 en Alemania contra los judíos!) contra sedes del PNV dieron lugar a las correspondientes protestas por parte de las víctimas (los jeltzales). En el caso del asalto a la sede del Gipuzko Buru Batzar, el comando se había disfrazado con una especie de mono blanco y ocultaban su identidad con máscaras, al mejor estilo de Ku Klux Klan. Parece que no tenían lo que había que tener para hacerlo a cara descubierta. Sobre el atuendo, Laura Mintegi explicó que el grupete neonazi hacía lo mismo que la Ertzaintza. No se le ocurrieron otras profesiones que se tapan la cara como las de bomberos, pilotos de carreras, cirujanos, asaltantes de bancos? Comparaba al comando nazi con la Er-tzaintza y se quedó tan ancha.
Sobre este mismo asunto, uno de los análisis más agudos fue el del historiador tafallés Florencio Aoiz. Me recordaba mucho al comentario de uno de los requetés navarros que, en 1937, detuvo a mi tío el cura en Ermua y le pregunto a su compañero: “¿Pero la misa de estos vale o qué?”. A mi pobre tío, aquellos individuos le habían bajado del púlpito en plena misa. Pues bien, el agudo historiador argumenta sobre la protesta del PNV por el ataque neonazi a su sede que en realidad se quiere ocultar el pacto de los jeltzales con los corruptos del PP. Sería bueno que Aoiz se pronunciase sobre si la extorsión a la que empresarios y profesionales fueron sometidos es una forma de corrupción o no. El argumento tiene el mismo recorrido que la mula de la jota (la compró en Tafalla y se murió en Olite).
Es cierto que, en el caso de las basuras de Gipuzkoa, nadie habla de Garbitania, aquel chiringuito montado por Bildu, con sus contrataciones a dedo (Tribunal del Cuentas dixit) y sus canesús, y que, inexplicadamente, sigue activa. Y, mientras tanto, estamos esperando que se reconozca la “recaudación” del “impuesto revolucionario” como una forma (sangrienta en ocasiones) de corrupción.
Y el argumentario sigue. Parece, asimismo, siempre según la autodenominada izquierda abertzale que el haber pactado los presupuestos con el PP supone un obstáculo insalvable para el tránsito catalán a la independencia (claro que aquí no se habla de los casos de corrupción de Convergencia). Los de la autodenominada son de memoria frágil. En el proceso del Plan Ibarretxe, Esquerra Republicana de Catalunya no tuvo el menor empacho en respaldar los Presupuestos Generales del Estado.
Y como siempre hacen falta guindas, una publicación de EH Bildu en Getxo titula: “Derechos humanos a cambio de cemento”, tras el acuerdo presupuestario PNV-PP en ese municipio. Por “derechos humanos” entiende Bildu la subvención (de 40.000 euros) a los familiares de presos de ETA militar. Ni que decir tiene que, por un lado, Bildu podía haber respaldado estos mismos presupuestos (a los que no garantizaba su apoyo ni siquiera en el caso de que se hubiesen aceptado sus condiciones), consiguiendo que los familiares de presos de ETA recibiesen de forma colectiva esa subvención (hay ayudas para aquellas familias concretas con dificultades económicas). El PNV ha puesto por delante el interés de los getxotarrak que, en mayoría abrumadora y cuantificable, no tienen nada que ver con ETA militar, organización con la que los jeltzales de Getxo, de Lerín o de Apatamonasterio no tienen ni deuda ni obligación alguna.
Pero, hay que insistir, porque, a fin de cuentas, el toro que mató a Manolete no fue Islero, sino, como todo el mundo sabe, el PNV,