ESTÁN ahí, por todas partes. Sigilosamente se han introducido en nuestras casas, nuestros bosques, nuestros ecosistemas, nuestros ríos, nuestras vidas?. Poco a poco se han hecho comunes y actúan de una manera muy negativa. Son las especies exóticas invasoras.
Una especie exótica es aquella que se establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural que no forma parte de su área de distribución natural. Pero su carácter de invasora proviene de su proliferación, lo que causa daños al medio ambiente, a otras especies o a las actividades humanas y económicas.
Las especies exóticas invasoras son actualmente reconocidas como la segunda causa de pérdida de biodiversidad -tras la destrucción del hábitat- pudiendo a llegar a ser el factor más importante de desintegración ecológica. Así, a nivel mundial, el 39% de las extinciones conocidas de animales desde el año 1600 se han producido por la introducción de especies foráneas. En Europa, en 2014 se habían detectado 15.000 especies exóticas, incluyendo animales, plantas y microorganismos, de las que un 12% son dañinas para el medio natural. Según expertos, esto llegará a tener consecuencias en campos como el desarrollo económico y el sector sanitario. Sin duda, se trata de un problema realmente serio.
Las vías de entrada de una especie invasora son múltiples, ya sean intencionadas o accidentales (importación de especies para jardinería, turismo, compra como mascota, caza y pesca recreativa o cargamentos de mercancías). En todo caso, la normativa establece un listado de estas especies a distintos niveles: comunitario, estatal y autonómico y es importante no perder de vista los efectos que puede tener un acto aparentemente sin importancia.
Euskadi no es ajena a esta realidad. Este diario informó el 16 de enero de que la Diputación Foral de Bizkaia, a través de la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta, había expuesto ante la comisión correspondiente de Juntas Generales que la especie del visón europeo se encuentra en una situación “dramática” en este territorio y por ello se trabaja para extinguir del medio ambiente a su principal amenaza, el visón americano que en el caso de Euskadi, proviene de fugas o sueltas de animales criados en las granjas peleteras. La Diputación puso en marcha en 2014 un sistema de trampeo de los ejemplares de origen americano y paralelamente, se trabaja para impulsar la población de la especie autóctona, ya que en la actualidad quedan muy pocos individuos y con ese objetivo se mantiene un plan para no modificar los cauces y riberas de los ríos, su principal hábitat.
Por otra parte, nos encontramos con los galápagos alóctonos, que desde hace muchos años son especies muy demandadas por la población infantil como mascotas. Existen varias especies, siendo el más común el denominado galápago americano o de Florida (Trachemys scriota), de gran difusión en los hogares pero catalogados entre las cien especies invasoras más peligrosas del mundo. Los principales perjuicios causados por esta especie al ser introducida en el medio natural son la competencia por el espacio y el desplazamiento de galápagos autóctonos, la trasmisión de patógenos a la fauna y al ser humano y la alteración de los hábitats acuáticos debido a su gran voracidad. En Euskadi la presencia del galápago americano se ha citado por todo el territorio y todo tipo de masas de agua, naturales o artificiales: ríos (Ebro, Zadorra, Oria o Urola), embalses (Uribarri, Urkulu, Aixola...), estanques, balsas de riego o pozas. También se ha detectado en la reserva de la biosfera de Urdaibai y en el Parque Ecológico de Paiaundi...
Podríamos citar más especies invasoras, entre otras, el mejillón cebra, que es la especie animal que más pérdidas económicas provoca; el cangrejo rojo, que casi ha acabado con el cangrejo autóctono, y el Coipú o rata nutria, que es una especie extendida en la zona del Bidasoa tras huir de granjas. O el caso de las plantas invasoras, de las que se han catalogado hasta noventa especies en el País Vasco. Sin duda, con las especies invasoras nos encontramos con un grave problema y, en muchos casos, de difícil solución. ¿Qué se puede hacer? Hacen falta campañas de sensibilización proporcionando información sencilla y útil sobre las especies exóticas invasoras como ya se viene haciendo, aunque hay que realizarlas con más periodicidad, hace falta ejercer un control sobre dichas especies, y realizar campañas de erradicación investigando sobre los mejores métodos para ello, dado el escaso nivel de conocimientos alcanzado hasta la fecha en no pocos casos.
Por último, una recomendación a los poseedores de animales exóticos invasores en sus domicilios: si no desean seguir haciéndose cargo de sus mascotas, nunca se deshagan de ellas liberándolas en el medio natural, ya que pueden generar serios riesgos para la biodiversidad, trasmitir enfermedades, provocar accidentes de tráfico y otros daños.