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En campo contrario

LA divergencia entre los gobiernos catalán y español ha llegado finalmente a una batalla en campo contrario para el ejecutivo del Principat. El Govern, que se había resistido de entrada a tomar la decisión, se ha visto abocado por la pérdida de popularidad que se deriva de las colaboraciones con el gabinete Rajoy y el PP en el Congreso, por su voto coadyuvante a reducir el alcance de la comisión de investigación sobre las responsabilidades que se puedan derivar del caso Bankia, y a rechazar inicialmente la comparecencia del presidente del Consejo General del Poder Judicial, el Dívar de los viajes a cargo de la institución.

Los recortes decretados desde Madrid sobre Sanidad y Educación han culminado en sendos recursos de la Generalitat al Tribunal Constitucional (TC), después que el Consell Consultiu, órgano competente en el territorio para dictaminar el ajuste o no a la Carta Magna y el Estatut de los textos legales, informase que diversos artículos de los dos decretos son contrarios a las dos grandes normas, en el caso estatutario por invadir competencias de la Comunidad Autónoma.

Las presiones de la oposición, especialmente de los socios del anterior tripartito, unidas a los incumplimientos de pagos y compromisos por parte de la Administración del Estado, unidos a los recientes desplantes de la presidenta del PP en el Principat, Alicia Sánchez Camacho, acabaron por decidir al equipo Mas a presentar los recursos, sin saltarse, eso no, el acatamiento a los recortes mientras no haya sentencia, ante la perspectiva más que probable, prácticamente segura, que los recursos no paralicen la aplicación, como ha sido práctica habitual en anteriores procesos de características similares. Como contrapartida, respuesta, o reacción, el Gobierno español ha presentado también su recurso al TC, en este caso contra el decreto que establece en Catalunya el pago de un euro por receta médica -con diversas excepciones y límites-, para contribuir a paliar el grave déficit en materia sanitaria.

Sánchez Camacho justificaba la decisión tomada en las máximas instancias institucionales de su propio partido, con el argumento de que la medida supone una discriminación entre ciudadanos de los diversos territorios del Estado y que, en todo caso, la competencia sobre la creación de la nueva tasa pertenece al ejecutivo estatal.

El portavoz del equipo de Mas, Francesc Homs, se sorprendía ante la oposición a un recorte que va en la misma línea política de austeridad que desarrolla el gabinete de Rajoy y en un ámbito donde ya hace tiempo, y con traspaso de recursos insuficientes, Catalunya ejerce la competencia.

Las batallas están presentadas y se han de dirimir, utilizando el término deportivo, en campo contrario y con un árbitro -la sentencia sobre el Estatut es el ejemplo más claro y cercano- que se ha demostrado claramente partidista, de la otra parte.

Mientras, continúan las denuncias y protestas, por ahora estériles, sobre discriminaciones negativas de lo que se da en llamar popularmente Madrid hacia el Principat. En este caso, en el terreno de las infraestructuras. La coincidencia de los presidentes populares del País Valenciano y de Murcia con el catalán, en la exigencia del llamado corredor Mediterráneo del ferrocarril, especialmente de mercancías, un hecho absolutamente insólito en la historia reciente, no ha conseguido otra concesión que la promesa de incluir una partida para el proyecto en los presupuestos generales del 2013. Sin concreción de cantidad, y apenas unos días antes que la ministra competente insistiera, en tierras castellanas, en mantener el llamado corredor central de trenes, rechazado en Bruselas, a través de un túnel faraónico por el centro del Pirineo, y con el rechazo de Francia a darle continuidad por su territorio.

Más allá del ancho europeo, en los trenes más utilizados, los de cercanías y regionales, la inversión del Estado (entre Adif y Renfe) en Catalunya ha sido de 30 millones de los 4.000 comprometidos, cuando ya se ha cumplido la mitad del período de aplicación, de ocho años. En Madrid, donde se había comprometido una inversión de volumen similar, el cumplimiento ha sido del 110%. Nada nuevo. Julio Iglesias vuelve a cantar en el Liceo y muy probablemente volverá a entonar aquello de La vida sigue igual.